Published online by Cambridge University Press: 20 January 2017
In Mesoamerica concentrations of stone debitage from archaeological contexts frequently are regarded as being in primary contexts and marking production loci or “workshops.”
Ethnoarchaeological observations of stone- and glass-artifact manufacture and disposal of the resulting waste indicate that in sedentary societies debitage does not remain in primary context at workshops, but rather enters secondary context when it is moved into workshop dumps. Microdebitage, which often is left in place at the production locus, appears to be the most reliable indicator of workshop location.
An awareness of ethnoarchaeological data can facilitate more plausible constructions of past behavior at different stages of the use-life trajectories of durable materials. Present evidence suggests that concentrations of stone debitage from archaeological settlements are secondary deposits and represent workshop dumps, not workshops.
En Mesoamérica concentraciones de desechos líticos en contextos arqueológicos frecuentemente están considerados como talleres en contextos primarios, es decir, como lugares de fabricación.
Los desechos líticos occuren en seis tipos de colocaciones: montículos, basureros, microdesechos en pisos, rellenos arquitectónicos, depósitos especiales como escondites y entierros, y en agregados fortuitos. Los datos de cinco estudios etnoarqueológicos son usados para interpretar estos depósitos. Las observaciones de la producción de artefactos líticos y de la disposición de desechos sugieron que los desechos líticos nunca se dejan en contexto primario en talleres, sino que entran en contexto secundario cuando son trasladados a basureros de talleres. Muchas veces, los microdesechos se dejan en el piso del taller. Por ahora, estos microdesechos parecen ser los indicadores más confiables de los lugares de fabricación.
El conocimiento de datos etnoarqueológicos puede ayudarnos a reconstruir el comportamiento asociado con las etapas diferentes de la trayectoria de la vida de uso de materias duraderos. Por ahora, nuestro conocimiento indica que en Mesoamérica casi todos los depósitos arqueológicos de desechos líticos éstan en contextos secundarios. Son basureros de talleres; no son los talleres. Los basureros de talleres nos proporcionan datos sobre el comportamiento de desechar, y pocos sobre el comportamiento de la producción. Por conseguiente, los basureros no son fundamentos apropiados para la construcción de hipoteses sobre los lugares o el volumen de producción, la distribución residencial de los artesanos, el grado de la especialización, o los sistemas de la distribución de los artefactos. Más exactitud en la identificación de talleres y basureros líticos nos facilitará el acceso a su gran potencial para construir los sistemas culturales de Mesoamérica prehispánica.