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Aspectos Folclóricos y Literarios de la Fiesta de Moros y Cristianos en España

Published online by Cambridge University Press:  02 December 2020

María Soledad Carrasco Urgoiti*
Affiliation:
Hunter College, New York 21, N. Y.

Extract

Al margen de la creatión literaria y en cierto modo también al margen de las tradictones locales netamente rurales, florece aun en muchos pueblos de la Peninsula y en algunos de la America Hispana la llamada ‘fiesta de moros y cristianos,’ curiosa encrucijada de ciertas maneras de juego, festejo y drama, que tuvieron vigencia cortesana en la España de los Austrias y que hoy sobreviven injertas en la tradición, popular y predominantemente campesina, de las fiestas patronales. El estudio completo de este fenomeno ofreceria considerable interes intrinseco y abriria nuevas perspectivas sobre la cuestion. Podrian entonces examinarse las fiestas en relation con la teoria de don Ramon Menendez Pidal sobre la ‘tradicionalidad' como caracteristica fundamental de la actividad creadora del pueblo espanol. Por otra parte, en cuanto estos festejos expresan una vision intuitiva e ingenua de la historia de España, concretada en la estampa de moros y cristianos enfrentados, cabe analizarlos en funcion de las modernas interpretaciones del pasado espanol, verdadera cuestion palpitante del momento actual, que han suscitado los grandes libros recientemente publicados por don Americo Castro, en los que se subraya en forma tan nueva e intensa la significación de la larga contienda entre cristiandad e islam sobre el suelo de la Peninsula. Estos y otros posibles enfoques requieren una labor expositiva previa, que coordine y sintetice datos desperdigados en numerosas monografias, asi como nuevos esfuerzos por caracterizar aspectos especificos de la representation. En este sentido el presente articulo aspira a aportar una contribution util aunque limitada. Su proposito es el de ofrecer una vision panoramica del estado actual de la fiesta en España y algunas consideraciones respecto a su pasado y a los puntos de contacto que en esta area se han producido entre corrientes literarias y folcloricas.

Type
Research Article
Information
PMLA , Volume 78 , Issue 5 , December 1963 , pp. 476 - 491
Copyright
Copyright © Modern Language Association of America, 1963

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References

1 Me refiero principalmente a La realidad histdrica de Espana (Buenos Aires, 1954) y aOrigen, ser y existir de los espanoles (Madrid, 1959).

2 Sus principales trabajos sobre el tema son “Les fetes de Moros y cristianos au Mexique,” Journal de la Socicle des Amiricanisles, Nouvelles Series, xxiv (1932), 51–84, 287–291, y xxix (1937), 220–227; y “Otra contribucion al estudio de las fiestas de moros y cristianos,” Miscellanea Paul Rivet Octogenario Dicata (Mexico, 1953), ii, 871–879. Cf. tambien Bulletin Hispanique, XL (1938), 311–312, XLII (1940), 166, XLvii (1945), 123 y 147, XLVIII (1946), 263–265, XLIX (1947), 126–127, LI (1949), 215–216 y 334–338, LIV (1952), 205–207, LV (1953), 219 y LVII (1955), 193.

3 J. Ramon Fernandez, “Combate entre moros y cristianos en la Sainza (Orense),” Revista de Dialeetologia y Tradiciones Populates, I (1945), 554–560; J. Taboada, “Moros y cristianos en tierras de Laza (Orense),” RDTP, xi (1955), 334–352; P. M. Brugarola, “Moros y cristianos ante el Castillo de Maqueda,” RDTP, xi (1955), 530–536.

4 L. Chaves, “0 romanceiro e o teatro popular do norte do Douro,” Biblos, xxiv (1948), 346–419.

5 Ademas de los trabajos de R. Ricard citados en la nota 2, vease M. Bataillon, “Por un inventario de las fiestas de moros y cristianos: otro toque de atencion,” Mar del Sur, III (1949), 1–8, N. de Hoyos Sancho, “Las luchas de moros y cristianos en el Brasil,” Revista de Indias, xiv (1954), 386–406, y “Una fiesta peninsular arraigada en America: los moros y los cristianos,” Miscellanea Paul Rivet, ii, 717–731. Se encuentran textos modernos muy interesantes, que evidentemente derivan de piezas caballerescas representadas por los conquistadores y que estan relacionadas con el tema de la lucha contra los turcos, en Francisco Perez Estrada, Teatro folklorico nicaragilense (Managua, 1946) y en Aurora L. W. Lea, Literary Folklore of the Hispanic Southwest (San Antonio, Texas, 1953). La difusi6n en Ultramar de la fiesta de moros y cristianos llega hasta las islas Filipinas. Cf. D. S. Fansler, “Metrical Romances in the Philippines,” Journal of American Folklore, xxix (1916), p. 205, n. 1.

6 Se encuentra un repertorio completo de las fiestas levan-tinas y muy curiosos datos de caracter general en Adolf Salva i Ballester, Bosqueig historic i bibliografic de les festes de moros i cristians (Alicante, 1958). Los textos de las repre-sentaciones de Alcoy (Alicante) y Caudete (Albacete) han sido publicados por Tomas Garcia Figueras en Notas Sobre las Fiestas de Moros y Cristianos, ii y iii. Publicaba esta serie el Institute General Franco para la Investigacion Hispano-Arabe, con sede en Marruecos. Parte de mi informaci6n procede de programas de fiestas y del boletin Fiestas de San Jorge de Moros y Cristianos, Alcoy, cuyos numeros corres-pondientes a los anos 1952–58 me ha sido posible consultar. Aprovecho esta ocasi6n para dar las gracias a las personas que me han facilitado esta documentacion, particularmente a Da. Celia M. de S. San Julian, al Sr. Cura Parroco de Ibi (Alicante) y al Dr. Luis Soler y la Srta. Maruja Ruiz de Villajoyosa (Alicante).

7 En algunas localidades, como Villajoyosa, se ha incorpo-rado al texto de la representacion una escena que suele llamarse ‘embajada de los contrabandistas.‘ Participan en ella el capitan de los contrabandistas, que se ofrece a luchar contra los infieles invasores, y el jefe del bando cristiano, que empieza por reprocharle sus fechorias y acaba por aceptar su ayuda.

8 Esta variante se da en Villajoyosa y en las islas Baleares.

9 Cf. Wilhelm Giese, Nordost Cddiz (Halle, 1937), pp. 216–229, Fidel Fernandez Martinez, Sierra Nevada (Granada, 1931), pp. 288–293, Pedro Perez Clotet, La sierra de Cddiz en la literatura (Cadiz, 1937), pp. 64–70, Guillermo Guastiavno Gallent, De ambos lados del Eslrecho (Estudios breves hispano-africanos) (Tetuan, 1955), pp. 125–137, 139–192,195–198, y Notos, i y iv.

10 En la fiesta de Benadalid (Malaga), cuyo texto ha sido tambien publicado por don Tomas Garcia Figueras (Nolas, i) son hechos prisioneros los dos hijos del rey moro, quien lleva el nombre del Gran Turco Selim. Este episodio, que introduce en la parte recitada de la fiesta los temas de cautiverio y rescate, recoge una circunstancia de la batalla deLepanto, la prision de los hijos de Ali.

11 En 1843 se consideraba antigua dicha costumbre (El Genii, Granada, 22 enero 1843, pp. 156–160). Me he ocupado de la transmisi6n del reto de Garcilaso y Tarfe en mi libro El moro de Granada en la literatura (Madrid, 1956), pp. 38–40, 80–81, 85–88, 154–156, 337, 340, y 438–439. Vease tambien infra, p. 485^188, y n. 39. La fiesta de Benamocarra no se celebraba desde hacia cuarenta anos cuando el texto fue recogido de la tradici6n oral por J. Bejarano Robles en 1949 en Notas, iv.

12 Cf. N. Alonso Cortes, “Representaciones populares,” RH, LX (1924), 187–291, Ricardo del Arco y Garay, Nolas de folklore altoaragones (Madrid, 1943), Arcadio de Larrea Palacin, El dance aragonis y las representaciones de moros y crislianos (Tetuan, 1952). Vfose tambien la nota 26. Quisiera agradecer al profesor don Jose1 Beltran de la Universidad de Zaragoza, y a los senores don Andres Buisan, alcalde de Sarifiena (Huesca) y don F. Bailo Feijoo, secretario de dicho ayuntamiento, la amabilidad con que facilitaron mi trabajo en aquella region.

13 En el pueblo de Anzuola (Guipuzcoa) se celebra una minuscula fiesta en el curso de la cual se obliga al unico personaje moro, quien aparece como prisionero montado en burro y rodeado por un piquete de soldados, a tirar al suelo y pisotear el turbante. La presencia de un Abderraman cautivo tambien era tradicional en algunas procesiones de pueblos navarros y todo ello tiene evidente relacion con episodios de la reconquista, tales como la toma de Huesca, en la que se cuenta que fueron apresados cuatro reyes moros, segvin recuerdo un motivo heraldico muy frecuente en la region pirenaica.

14 Es posible que el dia que se haga un estudio completo de las fiestas americanas se descubran corrientes de influencias mutuas que relacionen las representaciones de moros y cristianos en el Nuevo Mundo y los dances aragoneses, siendo muy probable que estos influjos se transmitieran a traves de las ordenes religiosas. Evidentemente, las celebraciones del Nuevo Mundo, destinadas a influir en el animo de los pueblos indigenas, debieron estar en gran parte dirigidas por quienes tenian a su cargo la mision de convertir a estos. Los misio-neros cuidaron de que la conmemoracidn de la victoria de los espafioles sobre los moros, que indudablemente reforzaba el mito de la invencibilidad de los primeros, fuera tambien para el indio una invitacion a abrazar la fe cat61ica, y a este fin introdujeron elementos destinados a catequizarlo y educarlo. Entre tanto, en los centros urbanos de la Peninsula el festejo caballeresco se desarrollaba al margen de toda influencia eclesiastica, pero en ciertas zonas rurales, especialmente a la sombra de los grandes monasterios de la region pirenaica, la representaci6n del encuentro de moros y cristianos se llenaba de contenido doctrinal. Sobre la bibliografia de las fiestas vease la nota 5.

15 Confirma este enfoque el hecho de que en algunos textos de la Alpujarra el recuerdo de las guerrillas contra las fuerzasde Napoleon se superponga a la materia basica conmemora-tiva de la reconquista.

16 Veanse los trabajos citados en la nota 2.

17 Aubrun, “La Chronique de Miguel Lucas de Iranzo. I: Quelques darted sur la genese du theatre en Espagne,” BH, XLIV (1942), 40–60. Cf. tambien Eugenio Asensio, PoUica y realidad en el cancionero peninsular de la Edad Media (Madrid, 1957), p. 166; Salva, pp. 19–20 y 53–56, y mi Moro de Granada, pp. 21–30 y 78–80.

18 Jenaro Alenda y Mira, Relaciones de solemnidades y fiestas publicas en Espana (Madrid, 1903), pp. 82–83. Repro-ducido por Salva, pp. 60–62.

19 “Desde que Uego el principe de Gales a esta corte, se ha tenido con su alteza la cortesia posible y cuidado de su regalo y deseo de festejarle y entretenerle, asi con diversas fiestas que se le han hecho … como jugando canas de vistosas libreas, caballos y jaeces, cosas pocas veces o nunca vistas de la Naci6n Inglesa …” Andres de Almansa y Mendoza, Cartas, novedades de esta corte … (1621–1626) (Madrid, 1886), p. 205. Pueden leerse descripciones de fiestas en la coleccion citada, en las Relaciones recogidas por Alenda, en los Anales de Madrid de Antonio Leon Pinelo y en obras similares. Se encuentran datos interesantes en un manuscrito abreviado sobre costumbres de España impreso por Alfred Morel-Fatio en L'Espagne au XVIe et au XVIIe Sticks (Paris, 1878). Recientemente ha estudiado los festejos del Siglo de Oro Jose Deleito y Pinuela, La vida religiosa espanola bajo el cuarto Felipe, El rey se divierte, Tambien se divierte el pueblo (Madrid, 1952–55). Vease tambien R. Benitez Claros, “Antecedentes moriscos del genero aulico,” Cuadernos de Literatura, I (1947), 247–254.

20 (Madrid, 1874), pp. 155–182.

21 En una carta del ano 1608 se lee el siguiente comentario, referente a rumores sobre ataques inminentes del Gran Turco: “y tambien sabe V.S. que todos los anos es tan ordi-nario el mucho ruido de armada del Turco como las pocas nueces de el … ” En Antonio Paz y Melia, Sales espanolas. Primera serie (Madrid, 1890), p. 373. Vease tambien Henri Merimee, L'Art dramatique d Valencia (Toulouse, 1913), pp. 104–111.

22 “Fiestas de Denia al Rey Cat61ico Felipe III deste nombre,” en BAE, xxxviii, 465^74.

23 Alenda, i, 32, y Salva, pp. 56–57.

24 Henrique Cock, Relacidn del viaje hecho por Felipe II en 1585 … (Madrid, 1876), pp. 186–187. Citado por Salva, p. 64.

25 Salva, p. 65.

26 Cf. Julio Caro Baroja, “Mascaradas y ‘alardes’ de San Juan,” RDTP, iv (1948), 499–517, y Los vascos (Madrid, 1958), pp. 369, 393–394 y 413–420.

27 Luis Cabrera de Cordoba, Relaciones … (Madrid, 1857) p. 114. Reproducido por Salva, p. 75.

28 Marañón, Los tres Vllez (Madrid, 1960), pp. 77–123. VCase tambien Caro Baroja, Los moriscos del reino de Granada (Madrid, 1957), v.

29 La atribucion de esta comedia a Francisco Tarrega fue impugnada por Merimee, p. 474.

30 Caro Baroja, Los moriscos, vii, 205–247.

31 “ … finalmente todas las noches auia ruido de mascaras y carreras, que aunque no llegavan a la perfeccion que pudiera, pero con todo esso en esta parte hazia su papel de gracioso la chusma que las formava: y esto mesmo hicieron una tarde los devotos, con un juego de moros y Christianos, fingiendo cautivar la imagen del Santo y boluerla a librar,” Fiestas que la muy insigne y antigua ciudad de Cddiz hizo en la beatificacion del glorioso Patriarca San Juan de Dios (Sevilla, 1631). Hubo moros y cristianos en Granada en el afio 1638, segun una escueta noticia que da Francisco Henriquez de Jorquera, Anales de Granada, ed. A. Martin Ocete (Granada, 1934), II, 814.

32 Sobre el simbolismo de estas figuras vease Bruce W. Wardropper, Introduccion al teatro religioso del Sigh de Oro (Madrid, 1953) pp. 35–39, y Francis George Very, The Spanish Corpus Chrisli Procession (Valencia, 1962), iv y v.

33 Recoge este dato B. S. Castellanos, “De la antigua procesion del Corpus en Madrid …,” El Bibliotecario (1841), pp. 25–27.

34 El viaje entretenido, NBAE, xxi, 495.

35 Op. cit. Veanse caps, ii–v y especialmente pp. 321–322.

36 Ricard, en JSA, xxiv (1932), 51–84. Resenado por Bataillon en BE, xxxiv (1932), 350–351.

37 Sobre esta cuesti6n cf. Aubrun, op. cit., y D. Catalan, “Don Francisco de la Cueva y Silva y los origenes del teatro nacional,” NRFH, iii (1949), 130–140. Ofrece datos sobre el motivo dramatico del duelo a caballo en obras ajenas al tema de moros y cristianos N. D. Shergold, “Juan de la Cueva y los primeros teatros de Sevilla,” Archivo Hispalense, xxiv (1956), 58–64. El motivo se da frecuente-mente en obras donde se enfrentan el mundo cristiano y el musulman, como por ejemplo El cerco de Tremecen de Guillen de Castro. Es tambien significativo que en una ocasi6n en que Luis Velez de Guevara lleva a las tablas las incidencias de una tarde tipica de representaci6n, la obra representada sea una Gran Comedia de Saladino, en que se juega traviesa-mente con el topico del reto que pronuncia un actor—en este caso una actriz—montado a caballo:

?Y que“ mas hay?—Yo imagino
que hay lo del caballo y reto,
que en esto suele ser rara,
como en todo, Baltasara.

Y la celebrada comica se equivoca y hace su reto al principio de la comedia, cuando debia hacerlo en la ultima parte (La Baltasara por Luis Velez de Guevara, Antonio Coello y Francisco de Rojas. En Primera parte de comedias escogidas de los mejores ingenios de Espana).La relaci6n tan obvia de est motivo con ejerciciose caballerescos queda subrayada por la circunstancia de que una variante americana de nuestra fiesta que ha arraigado en Nuevo Mexico exige que todos los participantes vayan montados a caballo. Cf. Lea, pp. 21–22.

38 Incluida en BAE, xxix.

39 Vease nota 11 y Antonio J. Afan de Ribera, Fiestas populates de Granada (Granada, 1885), pp. 37–38.

40 Cf. Caro Baroja, Los moriscos, vi, yen particular p. 177.

41 En NBAE, xvii, clxxiv. En 1585 se presento en Toledo el dia del Corpus una danza en que figuraban, entre otros personajes, un rey moro, seis moros y seis moras. Da este dato Francisco de B. San Roman, Lope de Vega, los cdmicos toledanos y el poeta saslre (Madrid, 1935), p. lviii. El combate de Abindarraez y Narvaez fue representado como danza en la procesi6n del Corpus celebrada en Madrid en 1579. En la de 1592 aparecifi una “Danza de la Recuperaci6n de Espana” en que figuraban Pelayo con cuatro montaneses y don Opas con cuatro moros. Cf. Cristobal Perez Pastor, Nuevos datos acerca del histrionismo espanol en los siglos XVI y XVII (Madrid, 1901) pp. 12 y 33. A lo largo del siglo XVII siguen figurando ‘danzas de moros’ en el Corpus madrileno. Vease N. D. Shergold y J. E. Varey, Los aidos sacramentales en Madrid en la epoca de Calderdn (Madrid, 1961).

Las fiestas valencianas han sido estudiadas de modo exhaustive y competente por S. Carreres y F. de A. Carreres en los libros que cito en la nota 60.

42 Cf. Jose Sanchez Arjona, Anales del lealro en Sevilla … (Sevilla, 1898). Se encuentran tambien datos interesantes sobre las procesiones en Sevilla en Jose Gestoso y Perez Curiosidades anliguas sevillanas, Serie segunda (Sevilla, 1910). Sobre la leyenda de los corporales puede consultarse Jose Beltran, Historia de Daroca (Zaragoza, 1954).

43 Cf. Jeronimo de Alcala Yaiiez, Milagros de Nuestra Senora de la Fuencisla … (Salamanca, 1615), pp. 109–111. Se encuentra el mismo tema en la segunda Jornada de la comedia La Virgen de la Fuencisla.Vease nota 50.

44 Anales de Granada, i, 115.

45 Cf. Emilio Cotarelo, Ensayo sobre la vida y obras de don Pedro Calderon de la Barca (Madrid, 1924), p. 183.

46 Vease lo que dice, por ejemplo, Cristobal Suarez de Figueroa sobre las comedias ‘de cuerpo’ en El pasajero (1617), ed. Rodriguez Marin (Madrid, 1913), p. 75. Sobre las carac-teristicas generates de este tipo de comedia vease Diego Marin, La intriga secundaria en el teatro de Lope de Vega (Mexico, 1958). Cf. tambien Aubrun, “La comedia doctrinale et ses histoires de brigands,” BH, LIX (1957), 137–151.

47 Marco Antonio Orti, Siglo quarto de la conquista de Valencia (Valencia, 1640), pp. 18–19.

48 Una edicion de 1617 fue reimpresa por J. M. Asensio (Sevilla, 1868), quien consideraba posible que la obra fuese de Cervantes. Cf. Sanchez Arjona, pp. 86–90.

49 Introduccion a Lope de Vega, El cordobes valeroso Pedro Carbenero. TAE, VII (1929).

50 Sebastian de Villaviciosa, Juan de Matos Fragoso y Juan de Zabaleta, La Virgen de la Fuencisla.En Parle 23 (Madrid, 1665).

51 Esta ultima comedia figura en el Cataiogo de Salva. Las citadas anteriormente aparecieron en la Paries de Comedias escogidas.

52 Op. cit., pp. 20–28. Orti escribio varias obras de cir-cunstancias sobre temas hagiograficos valencianos. Cf. Vicente Ximeno, Escritores del reino de Valencia (Valencia, 1747–49).

53 El padre Juan de Mariana, por ejemplo, aconseja en su “Tratado contra los juegos publicos” (cap. 16) que no se hagan representaciones ni juegos para honra 'de los Santos en sus fiestas y procesiones. Es caracteristico un pliego suelto sobre “Lo que han de guardar los autores de comedias y sus companias” en el que se advierte que las historias divinas que se representen, “aunque mejor seria que hubiera pocas o ninguna,” no deben “alterar su verdad con ficciones, trocando los milagros y sucessos de un santo por de otro. …” (Madrid, circa 1600). Se encuentra este texto en la biblioteca de la Hispanic Society.

54 Afirma Quevedo en El Buscdn (Libro III, cap. 9) que no hay “representante que no traiga su farsa de moros y cristianos.” Sobre las representaciones fuera de las capitales lease N. Salomon, “Sur les representations theatrales dans les pueblos des provinces de Madrid et Toledo (1589–1640),” BH, LXII (1960), 398–427.

55 Han recopilado recientemente datos y bibliografia sobre este asunto Varey y Shergold, “Datos hist6ricos sobre los primeros teatros de Madrid,” BH, LX (1958), 73–95 y LXII (1960), 163–190, 286–325. Vease especialmente LXII, 286.

56 Al menos esta es la opinion que expresa Jovellanos en su “Memoria sobre los espectaculos y diversiones publicas en Espana.”

57 Me he ocupado de este fen6meno en Moro de Granada, pp. 153–157.

58 Tuvieron lugar estas fiestas en Alhaurin (Malaga) en el ano 1760 con motivo de la proclamacion de Carlos III. Cf. Guastavino Gallent, pp. 125–137. El argumento detalladode la pieza incluido en este estudio nos permite afirmar que procede de las Guerras chiles de Granada de Gines Perez de Hita, habiendose aprovechado los episodios de la calumnia a la reina mora y la muerte de los Abencerrajes. Perez Clotet, loc. cit., menciona otra fiesta andaluza del ano 1758.

59 Salva, pp. 29–30 y 77–79; y Francisco Figueras Pacheco, Los antiguos gremios de la ciudad de Alicante (Alicante, 1958), pp. 98–101.

60 Salva, pp. 80–82 y 87–90. Cf. tambien Salvador Carreres Zacares, Ensayo de una bibliografia de fiestas celebradas en Valencia y su antiguo reino (Valencia, 1925), Francisco de A. Carreres y de Calatayud, Las fiestas valencianas y su expresion poetica (Valencia, 1949), y Antonio Perez Gomez, Fiestas reales en Murcia en el siglo XVIII (Murcia, 1959).

61 Cf. Salva, pp. 76–77 y 83–85. La ultima fiesta documentada celebrada en Alicante es de 1783, segun Figueras, loc. cit.