Una de las cuestiones interesantes de las guerras de liberación y las revoluciones sociales del Tercer Mundo es que las luchas por profundas transformaciones sociales e, incluso, por un horizonte socialista, no tienen como fuerza principal a un partido proletario ni a organizaciones donde la clase obrera constituye el componente principal. El protagonista fundamental de estos movimientos es, antes bien, un complejo conjunto de clases y grupos populares—artesanos, campesinos, semiproletarios, jóvenes, pobres de la ciudad y del campo—donde la clase obrera no es un componente mayoritario. Este perfil social propio de las revoluciones y guerras de liberación del Tercer Mundo obedece en definitiva al modo en que el capitalismo se desarrolló en estos países, articulándose a formas no capitalistas de producción y circulación, subordinándolas pero sin eliminarlas plenamente.