En la subcuenca de Magdalena en el estado de Jalisco, los pueblos asentados en las inmediaciones del lago aprovecharon los recursos disponibles para la producción artesanal de bienes útiles y suntuarios. La presencia del Volcán de Tequila, el Lago de Magdalena y el sistema Lerma-Chapala-Santiago, facilitaron el acceso a recursos y la movilidad de productos para su distribución. En el centro del cuerpo acuífero fósil se eleva Atitlán, isla que resguarda evidencia de actividades de producción que se relacionaron con el aprovechamiento de recursos minerales y acuáticos por lo menos a partir del año 450 dC y hasta el 1500 dC. Dentro de las evidencias estudiadas sistemáticamente a nivel de superficie, es de nuestro interés una acumulación de objetos de obsidiana que se extiende en un área de 56.400 m2. El análisis espacial de distribución, junto con los de morfología, desgaste y microscopía aplicada a la identificación de huellas de uso, nos permiten explicar que se trató de un espacio de producción especializado de instrumentos de obsidiana mediante la técnica de talla, los cuales fueron empleados para el aprovechamiento de recursos perecederos.