El Cercado Grande de los Santuarios (CGS), localizado en el norte del Altiplano Cundiboyacense, centro de Colombia, constituye un lugar excepcional para estudiar los procesos de diferenciación social entre los grupos muiscas, con base en el análisis de la variabilidad mortuoria. A la fecha, se han excavado allí más de 300 contextos funerarios, en lo que fue un centro político de primer orden durante el período comprendido entre 200 aC y 1530 dC (Bernal et al. Reference Bernal, Aristizábal and Rojas2011; Felix Reference Felix2017; Lleras et al. Reference Lleras, Gutiérrez and Pradilla2009; Pradilla Reference Pradilla1991, Reference Pradilla1994, Reference Pradilla and Rodríguez2001; Pradilla et al. Reference Pradilla, Villate and Ortiz1992).
Recientemente, ha tenido lugar un intenso debate respecto a la naturaleza del poder entre los cacicazgos muiscas. Inicialmente descritos por los españoles del siglo dieciséis como profundamente jerárquicos e inequitativos, se sospecha ahora, con base en la evidencia arqueológica, que los líderes de dichas comunidades no poseían el poder atribuido a ellos por los europeos (Gamboa Reference Gamboa2010; Langebaek Reference Langebaek and Gamboa2008, Reference Langebaek2019). Los mecanismos o fuentes de poder que permitieron el surgimiento de la desigualdad social entre los muiscas son poco claros. Según algunos investigadores, existe evidencia de que los caciques pudieron controlar algunos sectores de la economía (Boada Reference Boada2006, Reference Boada and Sánchez2009, Reference Boada, Palumbo, Boada, Locascio and Menzies2013, Reference Boada2018); otros insisten en que el nivel de injerencia de los caciques en la economía de sus comunidades era reducido o inexistente, y su poder se concentraba más bien en el ámbito de lo ideológico (Langebaek Reference Langebaek, Gnecco and Langebaek2006, Reference Langebaek and Gamboa2008, Reference Langebaek2019).
Se espera que los cambios sociopolíticos que devienen en la desigualdad social conlleven diferencias en las actividades que los individuos realizan de forma cotidiana, y que tales diferencias se vean reflejadas en su biología, por lo cual es necesaria una aproximación bioarqueológica a los procesos de complejización social.
La relación entre condiciones de vida y procesos de diferenciación sociopolítica ha sido abordada en la bioarqueología al considerarse el esqueleto como la evidencia más directa de la biología de las poblaciones del pasado (Buikstra y Beck Reference Buikstra and Beck2009; Larsen Reference Larsen1999, Reference Larsen2002). Los restos óseos humanos son analizados como parte de procesos relacionados con lo ambiental, lo político, económico y sociocultural (Goodman y Martin Reference Goodman, Martin, Steckel and Rose2002; Goodman et al. Reference Goodman, Martin and Armelagos1992; Sofaer Reference Sofaer2006). Esta perspectiva biocultural se ha utilizado también para estudiar las sociedades muiscas que habitaron el Altiplano Cundiboyacense (Álvarez y Rodríguez Reference Álvarez, Rodríguez and Rodríguez2001; Boada Reference Boada1987, Reference Boada1995; Cárdenas Reference Cárdenas1993; Correal Reference Correal2010; Langebaek et al. Reference Langebaek, Bernal, Aristizábal, Corcione, Rojas and Santa2011, Reference Langebaek, Jaramillo, Aristizábal, Bernal, Corcione, Mendoza, Pérez, Rodríguez and Zorro2015; Martínez Reference Martínez2005; Marulanda Reference Marulanda2020; Rodríguez Reference Rodríguez1994, Reference Rodríguez2001, Reference Rodríguez2006; Rojas-Sepúlveda y Dutour Reference Rojas-Sepúlveda and Dutour2014; Rojas-Sepúlveda et al. Reference Rojas-Sepúlveda, Ardagna and Dutour2008). Se ha indagado si élites y comuneros tuvieron acceso desigual a ciertos alimentos, si presentaban distintos grados de incidencia de algunas enfermedades, o si ejecutaban actividades diferentes. Estas indagaciones se han llevado a cabo mediante la observación de diferentes tipos de información, dentro de los que se encuentran análisis de la distribución de restos óseos animales (Boada Reference Boada2007), de isótopos estables (Aristizábal Reference Aristizábal2015), dentales (Boada Reference Boada2007; Mendoza Reference Mendoza2015) y de restos óseos humanos (Boada Reference Boada2007; Marulanda Reference Marulanda2020). Estos estudios concluyen que no existen diferencias biológicas significativas entre grupos que pueden ser considerados de élite y los que pueden ser considerados del común, por lo que el proceso de diferenciación sociopolítica no habría alterado de forma importante las condiciones de vida de las poblaciones muiscas.
Sin embargo, los mencionados estudios se efectuaron sobre muestras provenientes de sitios no bien definidos en su jerarquía dentro del sistema de asentamientos a nivel regional (Langebaek et al. Reference Langebaek, Bernal, Aristizábal, Corcione, Rojas and Santa2011, Reference Langebaek, Jaramillo, Aristizábal, Bernal, Corcione, Mendoza, Pérez, Rodríguez and Zorro2015), o de importancia secundaria (Boada Reference Boada, Oyuela-Caycedo and Raymond1998, Reference Boada2007). Por ello, no hay certeza de que se haya analizado un sitio con enterramientos y viviendas de élite, lo que explicaría que las diferencias observadas sean mínimas o inexistentes. Así, cobra relevancia el estudio presentado a continuación ya que la muestra proviene de un sitio cuya importancia política ha sido advertida desde época colonial (Pradilla et al. Reference Pradilla, Villate and Ortiz1992; Villate Reference Villate2001), y comprobada arqueológicamente mediante estudios de patrones de asentamiento (Argüello Reference Argüello2016a). El objetivo del presente artículo es estudiar la relación entre indicadores de diferenciación social y las condiciones de vida de las personas sepultadas en el CGS, un importante centro político, destacado por los españoles en sus primeras incursiones al centro de Colombia.
Los cacicazgos muiscas
El Altiplano Cundiboyacense es una extensa zona localizada en el centro de Colombia, sobre la cordillera oriental (Figura 1). Según relatos europeos del siglo dieciséis, habitaban allí grupos por ellos denominados muiscas, de habla Chibcha (Anónimo Reference Tovar1988 [ca. 1532]; Botiva Reference Botiva1989; Langebaek Reference Langebaek1992, Reichel-Dolmatoff Reference Reichel-Dolmatoff1965, Reference Reichel-Dolmatoff1986). Las fuentes enfatizan en sus desigualdades sociopolíticas (Anónimo Reference Tovar1988 [ca. 1532]), y coinciden en que los grupos muiscas se organizaban jerárquicamente, liderados por señores que heredaban el cargo a través de lazos familiares y que poseían determinadas prerrogativas al interior de la comunidad (de Castellanos Reference de Castellanos1857 [1601]; Fernández de Piedrahita Reference Fernández de Piedrahita1973 [1688]; Simón Reference Simón1981 [1627]). La configuración de estas relaciones sociopolíticas se asemeja a lo que en la literatura histórica y antropológica se conoce como cacicazgos: sociedades con algún grado de desigualdad política basada en el acceso al cargo a través de la herencia (Earle Reference Earle and Earle1991; Villamarín y Villamarín Reference Villamarín, Villamarín, Salomon and Schwartz1999).
Los cacicazgos muiscas fueron descritos como altamente jerarquizados y sus líderes como déspotas que concentraban un enorme poder sobre las diferentes esferas de la vida de los comuneros (de Castellanos Reference de Castellanos1857 [1601]; Fernández de Piedrahita Reference Fernández de Piedrahita1973 [1688]). La organización sociopolítica habría correspondido a un modelo piramidal, en algunos casos con varios niveles de jerarquía (Gamboa Reference Gamboa2010). Según las descripciones europeas, dos enormes cacicazgos rivalizaban en el control de grandes poblaciones y recursos: el cacicazgo de Tunja y el de Bogotá. Cada uno de ellos se compondría de caciques menores y subsidiarios (Londoño Reference Londoño1985; Tovar Reference Tovar1980). El cacique de Tunja poseía un territorio de cientos de kilómetros, con una población de más de 300.000 súbditos agrupados en cacicazgos menores.
Esta mirada homogeneizante y magnánima de los cacicazgos muiscas ha sido matizada a la luz de nuevas revisiones de documentos coloniales. Gamboa (Reference Gamboa2010) ha propuesto que el grado de variabilidad de las comunidades que habitaban el Altiplano Cundiboyacense en el siglo dieciséis fue enorme. También se ha advertido que los documentos a partir de los cuales se construyó la idea de caciques poderosos contenían profundos sesgos y buscaban resaltar los logros de los conquistadores (Borja Reference Borja2002).
Las investigaciones arqueológicas en el área arrojan un panorama ambiguo respecto a la naturaleza del poder político de los cacicazgos muiscas. Existe evidencia que apoya la presencia de unidades políticas de carácter regional, cuyo eje gravitaba en torno a centros que coinciden con aquellos descritos por los españoles como lugares centrales (Boada Reference Boada2006, Reference Boada, Palumbo, Boada, Locascio and Menzies2013, Reference Boada2018; Fajardo Reference Fajardo2016; Jaramillo Reference Jaramillo2015; Langebaek Reference Langebaek1995, Reference Langebaek2001). También hay evidencia que indicaría algún nivel de diferenciación entre la población y el control de los caciques sobre algunos medios de producción, como la tierra, las obras públicas (Boada Reference Boada2018) y la producción de textiles (Boada Reference Boada and Sánchez2009). No obstante, se ha indicado que los niveles de diferenciación política observada a través del registro arqueológico no se compadecen con los esperados de la lectura propia de las crónicas españolas (Reichel-Dolmatoff Reference Reichel-Dolmatoff1965), por lo que se ha cuestionado el grado de poder que pudieron tener realmente estos caciques (Langebaek Reference Langebaek2019). Se ha sugerido que sólo tenían algún nivel de control sobre ámbitos ideológicos y religiosos, con poca injerencia sobre la economía (Argüello Reference Argüello2016b; Henderson y Ostler Reference Henderson and Ostler2005; Langebaek Reference Langebaek and Gamboa2008). Es probable que la falta de correlatividad entre las descripciones europeas y la evidencia arqueológica responda al hecho de que se haya privilegiado un tipo de información que no necesariamente es fiel reflejo de las condiciones sociopolíticas. Es este el caso de la evidencia mortuoria, cuya variabilidad puede responder a condicionantes diferentes al estatus político de la persona enterrada, o incluso podría haber sido conscientemente manipulada para enmascarar relaciones políticas desiguales (Ashmore y Geller Reference Ashmore, Geller, Rakita, Buikstra, Beck and Williams2005; Gamble et al. Reference Gamble, Walker and Russell2001; Lull Reference Lull2000; Parker Reference Parker1999; Rakita y Buikstra Reference Rakita, Buikstra, Rakita, Buikstra, Beck and Williams2005). Por ejemplo, Rodríguez (Reference Rodríguez2011a, Reference Rodríguez2011b) ha planteado que parte de la variabilidad funeraria muisca responde a condicionantes relacionados con aspectos religiosos y chamánicos, mas no con el orden político. Los lugares donde vivían los caciques y su parentela, en los que se tomaban decisiones y se realizaba toda suerte de actos políticos y religiosos, fueron denominados “cercados” por los españoles (Pradilla et al. Reference Pradilla, Villate and Ortiz1992; Villate Reference Villate2001).
Desde las primeras investigaciones arqueológicas en el CGS se hizo evidente su importancia y singularidad (Hernández de Alba Reference Hernández de Alba1937a, Reference Hernández de Alba1937b). Es uno de los pocos sitios en el Altiplano Cundiboyacense que alberga arquitectura monumental, representada en una veintena de monolitos, probablemente utilizados en actividades rituales. La profusa ritualidad del sitio se evidencia en la gran cantidad de tumbas que abarcan un amplio período de ocupación (200 aC-1530 dC). Se cuenta con algo más de 300 contextos funerarios excavados en diferentes sectores del sitio (Bernal et al. Reference Bernal, Aristizábal and Rojas2011; Felix Reference Felix2017; Pradilla Reference Pradilla1991, Reference Pradilla and Rodríguez2001; Pradilla et al. Reference Pradilla, Villate and Ortiz1992). La evidencia arqueológica indica que el CGS fue permanentemente habitado, pues se han excavado restos de actividades domésticas (Bernal et al. Reference Bernal, Aristizábal and Rojas2011; Castillo Reference Castillo1981; Lemus Reference Lemus2018) junto con las tumbas, lo que denota un palimpsesto de actividades rituales y cotidianas.
Existe evidencia que apoya la idea según la cual el CGS ocupó un lugar central en la dinámica sociopolítica de la región. El cacicazgo de Tunja fue destacado como uno de los más grandes y poderosos que hallaron los españoles en su incursión al centro de Colombia (Anónimo Reference Tovar1988 [ca. 1532]; de Castellanos Reference de Castellanos1857 [1601]). Los documentos coloniales han permitido situar al menos una decena de cercados en el área que actualmente ocupa la ciudad de Tunja, donde resalta el CGS por su carácter ritual (Pradilla et al. Reference Pradilla, Villate and Ortiz1992; Villate Reference Villate2001). Un estudio de los patrones de asentamiento regional mostró que el CGS fue uno de los sitios de mayor tamaño y densidad poblacional durante toda la época prehispánica (Argüello Reference Argüello2016a).
No obstante, la evidencia arqueológica estudiada no provee indicadores contundentes de diferenciación social al interior del CGS. Los análisis de los contextos domésticos de distintos sectores del sitio no han arrojado diferencias significativas entre unos y otros lugares de habitación (Lemus Reference Lemus2018; Ramos Reference Ramos2018). En algunas viviendas se han identificado fragmentos cerámicos de vasijas procedentes de regiones lejanas (Chávez Reference Chávez2020), pero no eran exclusivas de los pobladores del cercado (Torres Reference Torres2018). Otros estudios han documentado la presencia de algunos elementos en las tumbas, generalmente asociados a procesos de diferenciación social, como cráneos modificados artificialmente, piezas de oro, elementos foráneos procedentes de zonas distantes a cientos de kilómetros, y vasijas cerámicas, lo cual no es frecuente en las tumbas de esta región (Bernal et al. Reference Bernal, Aristizábal and Rojas2011; Felix Reference Felix2017; Pradilla Reference Pradilla and Rodríguez2001). Aunque no existen contextos funerarios que sobresalgan y puedan ser indudablemente nominados como tumbas de élite (Pradilla Reference Pradilla and Rodríguez2001), es clara la existencia de un grupo de individuos con rasgos físicos y ajuares que los diferencian (Felix Reference Felix2017).
En suma, la notoriedad regional del CGS no pareciera tener su paralelo en diferencias significativas en las unidades domésticas y contextos funerarios. En perspectiva regional, las viviendas y tumbas de los habitantes del CGS son prácticamente iguales a las de los habitantes de cualquier otro sitio por fuera del cercado (Argüello Reference Argüello2020; Benítez y Castellanos Reference Benítez and Castellanos2017).
Los análisis bioantropológicos efectuados en el CGS indican condiciones de vida difíciles. Álvarez y Rodríguez (Reference Álvarez, Rodríguez and Rodríguez2001) concluyeron que la proporción de individuos entre 0 y 9 años es alta (45,1%, 46/102), y correspondería al impacto de enfermedades infecciosas como la tuberculosis y al infanticidio. Rodríguez (Reference Rodríguez2006) estableció una esperanza de vida al nacer de 19,8 años, la que es baja si se le compara con otros sitios del altiplano. Rojas-Sepúlveda y Dutour (Reference Rojas-Sepúlveda and Dutour2014) realizaron un trabajo comparativo evaluando la enfermedad articular degenerativa (EAD) y los cambios entesiales (CE). La muestra del CGS arrojó frecuencias similares a otras colecciones muiscas. Sánchez (Reference Sánchez2018) estudió algunos indicadores óseos y dentales y concluyó que los individuos estuvieron expuestos a episodios carenciales a consecuencia de deficiencias en proteínas, minerales o vitaminas, así como a otros factores estresantes de posible origen traumático o infeccioso. Finalmente, Ramírez (Reference Ramírez2020) encontró que el elevado consumo de carbohidratos produjo altas frecuencias de desgaste dental, caries y cálculos dentales.
Materiales y métodos
Se estudió la relación entre seis indicadores de las condiciones de vida de la población inhumada en el CGS, y tres indicadores de diferenciación social. Si bien la problemática se puede abordar a partir de diversas líneas de evidencia, se optó por la valoración macroscópica de los indicadores de estrés fisiológico y de actividad física, con el propósito de evaluar las condiciones de vida y algunas características del ajuar y del individuo inhumado, como indicadores de diferenciación social.
Indicadores óseos y dentales de estrés fisiológico
Es posible valorar alteraciones fisiológicas en restos esqueléticos de poblaciones del pasado a partir del estudio de un conjunto de proxis en las estructuras óseas y piezas dentales como indicadores de respuestas a determinados agentes estresantes (Buikstra y Beck Reference Buikstra and Beck2009; Campillo Reference Campillo2001; Ortner Reference Ortner2003; Rodríguez Reference Rodríguez2006). De este conjunto, se consideran algunos indicadores macroscópicos, tanto de estrés fisiológico no específico (hipoplasia lineal del esmalte dental, reacción perióstica, hiperostosis porótica y cribra orbitalia) como relacionados con la actividad física de los individuos (CE y EAD).
La hipoplasia del esmalte dental obedece a cambios en el comportamiento ameloblástico que causan defectos en su desarrollo. Los factores que desatan dichas alteraciones pueden relacionarse con enfermedades infecciosas, carencias nutricionales, enfermedades contraídas a edades muy tempranas, traumatismos o anomalías congénitas. Además, al producirse durante el desarrollo de la dentición del individuo —decidua o permanente— es un claro indicador de afecciones fisiológicas tempranas (Armelagos et al. Reference Armelagos, Goodman, Harper and Blakey2009; Kinaston et al. Reference Kinaston, Anna Willis, Miszkiewicz, Tromp, Oxenham and Buikstra2019; Simmer y Hu Reference Simmer and Hu2001). Debido a su asociación multietiológica, existen diferentes clases de defectos que pueden apreciarse en la superficie del esmalte dental (Schultz et al. Reference Schultz, Carli-Thele, Schmidt-Schultzf, Kierdorf, Kierdorf, Teegen, Kreutz, Alt, Rösing and Teschler-Nicola1998), pero en este estudio se atendió únicamente a la hipoplasia lineal del esmalte dental, observable en los dientes anteriores (caninos e incisivos) y premolares.
Aunque la hiperostosis porótica (lesiones porosas en la superficie ectocraneal) y la cribra orbitalia (porosidades discretas o difusas en el techo de las órbitas oculares del cráneo) están asociadas a una reacción de la médula ósea roja que deviene en la expansión del diploe, aún se discute su etiología. Si bien la anemia por deficiencia de hierro ha sido propuesta como su causa en estudios bio-antropológicos, esta asociación “causal” no ha merecido una aceptación generalizada y se ha sugerido otro tipo de causas asociadas, desde insuficiencia de vitamina B12 hasta afecciones de naturaleza infecciosa o genética (Brickley Reference Brickley2018; McIlvaine Reference McIlvaine2013; Oxenham y Cavill Reference Oxenham2010; Walker et al. Reference Walker, Rhonda Bathurst, Gjerdrum and Andrushko2009).
La reacción perióstica —es decir, la producción anormal de hueso superficial que a menudo resulta en la elevación irregular de la superficie ósea— puede obedecer a factores infecciosos (como osteomielitis) o no infecciosos (como eventos traumáticos) (Campillo Reference Campillo2001; Goodman y Martin Reference Goodman, Martin, Steckel and Rose2002; Larsen Reference Larsen1999). Al ser fácilmente valorada macroscópicamente, es otro importante indicador de procesos patológicos (Larsen Reference Larsen1999). La presencia de reacciones periósticas muy localizadas y ubicadas de forma asimétrica en los miembros inferiores no fue registrada, ya que su origen —cuando se manifiesta de esta forma— puede obedecer a eventos traumáticos y no a estrés fisiológico.
El alcance de la observación y análisis de indicadores de estrés fisiológico depende del estado de preservación de los individuos (Waldron Reference Waldron1994); por ello, se excluyeron del análisis aquellos sin cráneo. Para cada individuo incluido se determinó sexo (femenino, masculino o indeterminado) y se estimó rango de edad,Footnote 1 atendiendo al desarrollo y grado de fusión de huesos del cráneo, a la erupción dental, a los centros secundarios de osificación de huesos largos para individuos subadultos, a los cambios degenerativos de la superficie auricular y sínfisis púbica (ambos en el hueso coxal), así como a la terminación esternal de la cuarta costilla y la obliteración de las suturas craneales para los individuos adultos (Brooks y Suchey Reference Brooks and Suchey1990; Brothwell Reference Brothwell1965; Buikstra y Ubelaker Reference Buikstra and Ubelaker1994; Isçan et al. Reference Isçan, Loth and Wright1984, Reference Isçan, Loth and Wright1985; Lovejoy et al. Reference Lovejoy, Meindl, Pryzbeck and Mensforth1985; Scheuer y Black Reference Scheuer and Black2000; White Reference White2011). Únicamente se determinó el sexo en individuos juveniles y adultos.
Se atendió al grado de preservación de las estructuras óseas y dentales, ya que la acción tafonómica pudo haber conducido a su erosión, fragmentación e incluso a su pérdida. El correspondiente registro de cada uno de los indicadores observados tuvo en cuenta la propuesta metodológica de Steckel y colaboradores (Reference Steckel, Larsen, Sciulli, Walker, Steckel, Larsen, Roberts and Baten2018). La hipoplasia fue registrada como “no observable” cuando más del 50% de las coronas de los dientes anteriores y premolares estuvieran desgastados o ausentes. La hiperostosis porótica se consideró “no observable” cuando más del 50% de los huesos occipital y parietales estuvieran deteriorados o ausentes. La cribra orbitalia se consideró “no observable” cuando, por lo menos, una de las órbitas oculares estuviera ausente. De igual manera, para el registro de la reacción perióstica en los miembros, se tuvo en cuenta su presencia y estado de preservación. Se consideraron dos conjuntos de elementos que corresponden a las regiones anatómicas de miembros superiores (húmero, cúbito y radio) y de miembros inferiores (fémures, tibias y peronés). La reacción perióstica se codificó como “no observable” cuando la región anatómica correspondiente carecía de más de un tercio de su superficie o cuando presentaba un deterioro de origen tafonómico tal que impidiera una observación adecuada.
En aquellas piezas dentales y estructuras óseas cuya presencia y estado de preservación permitían la observación, los indicadores se registraron como se describe a continuación (Steckel et al. Reference Steckel, Larsen, Sciulli, Walker, Steckel, Larsen, Roberts and Baten2018). La hipoplasia se consideró ausente cuando no se observó ninguna línea horizontal en la estructura del esmalte de la corona dental; leve cuando se observó uno o varios surcos lineales tenues y discretos en la superficie del esmalte; y severa cuando se detectó una o varias líneas macroscópicas horizontales en la estructura del esmalte dental de la corona. La hiperostosis porótica se consideró ausente cuando ni los parietales ni el hueso occipital presentaron lesión porótica alguna; leve cuando en huesos parietales u occipital se presentó una ligera porosidad a manera de puntos discretos sin involucrar una expansión del diploe; y severa cuando en dichos huesos craneales se observaron lesiones porosas macroscópicas con posible expansión del diploe. La cribra orbitalia se registró como ausente cuando no se observó porosidad alguna en los techos de las órbitas oculares; leve cuando se identificó un conjunto de agujeros finos, pero que no cubrían un área mayor a 1 cm del techo de la órbita; y severa cuando en la órbita se presentaron poros macroscópicos, con tendencia a agruparse y que podrían cubrir un área mayor a 1 cm. La reacción perióstica fue considerada como ausente cuando no se evidenció formación superficial de hueso nuevo; leve cuando se observaron acentuadas líneas longitudinales en el periostio, o parches discretos de hueso reactivo; y severa cuando se presentaron parches elevados de hueso reactivo que pudieron involucrar la expansión del hueso cortical y su deformación morfológica. Si bien los datos se registraron como se acaba de describir, para evitar grupos con número reducido de individuos, las frecuencias fueron calculadas únicamente teniendo en cuenta individuos observables cuyos indicadores se consideraron presentes o ausentes.
Indicadores óseos de actividad física
Se incluyeron individuos mayores de 15 años cuyo sexo y edad se obtuvo a partir de los métodos antropológicos anteriormente mencionados (Brooks y Suchey Reference Brooks and Suchey1990; Brothwell Reference Brothwell1965; Buikstra y Ubelaker Reference Buikstra and Ubelaker1994; Isçan et al. Reference Isçan, Loth and Wright1984, Reference Isçan, Loth and Wright1985; White Reference White2011). Aquellos individuos que presentaron signos de hiperostosis esquelética difusa idiopática (DISH), espondilitis anquilosante o algún trauma (Ortner Reference Ortner2003) que comprometiera el movimiento normal, fueron descartados siguiendo las recomendaciones de Benjamin y colaboradores (Reference Benjamin, Hechmi Toumi, Graeme Bydder and Milz2006), de Dutour (Reference Dutour1992) y de Hawkey y Merbs (Reference Hawkey and Merbs1995). Para el registro de enfermedad articular degenerativa (EAD) y de los cambios entesiales (CE), se siguió una metodología sistemática previamente propuesta por Rojas-Sepúlveda y colaboradores (Reference Rojas-Sepúlveda, Ardagna and Dutour2008) y Rojas-Sepúlveda y Dutour (Reference Rojas-Sepúlveda and Dutour2014). El registro de la EAD comenzó con la evaluación del estado de preservación de cada una de las articulaciones, y continuó con la observación macroscópica de las manifestaciones y su registro por medio de códigos relacionados con la expresión de la manifestación de 0 a 3 (Jurmain Reference Jurmain1990; Nathan Reference Nathan1962; Rojas-Sepúlveda et al. Reference Rojas-Sepúlveda, Ardagna and Dutour2008). Las manifestaciones observadas incluyeron los osteofitos (Nathan Reference Nathan1962; Rogers y Waldron Reference Rogers and Waldron1995), la labiación (Rogers et al. Reference Rogers, Waldron and Dieppe1987; Rojas-Sepúlveda et al. Reference Rojas-Sepúlveda, Ardagna and Dutour2008), la eburnación (Bridges Reference Bridges1992; Ortner Reference Ortner2003; Rogers y Waldron Reference Rogers and Waldron1995; Rogers et al. Reference Rogers, Waldron and Dieppe1987; Rothschild Reference Rothschild1997) y la porosidad (Rothschild Reference Rothschild1997).
Los CE se observaron en los sitios incluidos en un estudio anterior (Rojas-Sepúlveda y Dutour Reference Rojas-Sepúlveda and Dutour2014) y se utilizó la metodología de Hawkey y Merbs (Reference Hawkey and Merbs1995), codificándolos de 0 a 6 según su expresión. Dicho método sigue siendo vigente, a pesar de las múltiples propuestas que han sido publicadas pero que no ponen un punto final a la discusión (Henderson y Alves-Cardoso Reference Henderson and Cardoso2013; Jurmain y Villotte Reference Jurmain and Villotte2010; Mariotti et al. Reference Mariotti, Facchini and Belcastro2004, Reference Mariotti, Facchini and Belcastro2007; Santos et al. Reference Santos, Alves-Cardoso, Assis and Villotte2010).
Se globalizó la EAD por área anatómica y luego para el esqueleto apendicular superior, el apendicular inferior y el esqueleto axial. Los CE se globalizaron en los miembros superiores y en los inferiores, asignando en cada caso el código más alto registrado. En el cálculo de frecuencias se tuvieron en cuenta individuos observables, cuyos indicadores se consideraron presentes o ausentes con el fin de no obtener grupos muy reducidos.
Construcción de la base de datos
Aunque a la fecha se ha excavado en el CGS un aproximado de 300 contextos funerarios, se cuenta con información detallada de 248 tumbas. El cercado fue poblado durante 2.000 años aproximadamente, y existen tumbas pertenecientes a todos los períodos arqueológicos (Lleras et al. Reference Lleras, Gutiérrez and Pradilla2009), pero sólo un reducido número de ellas ha sido datado. Existe un importante grado de variación diacrónica y dentro de cada período, por lo que no es fácil asignar cronología a cada una de las tumbas con base en patrones observados (Argüello Reference Argüello2020). Por ende, no se realiza aquí alguna consideración respecto a los cambios temporales en los indicadores estudiados.
Dado el estado diferencial de preservación de los elementos óseos y dentales, el número de individuos que permiten la observación de los indicadores de actividad física y de estrés fisiológico se reduce considerablemente. Por ello, la observación de cada uno de los indicadores propuestos en este artículo no siempre se pudo realizar al mismo número de individuos.
La información bioarqueológica fue comparada con tres indicadores de diferenciación social. Por una parte, se ha propuesto que la modificación craneal artificial dentro de los grupos muiscas fue un indicador de diferencias sociales y permitiría reconocer en ella a los grupos de élite (Boada Reference Boada1995, Reference Boada, Oyuela-Caycedo and Raymond1998). Otro indicador de diferencias sociales planteado es la presencia de ajuares “más ricos” en las tumbas (Boada Reference Boada, Oyuela-Caycedo and Raymond1998, Reference Boada, Enciso and Therrien2000, Reference Boada2007; Langebaek et al. Reference Langebaek, Bernal, Aristizábal, Corcione, Rojas and Santa2011, Reference Langebaek, Jaramillo, Aristizábal, Bernal, Corcione, Mendoza, Pérez, Rodríguez and Zorro2015), expresado en la cantidad y diversidad de ítems. Sin embargo, en general, las tumbas en el Altiplano Cundiboyacense no se caracterizan por la cantidad o diversidad de los objetos presentes en los ajuares (Argüello Reference Argüello2020). En dos sitios al sur del Altiplano Cundiboyacense con grandes cantidades de tumbas, la presencia de vasijas oscila entre 13% (Calderón et al. Reference Calderón, Huertas, Marulanda, Mendoza, Moreno, Rivas, Santa, Santa, Vargas and Argüello2019) y 18% (Langebaek et al. Reference Langebaek, Jaramillo, Aristizábal, Bernal, Corcione, Mendoza, Pérez, Rodríguez and Zorro2015). En El Venado, aldea localizada a algunos kilómetros del CGS, los ajuares más ricos, procedentes de las tumbas del sector donde habitaba la élite, fueron definidos como aquellos con mayor diversidad y cantidad de objetos, más elaborados o foráneos (Boada Reference Boada2007). En este artículo sólo se presentan los resultados del análisis de la presencia o la ausencia de vasijas en los ajuares del CGS, ya que otras variables relacionadas analizadas de forma independiente, tales como objetos foráneos o presencia de oro, presentaron frecuencias demasiado bajas y de poca significancia estadística.
En el CGS existe un pequeño grupo de individuos con lo que podría aquí denominarse “ajuares suntuosos” (compuestos por varias vasijas y/o oro y/o objetos foráneos). Buena parte de los individuos de este grupo presenta adicionalmente modificación craneal artificial y mayor inversión de energía en la fabricación de sus tumbas (Felix Reference Felix2017). La presencia conjunta de estas características permite asumir de forma hipotética a este grupo (G1) como la élite del CGS para compararlo con el resto de los individuos que no presenta ninguna de ellas (G2). Otras variables que han sido generalmente asociadas a marcadores de diferenciación social, tales como inversión de energía y tratamiento del cuerpo, no son presentadas en este estudio dado que el número de individuos observados es reducido y no permite inferencias estadísticas con niveles aceptables de significancia.
El análisis entre los subgrupos de una misma variable se hizo por medio de la observación de las diferencias en los porcentajes de individuos observados mediante una prueba de X2 y una comparación con rangos de error asociados. En los casos en que el valor esperado en la prueba de X2 fue menor a cinco se aplicó la prueba de Fisher's exact. Estos análisis son complementarios y permiten tener una mayor confiabilidad en las conclusiones aquí propuestas. Se asumió un nivel de confianza superior al 95% para admitir los resultados como válidos (Drennan Reference Drennan2009).
Resultados
La muestra estudiada se compone de 169 individuos. Es heterogénea, pues presenta individuos masculinos y femeninos de todos los grupos etarios, excepto adultos mayores (Tabla 1). Respecto a la presencia de los indicadores de estrés fisiológico (Tabla 2, Figura 2), se observa una mayor frecuencia de reacción perióstica en miembros inferiores (45,9%), seguido de la hiperostosis porótica (31,3%), mientras que la hipoplasia del esmalte dental se presenta en 18,3% de los individuos de la colección. En lo que a los indicadores óseos de actividad física respecta (Tabla 3), resalta la presencia de CE en los miembros superiores (98,8%) y en los miembros inferiores (85,7%), y de EAD en el esqueleto axial (65,2%), frente a una menor presencia de esta misma en el esqueleto apendicular superior (28,5%) e inferior (30,9%).
Notas: Frecuencias presentadas en la forma n/N, siendo n el número de individuos de la categoría en los cuales se observó el indicador, y N el número de individuos de la categoría para los cuales el indicador era observable. Cuando sólo hay valor en p y está en cursiva, quiere decir que la prueba fue Fisher; en negrilla, diferencias estadísticamente significativas <0,05.
Notas: Frecuencias presentadas en la forma n/N, siendo n el número de individuos de la categoría en los cuales se observó el indicador, y N el número de individuos de la categoría para los cuales el indicador era observable. Cuando sólo hay valor en p y está en cursiva, quiere decir que la prueba fue Fisher; en negrilla, diferencias estadísticamente significativas <0,05.
Si bien tres de los indicadores de estrés fisiológico se observan con mayor frecuencia en individuos masculinos, no sucede lo mismo en lo que respecta a los indicadores de actividad física, pues, con excepción de CE en miembros superiores, los demás presentan mayores frecuencias en individuos femeninos. Al observar las Tablas 2 y 3, se puede notar que las diferencias entre los individuos masculinos y femeninos son significativas sólo en los casos de la hiperostosis porótica y de la EAD en los miembros superiores.
Respecto a las variables indicativas de diferenciación social, no hay ninguna diferencia significativa en la incidencia de los indicadores óseos de estrés fisiológico, ni referentes a la actividad física entre los individuos con y sin modificación craneal artificial (Figura 3). Tampoco entre los individuos de los grupos 1 y 2 (Figura 4). Tan sólo se documentó una diferencia significativa entre los individuos con y sin vasijas, en relación con una menor afectación de EAD en el esqueleto apendicular superior de los individuos inhumados sin vasijas (Figura 5). El pequeño porcentaje de individuos inhumados con vasijas (9,4%) es a su vez heterogéneo y no existe alguna preferencia según sexo o edad.
Discusión
Los análisis realizados permiten una aproximación a la relación entre condiciones de vida y diferenciación social de las sociedades muiscas del norte del Altiplano Cundiboyacense. La alta frecuencia de hiperostosis porótica en el CGS, en comparación con otras colecciones de la región (Langebaek et al. Reference Langebaek, Bernal, Aristizábal, Corcione, Rojas and Santa2011, Reference Langebaek, Jaramillo, Aristizábal, Bernal, Corcione, Mendoza, Pérez, Rodríguez and Zorro2015; Marulanda Reference Marulanda2020; Rojas-Sepúlveda y Rivera-Sandoval Reference Rojas-Sepúlveda, Rivera-Sandoval, Ubelaker and Colantonio2019), sugiere una considerable exposición de la población, ya sea a restricciones de fuentes de micronutrientes, o a recurrentes eventos patológicos de origen infeccioso o parasitario que devinieron en episodios de vómito o diarrea. Parece claro que dicha exposición era significativamente diferencial, pues la mayor incidencia en los individuos masculinos da cuenta de posibles actividades y roles sociales que hicieran que las mujeres estuvieran menos expuestas a los escenarios referidos. Esta conclusión se reforzaría, además, en la menor exposición de los individuos femeninos a factores estresantes de probable carácter infeccioso que pudieran desencadenar reacciones periósticas en los miembros inferiores.
Respecto a los indicadores de actividad física, las frecuencias de CE son comparativamente altas, mientras que las de EAD son comparativamente bajas respecto a otras muestras arqueológicas de la región (Rojas-Sepúlveda y Rivera-Sandoval Reference Rojas-Sepúlveda, Rivera-Sandoval, Ubelaker and Colantonio2019). Lo anterior ha sido previamente interpretado como una evidencia del inicio temprano de actividad física con cargas muy pesadas, pero con movimientos poco repetitivos (Rojas-Sepúlveda y Dutour Reference Rojas-Sepúlveda and Dutour2014). De otra parte, el que la mayoría de los indicadores óseos relacionados con actividad física, principalmente EAD y CE en miembros superiores estén presentes con mayor frecuencia en individuos femeninos, parece sugerir una mayor carga desde el punto de vista del trabajo físico. En el mismo sentido, los individuos enterrados con vasijas efectuaron de forma considerable y recurrente actividades que degeneraron, de manera significativa, sus articulaciones superiores. Asimismo, estos individuos, a juzgar por su mayor afectación de EAD en miembros superiores, habrían realizado actividades más repetitivas con sus brazos que aquellos que no presentaban vasijas dentro de su ajuar. Es lícito preguntarse si estos individuos eran alfareros, hipótesis que por el momento no puede ser confirmada, pues no hay una relación unívoca entre la localización de los indicadores de actividad, y un oficio (Rojas-Sepúlveda y Dutour Reference Rojas-Sepúlveda and Dutour2014). Esto abre un interesante debate en el cual se cuestionaría la asociación de la jerarquía con la presencia de este tipo de artefactos.
No se identificaron diferencias significativas en las demás variables consideradas. Los individuos con modificación craneal artificial y aquellos pertenecientes al Grupo 1 (que se caracterizan por poseer objetos foráneos y/o objetos en oro y/o vasijas y/o modificación craneal artificial) tuvieron las mismas condiciones de vida que aquellos sin modificación craneal artificial y los pertenecientes al Grupo 2 (que no poseen ajuar en sus tumbas ni modificación craneal artificial).
Conclusiones
Los resultados obtenidos en este estudio demuestran que la población inhumada en el CGS no presenta diferencias radicales en sus condiciones de vida, dado que no se registraron diferencias al interior del grupo en rasgos tales como modificación craneal artificial, y acceso diferenciado en el ajuar a objetos de oro, vasijas u objetos foráneos. Los resultados muestran que tampoco ellos constituyeron grupos diferenciados respecto al estrés fisiológico o a la actividad física. Las únicas diferencias importantes se relacionan con el sexo y podrían interpretarse como cargas ligeramente más altas de actividad física para las mujeres, pero menor exposición a riesgos que generaran infecciones. En suma, si existió alguna forma de desigualdad entre los antiguos habitantes del CGS, esta se relacionó más con las labores asignadas de acuerdo con el sexo que con el ámbito de lo político.
Este estudio refuerza también la idea de que los caciques muiscas no exhibían el poder asignado por los europeos del siglo dieciséis. La imagen de grandes señores equiparables a los monarcas europeos se diluye ante la evidencia que muestra, que de haber existido un grupo diferenciado en el CGS, este realizaba las mismas labores, obtenía el mismo tipo de alimentación y sufría las mismas patologías que el resto de la población. En suma, los procesos de diferenciación social en esta zona del Altiplano Cundiboyacense no discurrieron paralelamente a una distinción tajante entre las élites y los comuneros.
Las anteriores consideraciones invitan a una reformulación respecto a la naturaleza de la diferenciación social en las denominadas sociedades cacicales, de rango o intermedias. La información obtenida en el CGS indicaría que la diferenciación social no siempre fue acompañada de privilegios o de la separación del grupo dominante de las tareas propias de la vida cotidiana. En otras palabras, los procesos de diferenciación social en esta región de Suramérica, que culminaron en la formación de los cacicazgos descritos por los europeos en el siglo dieciséis, no necesariamente implicaron el tránsito hacia una economía política (sensu Earle Reference Earle1997; Johnson y Earle Reference Johnson and Earle2000), o la conformación de instituciones plenamente diferenciadas del ámbito de la economía doméstica. Es necesario indagar en dichos procesos de diferenciación social desde perspectivas no dependientes de las teorías basadas en la racionalidad económica.
Otros dos posibles escenarios se pueden presentar a la luz de los conceptos de coherencia y disonancia formulados por Quinn y Beck (Reference Quinn and Beck2016). La falta de evidencia de diferenciación social podría indicar la ausencia de tal proceso en las comunidades muiscas (coherencia). Consecuentemente, los cacicazgos muiscas serían más una construcción colonial que una institución prehispánica (Gamboa Reference Gamboa2010). El segundo escenario (disonancia) apuntaría a que aunque existía diferenciación social, esta no se reflejaba en el tratamiento funerario (Gamble et al. Reference Gamble, Walker and Russell2001; Parker Reference Parker1999), o que tal condición fue activamente enmascarada por las élites (Lull Reference Lull2000).
Aunque en principio estos resultados son consecuentes con otras líneas de evidencia (Benítez y Castellanos Reference Benítez and Castellanos2017; Chávez Reference Chávez2020; Lemus Reference Lemus2018; Pradilla Reference Pradilla and Rodríguez2001; Ramos Reference Ramos2018), en el sentido de que no parecen existir indicadores de grados importantes de diferenciación social entre los habitantes del CGS, es necesario profundizar en los estudios sobre condiciones de vida con el fin de comprender la naturaleza del poder político entre las sociedades muiscas. Es claro que la agrupación de los individuos en torno a determinadas variables tiene un efecto en la reducción de la muestra y en la limitación misma de las variables que se pueden analizar.
Agradecimientos
A los evaluadores del artículo, quienes con sus cuidadosas observaciones ayudaron a mejorarlo. Al arqueólogo Carlos Sánchez. Al ICANH por financiar en el año 2018 parte de esta investigación. Al arqueólogo Julio César Rodríguez por la elaboración de las gráficas de bala.
Declaración de disponibilidad de datos
La colección objeto de este estudio se encuentra alojada en las instalaciones de la UPTC, Tunja, Colombia.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no hay ningún conflicto de intereses.