Las poblaciones de la cultura Chinchorro, reconocida por sus complejos tratamientos fúnebres, ocuparon zonas desde Ilo hasta la desembocadura del Río Loa en la costa del desierto chileno-peruano (Arriaza y Standen Reference Arriaza, Standen, Arriaza and Standen2016; Standen Reference Standen1997). En ese contexto Arica aparece como uno de sus nodos principales (Figura 1); sin embargo, la profundidad cronológica de los procesos de formación de sus sitios-tipo ha recibido poca atención investigativa (Santoro et al. Reference Santoro, Rivadeneira, Latorre, Rotthammer and Standen2012).
A la luz de las nuevas dataciones logradas en los asentamientos domésticos Chinchorro —ubicados en la Reserva Estanques y Reserva 2 que administra la Universidad de Tarapacá (UTA) en el Morro de Arica— se discuten aspectos sustanciales de la cronología y estratigrafía del uso diferencial del espacio para la momificación y para los contextos domésticos entre estas poblaciones precerámicas, al igual que se plantean preguntas acerca de los procesos de formación de estos sitios.
Las recientes excavaciones llevadas a cabo entre 2019 y 2020 en el perímetro de las reservas Chinchorro del Morro de Arica, han permitido contrastar el modelo de uso del espacio y estratigrafía sugerido por los equipos de Allison, Focacci y Guillén para los sitios fúnebres de Morro 1, Morro 1/6, Morro 1/5 y Colón 10 (Allison et al. Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984; Arriaza y Standen Reference Arriaza, Standen, Arriaza and Standen2016; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989; Guillén Reference Guillén1992; Standen Reference Standen1997; Republic of Chile [ROCH] 2020). Como resultado, se interpretan ocupaciones humanas sucesivas que conformaron espacios domésticos y productivos desde hace siete mil años en sectores contiguos a los cementerios de la ladera noreste del Morro de Arica. Se trata de áreas domésticas caracterizadas por depósitos lenticulares conchíferos de hasta 2,5 m de espesor, descartados por quienes practicaban la momificación, dando inicio a una dinámica antrópica/natural que, hasta hoy, ha modelado un complejo proceso de formación estratigráfico.
Antecedentes geográficos del área de Arica
El denominado Norte Grande chileno (70° O, 17-27° S) corresponde a la región desértica septentrional de Chile en la zona limítrofe con Perú y Bolivia. Ombroclimáticamente la región presenta hiperaridez, registrando un bioclima tropical hiperdesértico con escasa vegetación asociada. En específico, el territorio de Arica desarrolla un régimen hídrico exorreico, esto es, de algunos cursos de agua que drenan los valles al mar, lo cual —junto a la camanchaca o neblina costera— ha permitido la conformación de acotadas formaciones vegetales en costa y valles, en cohabitación con una limitada fauna terrestre. Esta biota se caracteriza por un piso vegetacional de matorral desértico tropical con dominancia de Nolana adansonii y Nolana lycioides en la costa, y Malesherbia auristipulata junto con Tarasa operculata al interior, en asociación con especies arbóreas como Prosopis sp. (algarrobo, tamarugo), Schinus molle y Acacia macracantha (yaro), entre otras (Luebert y Pliscoff Reference Luebert and Pliscoff2006).
A la cubierta vegetal regional se suma la flora y fauna de espacios de desembocadura, donde proliferan plantas con importante valor económico para las poblaciones humanas del pasado (García y Belmonte Reference García, Belmonte, Arriaza and Standen2016), destacando especies palustres como el junquillo (Scirpus sp.), la totora (Typha sp.), la cola de zorro (Polypogon interruptus) y la cola de caballo (Equisetum giganteum); también crecen arbustos como la brea o sorona (Tessaria absinthioides) y la chilca (Pluchea chingoyo), y una importante cubierta herbácea dominada por la grama salada (Distichlis spicata), añadiendo al conjunto diversas algas marinas costeras como Macrocystis pyrifera y Lessonia sp. El desarrollo natural de prolíficos contextos faunísticos marinos costeros y pelágicos del Océano Pacífico, no es sino el complemento ideal para el desarrollo de la vida humana en esta zona (Marquet et al. Reference Marquet, Bozinovic, Bradshaw, Cornelius, González, Gutiérrez and Hajek1998).
Las ocupaciones humanas de la región de Arica
Las primeras ocupaciones registradas en la costa de Arica se emplazan en la desembocadura de la quebrada de Acha con fechas desde aproximadamente 9000 aP (Muñoz et al. Reference Muñoz, Arriaza and Aufderheide1993). Destaca aquí la primera evidencia registrada de momificación natural correspondiente al individuo de Acha 2 con fecha 14C (sin cal) de 8970 ± 255 aP (Muñoz et al. Reference Muñoz, Arriaza and Aufderheide1993).
La tradición de momificación artificial de pescadores Chinchorro se desarrolla desde aproximadamente 8000-7000 cal aP, con un uso habitual de barro negro rico en óxido de manganeso para el proceso de momificación (Arriaza y Standen Reference Arriaza, Standen, Arriaza and Standen2016; Arriaza et al. Reference Arriaza, Doubrava, Standen and Haas2003). Sin embargo, a partir del cuarto y quinto milenio aP la costa de Arica registra una proliferación de estilos de momificación que probablemente coexistieron, como son las momias rojas (5324-4231 cal aP) y las contemporáneas momias vendadas, añadiéndose las momias cubiertas de pátina de barro (5465-4951 cal aP), la momificación natural (4647-3681 cal aP) y las descritas momias negras (hasta aproximadamente 4880 ± 320 sin cal aP), destacando sus depósitos en los sitios arqueológicos Morro 1, Playa Chinchorro, Maderas Enco y Camarones 14 (Arriaza Reference Arriaza2003; Arriaza y Standen Reference Arriaza, Standen, Arriaza and Standen2016; Silva-Pinto et al. Reference Silva-Pinto, Cáceres, Tonko-Huenucoy and Carpary2021; Standen Reference Standen1997; Figura 1, Tabla 1). De esta manera, los datos sugieren una importante problemática en torno a la aplicabilidad de la secuencia tradicional Chinchorro propuesta por Uhle (Reference Uhle1922) y perfeccionada con posterioridad (Allison et al. Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984; Arriaza y Standen Reference Arriaza, Standen, Arriaza and Standen2016; Arriaza et al. Reference Arriaza, Doubrava, Standen and Haas2003), dada la contemporaneidad de diversas técnicas y prácticas de momificación artificial (Santoro et al. Reference Santoro, Rivadeneira, Latorre, Rotthammer and Standen2012; Silva-Pinto et al. Reference Silva-Pinto, Cáceres, Tonko-Huenucoy and Carpary2021).
* ΔR descartado por disturbación estratigráfica.
La población Chinchorro habría conformado paisajes que articularon espacios domésticos con áreas de funebria (Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989; Santoro et al. Reference Santoro, Rivadeneira, Latorre, Rotthammer and Standen2012). Por ejemplo, la ladera noroeste del Morro de Arica evidencia depósitos domésticos en asociación a sepulturas humanas en los sitios Playa Miller 8 y Quiani 1 y 9, con fechas estos últimos (sin cal) de 6170 ± 220 a 5630 ± 145 años aP y 6370 ± 540 a 5250 ± 430 aP respectivamente (Álvarez Reference Álvarez1969; Bird Reference Bird1967; Dauelsberg Reference Dauelsberg1974; Focacci Reference Focacci1974; Muñoz y Chacama Reference Muñoz and Chacama1982).
Para Focacci y Chacón (Reference Focacci and Chacón1989), la presencia de sepulturas con cuerpos extendidos momificados naturalmente en Morro 1/6 correspondería a un momento post-Chinchorro, el que mantiene algunas características Chinchorro añadiendo materialidad altiplánica como cordelería, calabazas pirograbadas, pigmento de color y el complejo alucinógeno. Con el arribo de la cerámica (período Formativo, aproximadamente 3000-1800 aP), las poblaciones de Arica y el Valle de Azapa comienzan a familiarizarse con ergologías asociadas a la vida agropastoril, como lo atestiguan los restos de las fases culturales Faldas del Morro y el Laucho (costa), Arica (valle) y posteriormente Alto Ramírez, destacando en esta última la construcción de túmulos funerarios entre 2500 y 1700 aP aproximadamente (Muñoz y Fernández Reference Muñoz and Fernández2014; Muñoz et al. Reference Muñoz, Agüero, Valenzuela, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2016). Un punto aparte le corresponde a la textilería formativa, heredera de una rica tradición Chinchorro de confección de cestería y cordelería, registrándose poblaciones locales que comienzan a experimentar con la confección de telas de fibra de algodón y sobre todo de lana de camélido (Muñoz y Fernández Reference Muñoz and Fernández2014; Muñoz et al. Reference Muñoz, Agüero, Valenzuela, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2016).
El período Intermedio tardío (PIT) corresponde al momento entre 800 y 1450 dC de florecimiento de las culturas locales andinas luego del decaimiento de Tiahuanaco-Wari (Muñoz et al. Reference Muñoz, Agüero, Valenzuela, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2016). Para Arica este período significó el desarrollo de la denominada cultura Arica, la que habría potenciado las redes de interacción costa/Altiplano (Chacama Reference Chacama2005; Muñoz y Briones Reference Muñoz and Briones1996; Santoro et al. Reference Santoro, Romero, Standen and Torres2004), junto al desarrollo de los estilos cerámicos San Miguel, Pocoma y Gentilar (Chacama Reference Chacama2005; Muñoz y Briones Reference Muñoz and Briones1996; Muñoz et al. Reference Muñoz, Agüero, Valenzuela, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2016).
Con posterioridad (1400-1536 dC), la región de Arica integró el estado incaico, centralizando el Tawantinsuyo el control sobre los pisos ecológicos regionales logrado por las etnias altiplánicas y costeras (Chacama Reference Chacama2005; Durston e Hidalgo Reference Durston and Hidalgo1997; Muñoz y Briones Reference Muñoz and Briones1996; Muñoz y Chacama Reference Iván and Chacama2006; Murra Reference Murra and John V.1975; Santoro et al. Reference Santoro, Romero, Standen and Topic2009). Durante este período destacan las aldeas tardías de Zapahuira, Caillama e Incahullo (altos de Arica); Pubrisa en la quebrada Livílcar; Incauta, Vila Vila 1-2, Molle Grande 1, Cachicoca y Cerro Blanco (altos de Codpa); y Sahuara y Pachica en los altos de Camarones (Muñoz y Chacama Reference Iván and Chacama2006; Schiappacasse y Niemeyer Reference Schiappacasse and Niemeyer2002).
El área arqueológica del Morro de Arica
En Arica, los sitios arqueológicos de la ladera noreste del Morro figuran entre sus yacimientos más icónicos, registrándose los cementerios Morro 1, Morro 1/5, Morro 1/6 y Colón 10. Sin embargo, factores naturales y antrópicos han llevado a que también sean áreas notoriamente intervenidas desde momentos del Holoceno medio hasta contemporáneos (Figura 2).
El sitio Morro 1 corresponde a diversos contextos de funebria de la tradición de pescadores Chinchorro fechados entre 6453 y 3687 cal aP (Tabla 1), emplazados en la ladera noreste del Morro de Arica (Allison et al. Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984; Standen Reference Standen1997). Uhle (Reference Uhle1922) fue el primero en excavarlo, seguido por Munizaga y Martínez (Reference Munizaga and Martínez1961). Sin embargo, determinantes serían las investigaciones lideradas por Allison y colaboradores (Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984) en Morro 1, tras recuperar 96 individuos momificados, que posteriormente Standen (Reference Standen1997, Reference Standen2003) reevaluó en 134. Se trata de sepulturas entre las que destacan cuatro entierros colectivos con infantes y adultos de ambos sexos con diversos tipos de momificación artificial y natural.
El sitio de Morro 1/6 registra 62 individuos momificados en forma natural, distribuidos en dos sectores con sepulturas colectivas, siendo algunas de estas fechadas por radiocarbono entre 5302 y 3692 cal aP (Tabla 1; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989). Se trata de cuerpos momificados naturalmente, que fueron recubiertos con esteras vegetales o pieles de pelícano o camélido, destacando el uso de colorantes rojos, verdes, ocres y azules tiñendo esqueletos. El sector A de Morro 1/6, ubicado 60 m al sur de Morro 1, podría haberse extendido más allá del punto entregado por Focacci y Chacón (Reference Focacci and Chacón1989), ya que a 30 m de distancia y vecino al borde sur de la “Reserva Estanques” se observan dos amplias concavidades con huellas de sepulturas intervenidas. El sector B del sitio se ubica a más de 100 m al sur (Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989).
El sitio Morro 1/5 adyacente al Mirador de la Virgen, a 90 m al noroeste de Morro 1, ha sido excavado sistemáticamente en dos ocasiones. Durante la primera campaña fueron recuperados 17 cuerpos (16 con momificación artificial), registrándose principalmente infantes y fetos junto con dos mujeres adultas, fechado el contexto en 4825-4419 cal aP (Tabla 1; Guillén Reference Guillén1992, Reference Guillén1997). Durante 2008, debido a trabajos del servicio estatal de viviendas en Chile, se encontraron restos de 14 individuos adscritos a la cultura Chinchorro. De estos, al menos un par presentaba evidencia de momificación artificial (ROCH 2020).
El cementerio Colón 10 (hoy museo de sitio) fue descubierto durante la construcción de un hotel en 2004. Se trata de 49 cuerpos distribuidos en tres sectores, con individuos con escaso ajuar y enterrados en posición decúbito dorsal. Sólo algunos cuerpos presentan evidencias de momificación artificial (ROCH 2020).
El “Plan de gestión de sitios Chinchorro” que desarrolla desde 2011 la UTA (ROCH 2020),Footnote 1 ha permitido la conservación de reservas arqueológicas en la ladera noreste del Morro de Arica, que contienen más de 90 sitios patrimoniales, incluyendo los cementerios clásicos Chinchorro y áreas domésticas no excavadas (Figura 2). Un alto porcentaje de estos se muestra disturbado en medio de un contexto de frecuente deposición contemporánea. De hecho, los sitios arqueológicos Morro 1 y Morro 1/6, hoy incluidos en la “Reserva Estanques”, evidencian unidades de excavación ejecutadas por Allison y Focacci hace casi 50 años y que fueron recubiertas con sedimento y restos contemporáneos como resultado de la dinámica antrópica, geológica y biológica local, cuyos agentes clave son la urbanización de Arica y remociones en masa características del Morro dada su escarpada inclinación sobre 40% (Figura 2).Footnote 2
También la vertiente noroeste del Morro de Arica evidencia depósitos conchíferos como resultado de sucesivas oleadas ocupacionales humanas, probablemente asociadas con la funebria Chinchorro como muestran los sitios de Quiani 1, 9 y Playa Miller 8, para con posterioridad en Quiani 7 aparecer el uso de lana en momentos precerámicos (Álvarez Reference Álvarez1969; Focacci Reference Focacci1974; Muñoz y Chacama Reference Muñoz and Chacama1982). En Quiani 1, Bird (Reference Bird1943, Reference Bird1967) definió una secuencia ocupacional en asociación con cuerpos momificados artificialmente que inicia con un momento precerámico caracterizado por la presencia de anzuelos de concha desde aproximadamente 6220 aP, superponiéndose el también precerámico momento de anzuelos de espina vegetal (probablemente de cactáceas) desde aproximadamente 5600 aP (Mostny Reference Mostny1964).
Quiani 9 registra el depósito de cuatro unidades estratigráficas, mostrando un único e intenso momento ocupacional entre los 10 y 30 cm de profundidad con fechas (sin cal) de 6370 ± 540 aP y 6115 ± 280 aP, apareciendo el estéril a 40 cm de profundidad (Muñoz y Chacama Reference Muñoz and Chacama1982). Finalmente, tanto Quiani como Playa Miller presentan importantes depósitos domésticos de momentos alfareros y la presencia mayoritaria de la cultura Arica (Muñoz y Chacama Reference Muñoz and Chacama1982).
Material y método
Entender la estructura de un conchal antrópico significa, espacialmente, entender la variación cuantitativa y cualitativa de la materialidad a través del depósito arqueológico/cultural, y su articulación con rasgos que nuclearon actividades y definieron procesos de conformación de suelos del área (Claassen Reference Claassen and Schiffer1991; Vélez et al. Reference Vélez, Monsalve, Quiroz, Castañeda, Cardona-Gallo, Terrazas and Sedov2019). Para autores como Schiffer (Reference Schiffer1990, Reference Schiffer1991), en estos procesos de formación de depósitos culturales no solamente intervendrían factores antrópicos, sino también del contexto natural biótico y geofísico.
Con motivo del cercado perimetral de las reservas Chinchorro-UTA en el Morro de Arica en 2019-2020, se abrió la posibilidad de evaluar arqueológicamente áreas adyacentes a los depósitos fúnebres clásicos. El plan de sondeo llevado a cabo por el equipo de la UTA permitió además problematizar y analizar los procesos de formación de los sitios de la ladera noreste del Morro de Arica y sobre todo su secuencia de ocupación Chinchorro.
Se excavaron y tamizaron 25 pozos de 50 × 50 cm cada unoFootnote 3 (Figura 2), mediante niveles artificiales de 10 cm de espesor pues se desconocía la estratigrafía del área, generando no obstante un registro de estratos e interfaces. Dado que la necesidad del cercado perimetral de las reservas UTA permitió que se sondeara hasta los 80 cm, logrando mayores profundidades sólo en pozos de control (Tablas 2 y 3), se consideró en nuestro estudio no solamente la frecuencia de restos culturales por ítem, sino también su densidad por litro de sedimento a través de la secuencia estratigráfica. Las basuras contemporáneas (indicador clave de intervención) se muestrearon aleatoriamente.
Clave en el proceso de formación de los sitios arqueológicos de las reservas de la UTA en el Morro ladera noreste es su fechamiento absoluto, sobre todo considerando aquí las interrogantes acerca de la extensión y cronología de las áreas domésticas y de funebria Chinchorro, con y sin momificación artificial, y las características y extensión de la ocupación alfarera formativa y tardía.Footnote 4 De esta manera, se recuperaron en todos los niveles y capas de las unidades excavadas, muestras de carbón vegetal usado en fogones o áreas de quema además de restos óseos y malacológicos de especies consumidas. Se seleccionó finalmente para fechado absoluto la estratigrafía de los pozos C-8 y C-12 dada su cercanía a las áreas de funebria de Morro 1 y Morro 1/6,Footnote 5 con el fin de determinar la secuencia estratigráfica maestra.
Las muestras fueron enviadas a Beta Analytic (carbón vegetal) y al Laboratorio de Espectrometría de Masas con Aceleradores del Instituto de Física – UNAM en Ciudad de México (restos malacológicos de bivalvos), con el fin de fechar mediante AMS los estratos e interfaces implicadas. Todos los fechados radiocarbónicos publicados y recientes se calibraron y analizaron mediante plot múltiple según las curvas de calibración de uso actual para muestras terrestres (carbón) y marinas (malacología; Heaton et al. Reference Heaton, Kölher, Butzin, Bard, Reimer, Austin and Ramsey2020; Hogg et al. Reference Hogg, Heaton, Hua, Palmer, Turney, Southon and Bayliss2020). Los resultados de las muestras de origen marino fueron calibradas con el programa Calib versión 8.2, curva Marine20, mientras que las muestras de origen atmosférico fueron calibradas con el programa OxCal versión 4.4, curva SHCal20 (Heaton et al. Reference Heaton, Kölher, Butzin, Bard, Reimer, Austin and Ramsey2020; Hogg et al. Reference Hogg, Heaton, Hua, Palmer, Turney, Southon and Bayliss2020). Se ejecutó una sumatoria de fechas en el programa OxCal 4.4, con el fin de detectar agrupamientos temporales significativos de los momentos fechados.
Con el fin de dar luces acerca del efecto marino en la costa andina (cf. Latorre et al. Reference Latorre, de Pol-Holz, Carter and Santoro2017; Merino Reference Merino2017), se obtuvo el índice de efecto reservorio marino (R) y el delta de efecto reservorio regional (ΔR) por nivel/estrato de excavación según el método de conversión de calib.org/deltar/ (intervalo de confianza entre la muestra marina y la probabilidad de densidad de función calibrada inversamente de la muestra atmosférica). Este fue calculado en la página http://calib.org/deltar/.
Las agrupaciones cronológicas obtenidas en OxCal y DeltaR fueron correlacionadas con las características sedimentarias y con la dispersión de restos materiales culturales registradas en los depósitos estratigráficos sondeados, con el fin de interpretar cronología y patrones diferenciales de uso del espacio. Para esto se cuantificó la información de los antecedentes en Excel (tablas de frecuencias y densidades de atributos) y se mapeó la dispersión de restos arqueológicos mediante SIG en programa QGIS 2.18.15 (Densidad Kernel). Se compararon los hotspots obtenidos con radios de 20 y 40 m según escala ordinal de densidad de restos arqueológicos por litro, con el fin de graficar sus procesos de conformación.
Finalmente, se discute el cuerpo de datos obtenidos y las eventuales hipótesis inferidas.
Fechados absolutos
Se cotejaron los resultados de fechados AMS obtenidos en nuestro estudio con los fechados radiométricos de sitios fúnebres del faldeo noreste del Morro de Arica (Tabla 1 y Figura 3).
El delta de efecto reservorio (ΔR) calculado sobre muestras obtenidas en las excavaciones recientemente llevadas a cabo (Tabla 1), descartando los casos atípicos fruto de alteraciones estratigráficas, dio como resultado un promedio de 84 años (rango de −2 ± 117 a 166 ± 119 años).
El gráfico para sumatoria de fechas calibradas ejecutado (Figura 4) muestra la conformación de cinco momentos de mayor concentración de las 35 fechas disponibles para el área de Reservas Chinchorro-UTA del Morro de Arica: un momento inicial con una mediana entre 7000 y 6800 aP (contexto doméstico), un momento intermedio entre 6000 y 5800 aP (momificación negra y contexto doméstico) y un segundo momento intermedio con una mediana hacia 4200 aP (otros tipos de momificación y contexto doméstico). Un cuarto momento muestra una mediana de aproximadamente 650 aP (contexto alfarero), registrándose una última concentración con una mediana de aproximadamente 100 aP (contexto contemporáneo).
Dispersión de restos materiales en la ladera noreste del Morro de Arica
Un total de 18.960 restos materiales arqueológicos fueron recuperados de las excavaciones de 25 pozos de sondeo distribuidos en el perímetro de las áreas arqueológicas “Estanques” y “Reserva 2” (Tabla 2).
En el material arqueológico recuperado, la mayor frecuencia de restos se registró en el pozo C8 (n = 6.264) vecino al sitio de funebria Morro 1, el que además presenta las densidades de restos por litro más altas (Tabla 3 y Figura 5). Le siguen los pozos C14 y C6 (n = 1.440 y 1.421 respectivamente), con densidades de restos en un rango medio. A continuación, se observan tres grupos de pozos con un n entre 400 y 950, los pozos C2 y C3, los pozos C11 a C13 y los pozos del área de la Reserva 2 (C21 a C25). Todo este conjunto se registra con densidades de restos en rangos medios y bajos. Del resto de los pozos sólo destacan C15 a C19, todos con frecuencias de restos arqueológicos <130 y en general con baja densidad de los mismos (menor de 0,2 restos por litro), densidad que no obstante aumenta en el pozo C3.
Los análisis de dispersión del material arqueológico permitieron establecer que las mayores frecuencias y sobre todo densidades de tales restos culturales se registran en el pozo C8 (vecino al este del área de funebria Morro 1; Figura 5). Una segunda área con altas densidades de restos se ubica en el sector vecino al norte de Morro 1, en los pozos C3 y C6. Una tercera área se encuentra en el probable tramo contiguo al sector A del sitio de funebria Morro 1/6, en nuestros pozos C11 y C12. Este conjunto, integra, además, los pozos C13 a C14, todos a lo largo de un segmento de la huella que escala al Morro, conformada por un surco de hasta 3 m de ancho, hoy abandonado dado el acceso pavimentado. El resto de los pozos excavados muestra bajas densidades de materialidad cultural, salvo los pozos C24 y C25 en la Reserva 2, lo cual nos lleva a interpretar que se trataría de áreas de deposición o actividades marginales entre la población que se asentó en la ladera del Morro.
Análisis estratigráfico
El registro arqueológico de todos los sectores sondeados se conforma a partir de estratos o capas sucesivas de constitución arenosa, semi compacta a suelta y escasamente orgánica, que se generaron en el abrupto talud este del Morro de Arica. Este proceso permitió la formación del depósito, fuertemente determinado por la inclusión de interfaces positivas de adición de sedimento y restos antrópicos recientes, junto con la disposición oblicua de algunas capas e interfaces.
Nuestro foco de atención en los pozos cercanos a las áreas de funebria del Morro permite vislumbrar que en el pozo C8 se excavaron hasta 10 unidades estratigráficas superpuestas (Figura 6), entre las que se intercalan tres gruesos lentes conchíferos con las mayores densidades de restos arqueológicos. Se trata de hasta cinco niveles de 10 cm de profundidad, cada uno abarcando todo el máximo ocupacional superficial (niveles 2-7); otros cinco niveles marcando el segundo máximo ocupacional (niveles 11-15) y cuatro niveles el máximo ocupacional temprano (niveles 18-21). El pozo C8, con escasa intervención contemporánea (Tabla 2), presenta un primer momento ocupacional de aproximadamente 0,9 m de espesor y que llega a su máxima frecuencia de restos hacia los niveles 5-6 con fechas entre 3715 y 4235 cal aP. Este momento está conformado por la capa A arenosa/escasamente limosa semi suelta/compacta depositada laminarmente, y por rellenos arenosos superficiales. La presencia de dos fechados más tempranos en este momento, con un rango de 5735-6936 cal aP, permite sugerir la intervención contemporánea de los estratos superiores del depósito, generando rellenos interfaciales con restos materiales de diferentes momentos.
Un segundo momento en el pozo C8 se observa entre los niveles 10 y 17 (Figura 6), presentando fechas entre 5933 y 6971 cal aP. Está conformado por la capa A, arenosa semi suelta/compacta con una alta densidad de restos arqueológicos, principalmente malacológicos y vegetales, concentrados en un grueso lente conchífero. Se presenta un tercer momento entre los niveles 18 y 27 (capas B y C e interfaces C-D) con fechas entre 6618 y 7026 cal aP, registrándose aquí un lente conchífero y de material cultural disperso en una matriz arenosa semi suelta. La cercanía diacrónica de todos estos fechados permite sugerir sucesivas ocupaciones en el espacio de C8 en un rango temporal precerámico restringido, sin descartar alteraciones post-depositacionales naturales y antrópicas.
Los pozos de sondeo que presentaron restos fúnebres disturbados se observan notoriamente más simplificados estratigráficamente. El pozo C12 (Figura 7b) resulta significativo por corresponder probablemente a un área marginal del sector A de Morro 1/6 descrito por Focacci y Chacón (Reference Focacci and Chacón1989). Presenta 10 cm basales de la capa arenosa suelta también existente en C8 (capa B), sobre la cual se observa la capa A arenosa semi compacta/suelta con abundantes restos culturales, también observada en C8, la que aquí registra fechas entre 6654 y 7090 cal aP. Al intervenir este estrato se observa un bolsón estratigráfico de 0,7 m de profundidad de un probable contexto mortuorio asociado a Morro 1/6 (A), sector fechado entre 5302 y 3392 cal aP por Focacci y Chacón (Reference Focacci and Chacón1989). No obstante, dicho contexto hoy se observa 100% intervenido, rellenado con arena semi suelta y cuya materialidad intrusiva asociada fue fechada entre 136 y 768 cal aP.
El pozo C6 presenta un bolsón que pudo haber sido una fosa mortuoria de 130–150 cm de profundidad (Figura 7a), la cual se excavó originalmente en la capa B desde el depósito cultural (0,5-1,0 m), contexto hoy intervenido post-depositacionalmente por sucesivas capas de arena y material de relleno interfacial fruto de huaqueos. El bolsón presentó evidencias disturbadas de momificación junto con restos de cuero de lobo marino (Otaria flavescens) y anzuelos de espinas vegetales (Figura 8e).
Dispersión de indicadores culturales
Una notoria concentración de restos materiales indicadores de una ocupación precerámica se observa en el depósito de los pozos C2 a C12 en la ladera noreste del Morro de Arica (reserva Estanques), a la que se superpone un reducido depósito de restos de momentos alfareros, recientes y contemporáneos. El primer conjunto registra como indicador clave restos con evidencias de momificación Chinchorro del tipo “Pátina de barro” (Pozo C9) y “Cubierta de cuero de lobo marino” (Pozo C6), ambos tipos presentes en Morro 1, presentando los pozos C8, C6 y C9 anzuelos de espinas vegetales cuya adscripción relativa y estratigráfica se ha fijado durante el período Arcaico medio/tardío (Arriaza y Standen Reference Arriaza, Standen, Arriaza and Standen2016; Bird Reference Bird1943; Mostny Reference Mostny1964). Este conjunto se complementa con el depósito entre los pozos C8-C13 de abundante cordelería en junquillo y algodón, destacando piezas embarriladas (algunas quemadas) y restos de una estera en el pozo C9 (Figura 8).
El momento formativo del área sondeada tiene escasa presencia. Sólo se registra un fragmento cerámico del nivel 8 (70-80 cm de profundidad) en el pozo C15, adyacente a una huella de acceso abandonada del Morro de Arica. El fragmento (Figura 9d) presenta un tratamiento superficial burdo de alisado en ambas caras y pasta semi compacta de color gris/marrón con improntas finas de restos vegetales como antiplástico.
El momento PIT/período tardío se evidencia en gran parte del área sondeada pero concentrado entre C11 y C15, registrando cerámica la Reserva Estanques sólo en niveles superficiales y medios (0-60 cm de profundidad; Figuras 9a-9c, 9e). El grueso del conjunto de fragmentos cerámicos recuperados (87%) corresponde al tipo cultura Arica (PIT), presentando un 62% un tratamiento alisado superficial y sin decoración junto con frecuentes huellas de hollín, por lo que se interpreta de uso doméstico. Del resto del conjunto cerámico se evidencia un 35% con decoración estilo Pocoma, un 17% San Miguel y un 9% Gentilar.
El material textil se encuentra altamente disturbado al igual que el resto del material arqueológico de las áreas sondeadas (Tabla 2), registrándose una tendencia en relación con los restos hilados de lana de camélido. Estos se presentan escasa pero preferentemente entre los pozos C12 y C16 vecino a la huella abandonada, área que además contiene mayor evidencia de cerámica PIT.
Finalmente, se observa la presencia constante de restos arqueológicos recientes y basuras contemporáneas en el depósito sondeado del Morro de Arica (Tabla 2), el que deja en evidencia una intervención antrópica hasta la base misma del depósito en muchos de los pozos excavados.
Discusión
Los datos obtenidos permiten discutir los dos aspectos más sobresalientes acerca de los depósitos arqueológicos de las reservas Chinchorro de la ladera noreste del Morro de Arica, esto es, la estratigrafía y cronología comparada de los depósitos domésticos asociados a la funebria, y los diferentes agentes que han confluido en la formación de los depósitos arqueológicos del área, desde momentos Chinchorro y períodos alfareros hasta la época contemporánea.
Un primer análisis permite suponer que el enclave de la ladera noreste del Morro de Arica comienza a ser utilizado hacia aproximadamente 7090-6675 cal aP, como parte de un campamento de grupos tempranos (Figura 6). Este enclave, donde actualmente se ubica la Reserva Estanques, sólo comienza a ser utilizado como área de funebria a partir de aproximadamente 6200 cal aP, registrando un primer momento de momias negras hasta alrededor de 5800 cal aP y luego un segundo momento entre 5300 y 3700 cal aP aproximadamente, en que predominaron las momias rojas y con pátina de barro, para tardíamente preponderar la momificación natural (Arriaza et al. Reference Arriaza, Doubrava, Standen and Haas2003; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989). El emplazamiento es abandonado como núcleo ocupacional y fúnebre hacia aproximadamente 3926-3715 cal aP, evidenciándose un momento de ocupación alfarera (aproximadamente 800-600 cal aP) y finalmente una ocupación reciente y contemporánea.
Lo anterior manifiesta que la ladera noreste del Morro comenzó a ser utilizada con una funcionalidad ocupacional casi 700 años antes que las primeras sepulturas del sitio Morro 1, y 1.700 años antes que Morro 1/6. Los sondeos recientes indican que esta área doméstica —probablemente la que Focacci y Chacón (Reference Focacci and Chacón1989) denominaron “Morro1/4”— siguió siendo utilizada durante los momentos de momificación como parte de sucesivas ocupaciones. En ese contexto las actividades de procesamiento de moluscos y peces se organizaron en torno a lentes de quema, incluyendo actividades de preparación del material vegetal usado en la momificación.
El proceso ocupacional del Morro sugiere que una vez abandonado el faldeo oriental por los Chinchorro, sólo sería reutilizado en los siglos posteriores en el sector “Faldeos del Morro” (sitio Morro 2/2) casi 400 m al sureste de Morro 1 (Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989), nucleando la funebria de la población local desde el período Formativo en asociación con escasos restos de actividad doméstica y patrones espaciales hasta hoy desconocidos (Bird Reference Bird1943; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989). El área en torno a Morro 1 siguió siendo utilizada por grupos alfareros intermedio-tardíos y posteriores como parte de rutas de tránsito, y actualmente forma parte de la zona urbana de Arica.
Discutamos ahora cuestiones estratigráficas que profundizan el modelo planteado para la ocupación humana del Morro. Primeramente, la dispersión del material cultural por nivel de sondeo permite observar que el depósito antrópico registra un primer máximo de intensidad de restos en el nivel de excavación 6 (50-60 cm de profundidad), con un segundo máximo hacia 1,0-1,5 m de profundidad, patrón registrado en los pozos de la zona contigua a Morro 1 y Morro 1/6 (Tabla 3 y Figura 7). Este patrón sólo es alterado por el pozo C8, que si bien muestra un peak de restos en el nivel 6 (50-60 cm), presenta un notorio máximo ocupacional hacia el nivel 14 (130-140 cm), registrándose un tercer máximo ocupacional hacia el nivel 20 (119-200 cm), intensificándose en estos dos últimos conjuntos el material malacológico y osteofaunístico (Tabla 3 y Figura 6).
Al comparar los mapas de distribución de densidad de restos arqueológicos en mapas de calor a 20 y 40 m de radio en nuestro análisis SIG (Figura 5), se corrobora la conformación de sectores ocupacionales diferenciados en el área sondeada, destacando el núcleo central en torno al sitio Morro 1, al que se circunscriben nucleamientos con menor densidad de restos culturales en torno a los pozos C14, C11/C12, C3 y C5 (Reserva Estanques) y C25 en Reserva 2. Destaca el sector alto que corre al borde del sendero de acceso al Morro (hoy abandonado; pozos de sondeo C13-C15) y que además cruza el sector A del sitio arqueológico Morro 1/6 excavado por Focacci (correspondiente a nuestros pozos de sondeo C10-C12), tramo que registra la mitad de los restos de momentos alfareros de toda la colección (Tabla 2).
La tabla de dispersión de restos arqueológicos destaca la significativa presencia del ítem malacológico, en menor medida del arqueobotánico, y del conjunto ictio-osteológico —restos que constituyen la base material de los nucleamientos observados (Tabla 3). La materia prima vegetal mayormente representada en el material textil precerámico es la fibra vegetal macerada (76%), la que en su mayoría corresponde a Scirpus sp. (junquillo) y en menor medida a Gossypium sp. (algodón), especies ampliamente utilizadas por los grupos humanos desde el período Arcaico. Dichos materiales habrían tenido un rol preponderante en la vida de las poblaciones del Arcaico medio y tardío, como evidencian la confección de cordelería, los usos habitacionales y la actividad de funebria (García y Belmonte Reference García, Belmonte, Arriaza and Standen2016). La presencia en el Morro de productos elaborados, como fragmentos de esteras y cuerdas de fibra vegetal (algunas embarriladas), en comparación a la ausencia de rizomas o materias primas vegetales sin procesamiento, resulta un argumento de peso para indicar que gran parte del área sondeada no evidencia restos de un componente doméstico permanente sino más bien de ocupaciones logísticas ocasionales asociadas a la funebria, corroborando lo señalado en investigaciones anteriores (Allison et al. Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984; Arriaza Reference Arriaza2003; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989; Standen Reference Standen1997).
Como rasgos distintivos de la cultura Chinchorro se presentan desperdigados en la ladera noreste del Morro restos icónicos tanto en las áreas doméstico-logísticas como en espacios fúnebres, destacando restos de momificación, anzuelos vegetales y restos de una elaborada cordelería vegetal asociada directamente a la momificación (Figura 8). Sin embargo, algunos datos nos muestran interrogantes aun no del todo resueltas. Durante el segundo y tercer momento ocupacional antrópico del Morro de Arica, ladera noreste, fijado aproximadamente entre 6400 y 3700 cal aP, se habría practicado la momificación artificial en los sitios Morro 1, Morro 1/5 y Morro 1/6. Pero huellas estratigráficas de esta actividad en el campamento vecino de nuestro pozo C8 sólo se registran entre 2,0 y 2,6 m de profundidad en estratos fechados entre 7000 y 6600 cal aP —es decir, el primer momento ocupacional del Morro de Arica.
Lo anterior podría estar corroborando intensos procesos de alteración en el Morro (desde momentos Chinchorro hasta hoy), no descartando que puedan aún existir sectores domésticos o de funebria sin descubrir. Por otro lado, la alta movilidad de los grupos costeros sustentaría el hecho de que el núcleo doméstico de momentos de momificación tardía variara de lugar o, incluso, que en este contexto se modificaran ciertas cadenas operativas como indica un uso temprano multifuncional del embarrilado y la cordelería vegetal.
No obstante, el modelo ocupacional chinchorro interpretado para la región, parece corroborar la existencia de un momento previo a la momificación en el Morro de Arica dados los tempranos contextos detectados en los sitios tempranos Camarones 14 (desembocadura quebrada Camarones) y Chinchorro 1 (costa de Arica), con fechas entre 8028 y 5925 cal aP para momias negras (Standen Reference Standen1997).
En este contexto resulta probable que los momentos logísticos pre-momificación y con momificación en C8 sean el resultado de ocupaciones humanas sucesivas en un corto lapso de tiempo. Sin embargo, no debemos descartar que la presencia de alteraciones antrópicas o naturales del sitio podría ser significativa, como evidencia la base de datos de ΔR obtenida y sus casos atípicos (Tabla 1). Estos últimos probablemente fueron originados por agentes intrusivos antrópicos sin descartar la incidencia de mega eventos catastróficos medioambientales regionales (Latorre et al. Reference Latorre, de Pol-Holz, Carter and Santoro2017). Este modelo se ve corroborado al descartar de nuestro conjunto estadístico tales casos atípicos, obteniendo una media acorde con el rango de 23-384 años de ΔR medido para la costa chilena (Merino Reference Merino2017).
En cuanto a las tipologías de momificación observadas entre los restos disturbados del área sondeada, destacan las denominadas “Cubiertas de pátina de barro” y “Envueltas en estera” en C9, y “Cubierta de cuero de Otaria flavescens” en C6 (Figura 7). Estos tipos están presentes en Morro 1, y se los asocia estratigráficamente con el señalado conjunto de restos vegetales habitualmente registrado en la momificación Chinchorro como torzales embarrilados o quemados (pozos C8 a C11), junto con anzuelos de espinas vegetales en los pozos C6, C8 y C10. La presencia de restos de embarrilamiento de torzales vegetales, técnica señalada por autores como Allison y colaboradores (Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984) y Standen (Reference Standen1997) como parte del proceso de momificación Chinchorro, nos hace corroborar que el área doméstica de C8-C11 podría haber albergado actividades de preparación de la momificación.
La ladera este del Morro de Arica hacia 3700 aP es abandonada por la tradición de funebria de cuerpos extendidos. El sector sólo se reutiliza marginalmente mil años después, cuando los grupos humanos ya habían adquirido el uso de la cerámica. Unos 400 m al sur de Morro 1, Dauelsberg (Reference Dauelsberg1985) describe la presencia del sitio-tipo “Faldas del Morro”, también denominado “Morro 2”, previamente reportado por Bird (Reference Bird1943) en un sector hoy poblado entre las calles Yungay, Ejército, Blanco Encalada y General Lagos del centro de Arica. Este sitio presenta cerámica de pasta de cocción incompleta, de gruesa granulometría y antiplástico vegetal, indicador clave para definir a las poblaciones de momentos formativos tempranos del Morro. Dicho indicador aparece aquí asociado a fardos funerarios de cuerpos flectados decúbito lateral cubiertos con esteras (Dauelsberg Reference Dauelsberg1985; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989). Posteriormente Focacci y Chacón (Reference Focacci and Chacón1989), fechan por 14C restos humanos de este sitio entre 2700 ± 80 a 2770 ± 80 (sin cal) aP, denominándolo Morro 2/II.
Finalmente, la materialidad del período Intermedio tardío (aproximadamente 900-1400 dC) se registra frecuentemente en las capas superficiales sondeadas del Morro. Sin embargo, un aspecto a destacar de su cerámica es que gran parte se concentra en los pozos vecinos a una abandonada huella de acceso al Morro (pozos C12-C16 con 33 de las 53 piezas halladas). Añade interés a este depósito diferenciado su alternancia estratigráfica con intactas concreciones salinas naturales fruto de la camanchaca (Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989), hecho que evidencia menores grados de alteración que el resto del área sondeada, donde los restos cerámicos y contemporáneos son parte de los rellenos que intervienen los momentos precerámicos.
Conclusiones
Los estudios llevados a cabo en el depósito cultural de la ladera noreste del Morro de Arica, en la costa de la región de los valles occidentales andinos, permiten concluir que el área presenta una ocupación humana continua desde aproximadamente 7090-6733 cal aP hasta la urbanización de la actual ciudad de Arica. Se registran aquí tres momentos más intensos de poblamiento al asentarse la cultura Chinchorro a inicios del precerámico medio/tardío, con un primer momento sin registro de sepulturas y dos momentos posteriores con una intensa presencia de rasgos fúnebres, a los que sucedieron un momento alfarero y momentos posteriores al contacto y contemporáneos.
Si bien los fechados para la funebria del Morro reportan un rango cronológico entre 6453 y 3687 cal aP (Allison et al. Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984; Focacci y Chacón Reference Focacci and Chacón1989; Standen Reference Standen1997), los fechados llevados a cabo en las áreas de actividad vecinas a Morro 1 y Morro 1/6 registran momentos ocupacionales desde 7090-6723 cal aP. Ello nos lleva a corroborar un momento de ocupación previo a la momificación para la ladera noreste del Morro de Arica.
Las evidencias encontradas en los pozos de sondeo C6 y C9 permiten afirmar la dispersión, fruto de procesos de alteración, de restos de momificación Chinchorro de los tipos “Pátina de barro” y “Cubierta de cueros de lobo marino”, ambos detectados en Morro 1 (Allison et al. Reference Allison, Arriaza, Standen, Focacci, Rivera and Löwenstein1984; Standen Reference Standen1997) asociados a restos de anzuelos de espinas vegetales, cabezales de arpón y esteras. Por su parte, la dispersión entre los pozos C8 y C11 de cordelería vegetal embarrilada, evidencia el probable uso del área al concluir la momificación.
Lo anterior nos hace suponer que la reserva arqueológica Chinchorro del Morro de Arica, si bien presenta evidente alteración de momentos antiguos y contemporáneos (cuestión que podría haber alterado su estratigrafía temprana), dispone de depósitos culturales con un alto potencial para dilucidar aspectos claves de la ocupación Chinchorro en relación con sus actividades de preparación y depósito de los cuerpos momificados.
Agradecimientos
A los proyectos UTA Mayor No. 3757-22 “Sondeo y caracterización del sitio arqueológico Villa Frontera, Arica, Región de Arica y Parinacota” y Fondecyt regular No. 1210036. Nuestros agradecimientos al Consejo de Monumentos Nacionales de Chile por la autorización de excavación (Res. Ord. No. 4518/22), como también a Ester Echenique, Quan Han y Maikel Díaz-Castro, al Laboratorio LEMA (Instituto de Física, UNAM), al Laboratorio de Bioantropología (Instituto de Alta Investigación, UTA), a alumnos(as) y funcionarios(as)de la UTA, a la Junta vecinal del Morro de Arica y a los revisores y revisoras de este artículo.
Declaración de financiamiento
Esta investigación no ha recibido subsidios específicos de ningún organismo de financiación, sector comercial o sin fines de lucro.
Declaración de disponibilidad de datos
La colección se encuentra en el Centro de Gestión Chinchorro, Universidad de Tarapacá, Arica, Chile.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores declaran que no hay ningún conflicto de intereses.