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Published online by Cambridge University Press: 28 April 2010
Si una nota necrológica envuelve siempre un sentimiento de pérdida y de ausencia, con infinitamente mayor motivo ocurre cuando ésta se refiere no ya al maestro consagrado que cierra el ciclo de su vida y su producción, sino al compañero con quien se han compartido opiniones y discrepancias, voluntades de trabajo y esfuerzos de nuevas'interpretaciones, amén de una relación siempre cordial, entusiasta y generosa. El dolor de la pérdida y la ausencia se multiplica si se piensa que ésta viene a ocurrir justo en el momento en que, superados los azares y las dificultades que rodean la vida universitaria española, por fin se abría la posibilidad de que se reconocieran públicamente a Antonio María Calero los méritos acumulados durante años de trabajo, mediante el acceso a la cátedra que, desgraciadamente y por un error justo, sólo la prensa le ha concedido. Que un accidente absurdo, fruto de una conjunción de circunstancias inverosímil, venga a impedirlo provoca, junto al dolor, una inmensa sensación de impotencia e injusticia.