La difusión y la observancia de las normas del derecho humanitario tienen como finalidad limitar los efectos de los conflictos armados y proteger en la mayor medida posible a las víctimas. Al mismo tiempo, el derecho humanitario requiere la difusión entre los pueblos de los ideales humanitarios y de la paz. Resulta tanto más clara la relación entre la lucha en pro de la paz, la prohibición del recurso a la violencia y el derecho humanitario, cuanto que se estó imponiendo la opinión de que la paz duradera, el desarrollo y la cooperación internacional pacifica sólo son posibles si se observa el derecho humanitario y se respeta la vida y la dignidad humanas.

También cabe comprobar que, en numerosos conflictos armados, se violan precisamente la prohibición del recurso a la violencia y las normas fundamentales del derecho humanitario y que se propicia la inobservancia de esas normas con concepciones de primer ataque nuclear y «guerra de las estrellas».

La comunidad internacional no ignora que uno de los delitos más abominables y repudiables es la toma de rehenes, que atenta contra derechos inherentes a la persona, como son la vida, la libertad y la seguridad individual, protegidos en instrumentos vinculantes tales como, a nivel universal, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 y, a nivel zonal, la Convenciín Americana sobre Derechos Humanos de 1969 y la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de 1950.

Como ha señalado la Asamblea General de las Naciones Unidas, la toma de rehenes es un acto que pone en peligro vidas humanas inocentes y viola la dignidad humana.

De conformidad con lo expuesto, en la legislación nacional de cada país se considera el homicidio, el rapto, el secuestro y la extorsión como delitos sumamente graves, severamente castigados por el derecho interno.

Las personas protegidas por los Convenios de Ginebra deben ser, en primer lugar, respetadas como tales, es decir, en su calidad de seres humanos. Se les debe, además, cierto respeto como individuos, soldados, nacionales de un país extranjero y, en cierta medida, como combatientes.

No se puede atentar contra la vida de las personas protegidas por los Convenios de Ginebra (C. I–IV, art. 3; C. I y II, art. 12; C. Ill, art. 13; C. IV, art. 27; P. I, arts. 10, 51 y 75). Se debe respetar su persona y su honor (C. Ill, art. 14; C. IV, art. 27); se las debe tratar con humanidad (C. Ill, art. 13; C. IV, art. 27) y no se puede atentar contra su dignidad (C. I–IV, art. 3; P. I, art. 75). Los heridos, los enfermos y los muertos deben ser identificados (C. I, art. 16; C. II, art. 19; C. Ill, art. 120; C. IV. art. 130). La inhumación debe ser decente (C. I, art. 17; C. II, art. 20; C. III, art. 120; C. IV, art. 130).

El señor Cornelio Sommaruga, presidente del CICR, estuvo en Washington, del 14 al 17 de mayo de 1989, acompañado por los señores André Pasquier, director de Actividades Operacionales, y Jürg Bischoff, de la División de Prensa.

Los señores Sommaruga y Pasquier fueron recibidos por el presidente de los Estados Unidos, señor George Bush, en presencia del señor Richard F. Schubert, presidente de la Cruz Roja Norteamericana. Los representantes del CICR expresaron su sincera gratitud por la ayuda financiera de las autoridades estadounidenses al CICR y manifestaron asimismo su deseo de que se incremente esta contribución en vista del aumento de las actividades operacionales desplegadas por el CICR en muchas zonas del mundo. Cambiaron también impresiones sobre la ratificación por el Gobierno estadounidense de los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, así como sobre la movilización humanitaria y las actividades en curso del CICR.

El 13 de marzo, la delegación del CICR pudo proseguir sus actividades de asistencia (suspendidas desde mediados de enero) en la región de Soroti. Del programa agrícola se beneficiaron unas 125.000 personas, desprovistas de los medios necesarios para garantizar su autosuficiencia alimentaria; recibieron aperos, alubias (200 toneladas) y semillas de sorgo (100 toneladas). A mediados de abril, se reanudaron las distribuciones de socorros, interrumpidas el 10 de marzo, para las personas desplazadas en el distrito de Gulu; se suministraron víveres, mantas, jabón y utensilios de cocina a más de 10.000 personas.

Por lo que atañe a la detention, los delegados extendieron a las provincias las visitas a los lugares de detención del ejército y a puestos de policía.

Con motivo del Dia Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el 8 de mayo de 1989, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja pidieron a los respectivos Gobiernos que realizaran un Gesto Humanitario particular para proteger la vida y aliviar el sufrimiento, y dar asi fe de su apoyo a los Principios Fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (véase Revista Internacional de la Cruz Roja, nº 92, marzo-abril de 1989, p. 162).

A este respecto, la Revista publica a continuación el texto del mensaje conjunto de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y del Comité Internacional de la Cruz Roja

Además, el 8 de mayo, el señor Cornelio Sommaruga, presidente del CICR, y el señor Mario Villarroel, presidente de la Liga, tuvieron ocasión, en el transcurso de una conferencia de prensa, de reiterar dicho llamamiento a los Gobiernos y de subrayar el significado de este Día Mundial. Seguidamente, también se publica el texto de referenda sobre el Gesto Humanitario.

En el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, los Gobiernos de todo el mundo han hecho sendos Gestos Humanitarios como «regalo de cumpleaños» a nuestro Movimiento con motivo de su 125. ° aniversario.

Estos Gestos dan esperanza y dignidad a los indigentes, a los olvidados y a los desesperados, es decir, aquellos cuya condición sólo podría mejorar con un acto de excepcional benevolencia.

Actualmente, los Convenios de Ginebra son los tratados de mayor aceptación mundial. Adhiriéndose a ellos, Estados de todo el mundo han demostrado su compromiso para con la humanidad y por lo que respecta a la protección de la vida humana.

Los Gestos Humanitarios que hagan hoy los Gobiernos son un eslabón más en la cadena de la solidaridad internacional.

Hoy es el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Para todo el Movimiento. Para los millones de miembros y voluntarios (de los cuales, ¡90 millones son jóvenes!) de las 148 Sociedades Nacionales. Para los colaboradores y delegados de la Liga y del CICR.

Este año hay tres razones para celebrar ese Día. Dos aniversarios y una serie de «regalos de cumpleaóos», al servicio de una misma causa: ¡proteger la vida humana».

En primer lugar, es el aniversario del nacimiento de nuestro fundador, Henry Dunant. Y con él, el de una visión, una acción y una organización.

Pero es tambtén, y ésta es la segunda razón, el Día Mundial de 1989, año de la conmemoración del 125. ° Aniversario del Primer Convenio de Ginebra de 1864 y del 40. ° Aniversario de los Convenios de Ginebra de 1949.

El Consejo Ejecutivo de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja celebró su 23ª reunión en Ginebra, los días 20 y 21 de abril de 1989, presidida por el señor Mario Villarroel, presidente de la Liga.

En su alocución, el presidente expresó su esperanza de que el 70º aniversario de la fundación de la Liga y el «Gesto Humanitario» celebrado el mes de mayo en el marco del 125. ° aniversario del Movimiento incitarán a las Sociedades Nacionales a continuar el desarrollo del Movimiento con el mismo espíritu de paz que animó a sus fundadores.

Seguidamente, el secretario general, señor Pär Stenbäck, presentó un informe sobre las actividades de la Secretaría desde octubre de 1988, destacando las operaciones de socorro y el desarrollo de las Sociedades Nacionales.

En abril de 1984, se fundó el Centro de Estudios y de Formación de la Media Luna Roja Árabe Libia por decisión del III Congreso de la misma Sociedad.

La finalidad de este Centro es preparar y publicar investigaciones en los ámbitos sanitarios y sociales en que actúa la Media Luna Roja y organizar coloquios, seminarios y cursillos, a fin de formar al personal activo de la sede y de las diversas secciones locales de la Media Luna Roja Árabe Libia en los diversos ámbitos en que se despliegan actividades humanitarias. Contribuye también por lo que respecta a la enseñanza y a la difusión de los Principios Fundamentals del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y del derecho internacional humanitario.

En abril de 1984, se fundó el Centro de Estudios y de Formación de la Media Luna Roja Árabe Libia por decisión del III Congreso de la misma Sociedad.

La finalidad de este Centro es preparar y publicar investigaciones en los ámbitos sanitarios y sociales en que actúa la Media Luna Roja y organizar coloquios, seminarios y cursillos, a fin de formar al personal activo de la sede y de las diversas secciones locales de la Media Luna Roja Árabe Libia en los diversos ámbitos en que se despliegan actividades humanitarias. Contribuye también por lo que respecta a la enseñanza y a la difusión de los Principios Fundamentals del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y del derecho internacional humanitario.

Con el título La contribución de los desastres al desarrollo, la Cruz Roja Colombiana organizó un seminario técnico al que asistieron representantes de todas las Sociedades Nacionales de América Latina, así como de las Cruces Rojas Española y Norteamericana, de la Liga, del CICR y del Instituto Henry Dunant y que tuvo lugar del 28 de febrero al 4 de marzo de 1989; también participaron expertos de la CEE, del PNUD, de círculos académicos y de instituciones públicas y sociales colombianas. Durante el seminario se examinaron tres cuestiones:

— ¿lEn qué medida un desastre natural ayuda a que se emprenda una acción de desarrollo en la región afectada?

— ¿ Qué relation hay entre una catástrofe natural, el proceso de reconstrucción, el desarrollo a largo plazo y la prevención de nuevos desastres?

— ¿Cuál es la contribución de la Cruz Roja a las acciones de socorro y a los programas de rehabilitación y de desarrollo?

La Comisión Paritaria encargada de la distribución de las rentas del Fondo de la Emperatriz Shôken se reunió en Ginebra el 29 de marzo de 1989. La Sociedad de la Cruz Roja Japonesa estuvo representada por el Excmo. Sr. Yoshito Hatano, embajador y representante permanente del Japón en Ginebra.

La Comisión Paritaria aprobó el informe financiero correspondiente a 1988 y tomó nota del saldo disponible al 31 de diciembre de 1988, a saber, 322.062 francos suizos, decidiendo incrementar este último a 350.000 francos suizos mediante una transferencia de fondos de la reserva para compensación de la depreciación de inversiones.

Examinando las 31 solicitudes presentadas por 26 Sociedades Nacionales, la Comisión Paritaria pasó revista a las experiencias de los últimos años e hizo notar que siguen vigentes los siguientes criterios establecidos para la adjudicación de los fondos:

La República Helénica ratificó, el 31 de marzo de 1989, el Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales, aprobado en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, el Protocolo I entrará en vigor, para la República Helénica, el 30 de septiembre de 1989.

La República Helénica es el 81º Estado Parte en el Protocolo I.

La República Popular Húngara ratificó el 12 de abril de 1989, los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República Popular Húngara, el 12 de octubre de 1989.

La Repóblica Popular Húngara es el 82º Estado Parte en el Protocolo I y el 72º en el Protocolo II.

La República de Malta se adhirió, el 17 de abril de 1989, a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

Acompaña a esta adhesión la declaración siguiente:

«E1 Gobierno de la República de Malta declara que acepta la competencia de la Comisión Internacional de Encuesta, de conformidad con el artículo 90 del Protocolo I». (Original Inglés — Trad. CICR).

La República de Malta es el decimosegundo Estado que hace una declaración relativa a la Comisión Internacional de Encuesta, la cual se constituirá cuando veinte Estados hayan hecho tal declaración.

Por otra parte, acompañan el instrumento de adhesión las dos reservas siguientes: