El primer avance en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) vino en 1967, cuando Fernández y López- Ibor informaron sobre la eficacia de la clomipramina (CMI) en el tratamiento de 16 pacientes con TOC (Fernández y López-Ibor, 1967). Sin embargo, hasta 1980 no se publicaron estudios controlados con CMI (Montgomery, 1980; Thoren et al, 1980), y únicamente en los últimos 5 años se han publicado estudios grandes bien controlados (Estudio de Colaboración de la Clomipramina, 1991). Varios estudios demostraron que, entre los tricíclicos (TCA), sólo la CMI es efectiva en el TOC, mientras que antidepresivos efectivos con un perfil noradrenérgico, como la desipramina (DMI), parecen ser totalmente inefectivos (Zohar e Insel, 1987; Goodman el al, 1990; Leonard et al, 1989). Esta respuesta selectiva a los TCA con un perfil serotoninérgico llevó a la formulación de la hipótesis serotoninérgica del TOC y al desarrollo y uso de otros agentes serotoninérgicos en el tratamiento de este trastorno. En la actualidad, se están investigando en todo el mundo varios fármacos que poseen este perfil, entre ellos, la CMI, la fluoxetina, la fluvoxamina, la sertralina, la paroxetina y el citalopram. En la actualidad, se conoce muy poco con respecto a la duración del tratamiento en el TOC, ya que el conocimiento referente al enfoque farmacológico para el TOC únicamente está comenzando a acumularse. En esta revisión intentaremos examinar los datos existentes con respecto a la duración del tratamiento en el TOC.