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La industria asturiana en la segunda mitad del siglo XIX: de la industrializacion a la expansion hullera

Published online by Cambridge University Press:  28 April 2010

Rafael Anes
Affiliation:
Universidad de Oviedo
German Ojeda
Affiliation:
Universidad de Oviedo

Extract

El ministro de Marina, Luis María Salazar, había enviado, en los primeros meses de 1829, a Gregorio G. Azaola —director de las Fundaciones Estatales de Liérganas y la Cavada— a París y Bélgica para ponerse en contacto con los productores de hierro europeos, pues

Pocos meses después, el industrial belga Adolphe Lesoinne recorre el norte de España, conducido por Azaola, tratando de encontrar un lugar adecuado para la industria del hierro, siguiendo «le vif désir du ministre Salazar de voir l'industrie métallurgique et la fabrication des armes de guerre s'installer en Espagne».

Type
Primera sesión de trabajo: energia y recursos naturales. Moderador: Jordi Nadal
Copyright
Copyright © Instituto Figuerola de Historia y Ciencias Sociales, Universidad Carlos III de Madrid 1983

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References

1 La Compagnie Royale Asturienne des Mines 1853–1953, París, 1954, pp. 17 y 18.

2 Ibidem, pp. 21–28. Las dificultades encontradas en la colocación de los productos y la vida lánguida de la empresa cobraron un gran impulso desde 1849 con la incorporación de Jules Hauzeur a la misma, que tiene la idea de impiantar la industria del zinc en Avilés aprovechando las calaminas de Guipúzcoa y el combustible de Arnao. Esta fábrica, que desde 1853 es la “Compagnie Royale Asturienne des Mines”, será, según nos acaba de demostrar recientemente Nadal, “el mayor éxito industrial de Asturias”. Cfr. Nadal, Jordi, “Notas sobre la industria asturiana de 1850 a 1935”, en el volumen de varios autores Historia de Asturias. Economía y sociedad (siglos XIX y XX), vol. 9, Ayalga, 1981, pp. 162 y ss.Google Scholar

3 En 1794 se había creado la fábrica de municiones de Trubia y en 1796 se comenzó el trabajo del hierro en un horno alimentado con el cok procedente del carbón mineral de Langreo, que no dio resultado, volviéndose poco después al uso del carbón de leña.

4 Capital que se invierte primero en la industria metalúrgica y minera, luego sólo en la minera, para abandonar prácticamente la región en las décadas de finales del siglo xix, siguiendo un proceso que refleja muy bien la evolución de la industria asturiana hacia la producción carbonera.

5 Es bien conocida la polémica entre Casado de Torres y Jovellanos sobre la canalizacjón del río Nalón o la construcción de una carretera carbonera para poner los centros mineros en condiciones de colocar el carbón en los centros siderúrgicos y en la costa.

6 Proyectos Industriales en Asturias. Colección de artículos publicados en “El Espectador”, Madrid, 1846, p. 8. Esta colección de artículos editada en forma de folletos, trata sobre la posibilidad de que la industria asturiana en general, y la empresa de Manby y el valle de Mieres en particular, prosperen mientras no se construyan ferrocarriles y un puerto adecuado en Gijón.

7 Información sobre el derecho diferencial de bandera y sobre los de aduanas exigibles a los hierros, el carbón de piedra y los algodones, presentada al gobierno de Su Majestad por la comisión nombrada al efecto en Real Decreto de 10 noviembre de 1865, II: Hierros, Madrid, 1867, pp. 118 y 317.

8 Sobre la minería y la siderurgia asturiana en este período remitimos al lector a las magistrales páginas que ha escrito Nadal, Jordi en su obra El fracaso de la Revolución industrial en España, 1814–1913, Barcelona, 1975, capítulos V y VI.Google Scholar

9 Información sobre el derecho diferencial de bandera…, op. cit., p. 117.

10 Ibidem, pp. 58, 70 y 78.

11 El procedimiento Bessemer para la obtención de acero a partir de minerai de hierro exento de fósforo, que fue descubierto en 1856, se puso en práctica en la industria siderúrgica inglesa a lo largo de los años 60 con mineral del propio país, pero el continuo proceso de expansión exigió la búsqueda de los minerales que tanto abundan en Vizcaya. Si la explotación intensiva de las minas vascas se inició después de 1876 ello se debe a la tercera guerra carlista, que a su vez retrasó la implantación de los nuevos métodos siderúrgicos en España y mantuvo por consiguiente la preponderancia de la industria del hierro asturiana durante la década de 1870 (Cfr. Nadal, Jordi, op. cit., capítulo IV, especialmente pp. 165 a 176Google Scholar, y Portilla, González, “El desarrollo industrial de Vizcaya y la acumulación de capital en el último tercio del siglo xix”, Anales de Economía, 3.a época, núm. 24, octubre-diciembre 1974, pp. 4383.Google Scholar)

12 Gascue, Francisco, La Industria del Acero en el Norte de España, Madrid, 1890, p. 7Google Scholar (este trabajo salió durante este mismo año publicado en artículos en la Revista Minera y Metalúrgica). Sobre los precios, cfr. Nadal, , op. cit., tabla 4, p. 176.Google Scholar

13 Véase Adaro, Luis, “La Industria Siderúrgica en Asturias”, Revista Minera y Metalúrgica, núm. 1052, 1885, pp. 107, 136, 137 y ss.Google Scholar

14 Ibidem, pp. 151–177.

15 Gascue, , op. cit., pp. 78.Google Scholar

16 Gascue, , “La Industria Carbonera en Asturias”, Revista Minera y Metalúrgica, núm. 945, 1883, pp. 232233 y ss.Google Scholar

17 Adaro, Luis, art. cit., p. 176.Google Scholar

18 Gascue, Francisco, “La crisis carbonera en Asturias”, Revista Minera y Metalúrgica, núm. 1136, 1887, págs. 12 y ss.Google Scholar

19 Ibidem, p. 17.

20 El director de la Fábrica de Mieres, Gerónimo Ibrán, replicaba a Gascue con un trabajo en la Revista de Asturias, “La crisis carbonera en Asturias”, 1887, pp. 132–138, acusándole de extrapolar sus consideraciones sobre la crisis en el valle de Langreo, implicando a las zonas de Mieres y Aller, que, según Ibrán, “postergadas durante muchos años por falta de medios de comunicación, desarrollan considerablemente las explotaciones mineras” (p. 131).

21 Las vinculaciones de los Comillas con la Compañía del Norte se reforzaron con el segundo marqués, Claudio López Bru, hombre vinculado a la empresa ferroviaria. Vid. Constantino Bayle, S. J., El segundo Marqués de Comillas, D. Claudio López Bru, Madrid, 1922, p. 76.Google Scholar

22 En 1888 Duro y Compañía inaugura el primer horno Martin-Siemens que funciona en Asturias. Estadística Minera, 1887–1888, p. 213.

23 Revisto Minera y Metalúrgica, núm. 1324, 1890, p. 403, y núm. 1344, 1891, pp. 2 y 3.

24 Gascue, señalaba en La industria del acero…, op. cit., p. 26Google Scholar, que “El cok inglés estaba en Bilbao a principios del 1883 de 25 a 27,50 pesetas/tonelada. En los años posteriores, su precio debió más bien aproximarse a las 25 que a las 27 pesetas. En marzo de este año 89, ascendió a 28 pesetas y de entonces hasta ahora, diciembre, ha ido subiendo hacia 34 ó 36 pesetas.”

25 Revista Minera y Metalúrgica, núm. 1295, 1890, pp. 140–142. Proponía el anónimo firmante vasco que además de esa independencia del combustible in glés, “las fábricas tengan minas de carbón propias”, y constataba cómo “las con secuencias de la época que se atraviesa son evidentemente haber hecho sentir a los grandes productores bilbaínos de lingote la necesidad de no seguir indefensos en la cuestión de combustible, y todos ya, aunque tan tardíamente, vuelven la cara al combustible español”. En efecto, en el mes de septiembre un representante de “La Vizcaya”, Víctor Chávarri, recorre Asturias en busca de minas, que finalmente va a encontrar en el valle de Turón, donde instalará poco después una de las principales empresas carboneras de Asturias; Hulleras del Turón, mientras la fábrica “San Francisco”, a través de Martínez Rivas, se disponía a explotar el coto carbonífero del Musel (Laviana). La otra gran empresa siderúr gica “Altos Hornos” orienta sus proyectos hacia la cuenca palentino-leonesa, donde la abundancia de carbón y la próxima apertura del ferrocarril de La Robla pueden poner el combustible en Vizcaya a precios económicos y en cantidades adecuadas.

26 La cantidad pareció, no obstante, insuficiente a los mineros asturianos que reclamaban ante la Comisión para la reforma arancelaria 4 pesetas/tonelada de protección.

27 Informe que eleva a la Comisión de Tratados del Senado la Liga de los Intereses Hulleros de Asturias contra los Convenios Comerciales concertados por el gobierno, Gijón, 1894, pp. 5–6.

28 La empresa de los Comillas ya había instalado desde su fundación en 1833 los adelantos técnicos adecuados para una explotación mecánica. En 1885 escribía a su director, Félix Parent, el director de Duro y Compañía, Francisco Gascue, pues “deseando ir reformando mi material” le solicitaba información “enterado por varias personas del excelente servicio de sus instalaciones” (Archivo de Hullera Española, caja 17: “Correspondencia”). Y un folleto de la empresa, subrayaba en 1887 (Reseña sobre las minas de hulla de Aller, Madrid, 1887, p. 14) que las operaciones se hacían “mecánicamente, quedando reducida la mano de obra por tonelada a su mínimum”. Por su parte, Hulleras del Turón destacaba en su Memoria de 1894, que empleaba en sus instalaciones “los medios más perfeccionados” (p. 75) y lo mismo se puede decir de la principal productora de carbón, Fábrica de Mieres, que poco después de la aprobación del arancel instalaba “un magnífico lavadero” y modernizaba sus explotaciones (Oriol, Román, Revista Minera y Metalúrgica, núm. 1550, 1895, pp. 247248).Google Scholar

29 Las minas de Aller empezaron sus trabajos en 1884, siendo entonces la sociedad del primer Marqués de Comillas, Antonio López, y a su muerte pasaron las minas a ser propiedad de su hijo Claudio López Bru, quien en 1899 entregó por cuatro millones de pesetas una participación en la sociedad a varios empresarios catalanes como Manuel Girona, A. Borrell y Luis Ferrer. En 1892 se constituyó la Sociedad Hullera Española bajo la presidencia de Santiago López (Archivo de Hullera Española, caja 58, legajo 4, y caja 4, legajo 3).

30 Girona, por ejemplo, estuvo posteriormente vinculado a Duro-Felguera y otros vascos como Juan Manuel Urquijo y Ramón de la Sota participaron en la creación de la sociedad más importante constituida en Asturias a finales de siglo, el “Crédito Industrial Gijonés” (véase Erice, Francisco, La Burguesía Industrial Asturiana, 1885–1920, Gijón, 1980, p. 146.Google Scholar)

31 Informe que eleva a la Comisión de Tratados…, op. cit., p. 7. Véase también Protesta de los Industriales Asturianos al Proyecto de Tratado con Alemania y Modus Vivendi con Inglaterra, Gijón, 1893.

32 Exposición a la Junta de aranceles de la Liga de los Intereses Hulleros de España, Madrid, 1896.

33 Vazquez García, J. A., “Creación de sociedades e inversiones en Asturias (1886–1973). El auge de fin de siglo”, Investigaciones Económicos, núm. 12, mayoagosto 1980, pp. 165185.Google Scholar