En Mendoza (Centro-Oeste argentino), ciudad colonial meridional, los alfareros indígenas locales manufacturaron cerámica desde el siglo dieciséis, aunque su origen étnico fue documentalmente invisibilizado. La presencia de platos tipo Viluco Colonial en los contextos urbanos evidencia que los artesanos integraron técnicas locales, ligadas a la anterior dominación inca, con técnicas y formas de origen europeo. Con el objetivo de conocer las tecnologías de producción de los platos, realizamos análisis macroscópicos, petrográficos y con microscopía electrónica de barrido. A partir de esto, caracterizamos sus pastas, microfábricas y huellas de superficie. Proponemos que dichas vasijas fueron producidas tempranamente en la colonia por alfareros huarpes —sin excluir la posibilidad de participación de artesanos de otros grupos— quienes incorporaron el torno, pero continuaron con la tradición alfarera prehispánica y los lenguajes visuales andinos ligados al imperio inca. Analizar la producción cerámica como parte de la agencia social permitió visibilizar a los alfareros como agentes de cambio en la conformación de las nuevas identidades y culturas coloniales mendocinas, ya que sus productos híbridos pudieron ser usados por los colonos europeos, generando transformaciones identitarias como parte del proceso de etnogénesis.