La Reserva Natural Laguna del Diamante es un excepcional sistema lacustre de altura ubicado en el centro oeste de Argentina (3.300 m snm; 34°S; Figura 1). La laguna es un rasgo llamativo en la cordillera por estar ubicada en el interior de una antigua caldera volcánica (450 ka), de casi 20 km de diámetro, en cuyo interior se emplaza el volcán Maipo (ca. 88 ka; Sruoga et al. Reference Sruoga, Etcheverría, Feineman, Rosas, Bukert and Ibañes2012; Stern et al. Reference Stern, Amini, Charrier, Godoy, Hervé and Varela1984); en su flanco occidental se encuentra el límite cordillerano argentino-chileno. En el sector de la caldera ubicado en Argentina se han relevado 25 sitios arqueológicos, mayoritariamente caracterizados por conjuntos de recintos circulares pircados; cinco de estos sitios presentan arte rupestre. A su vez, se han identificado y caracterizado dos fuentes de obsidiana, Laguna del Diamante y Arroyo Paramillos (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Barberena, Durán and Lucero2016; Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006, Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018, Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021; Figura 2).
Estudios en base a distintos indicadores arqueológicos han permitido sugerir una fuerte articulación de las ocupaciones humanas de este ambiente con la vertiente occidental andina. Las líneas de evidencia se basaron en el análisis de dispersión de las fuentes de obsidiana locales, de contextos materiales alfareros e isótopos estables de estroncio en restos óseos humanos (Barberena et al. Reference Barberena, Tessone, Cagnoni, Gasco, Durán, Winocur and Benítez2021; Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Barberena, Durán and Lucero2016; Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018). Estudios geoquímicos han mostrado que varios sitios de la vertiente occidental, particularmente de la cuenca del río Maipo, tienen artefactos confeccionados en obsidiana de la fuente Arroyo Paramillos, indicando que el área formó parte de circuitos estacionales desde el Holoceno temprano hasta el tardío (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Yebra, Durán, Barberena, Lucero, Cornejo, Giesso, MacDonald and Glascock2020; Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021). Sin embargo, el registro arqueológico de ocupación efectiva en el área de Laguna del Diamante sólo cubre los últimos 2.000 años (Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006).
Por su parte, la vertiente occidental andina cuenta con vastos antecedentes de estudios paleoambientales y un análisis cada vez más detallado de la variabilidad climática en alta resolución, particularmente para los últimos 3.000 años. Durante este lapso, se han documentado cambios en los registros de diatomeas, polen y otros proxies no biológicos en sitios ubicados a 200 km del área de Laguna del Diamante, principalmente Laguna Chepical (32°S, 3.000 m snm; de Jong et al. Reference de Jong, von Gunten, Maldonado and Grosjean2013; Martel-Cea et al. Reference Martel-Cea, Maldonado, Grosjean, Alvial Ritx de Jong, Frizt and von Gunten2016), Laguna Aculeo (33°S, 350 m snm; Jenny et al. Reference Jenny, Valero-Garcés, Urrutia, Kelts, Veit, Appleby and Geyh2002; von Gunten et al. Reference von Gunten, Grosjean, Rein, Urrutia and Appleby2009) y Laguna del Maule (36°S, 3.000 m snm; Carrevedo et al. Reference Carrevedo, Frugone, Latorre, Maldonado, Bernárdez, Prego, Cárdenas and Valero-Garcés2015; Frugone-Álvarez et al. Reference Frugone-Álvarez, Latorre, Barreiro-Lostres, Giralt, Moreno, Polanco-Martínez and Maldonado2020; Figura 1).
Se presentan datos provenientes de excavaciones controladas de tres sitios emplazados en el sector argentino de la caldera del Diamante. Las aproximaciones temporales se basan en la modelación de cinco fases de ocupación a partir de la calibración de 14 fechados radiocarbónicos, la mayor parte inéditos. Los fechados radiocarbónicos obtenidos han permitido establecer una secuencia ocupacional entre 2030 y 440 años cal aP (medianas del primer y último fechado; Tabla 1). Como indicador o proxy para estimar intensidad de ocupación humana en cada fase se emplea la densidad de artefactos líticos, cuantificados a nivel de lascas proximales por unidad de tiempo (sensu Andrefsky Reference Andrefsky1998). A partir del análisis de estos indicadores tecnológicos del registro agrupado en cinco fases temporales, y de las evidencias paleoambientales/climáticas regionales, se discutirá la relación entre variaciones ambientales y pulsos de intensidad registrados en las ocupaciones humanas del área de Laguna del Diamante.
Marco climático y paleoclimático
Marco climático actual
La cordillera de los Andes representa una barrera orográfica para los sistemas frontales asociados a ciclones superficiales provenientes del Océano Pacífico, que migran de oeste a este a lo largo de bandas latitudinales angostas conocidas como “líneas de tormenta” (storm tracks; Garreaud et al. Reference Garreaud, Vuille, Compagnucci and Marengo2008:186). El efecto de sombra de lluvia generado por el ascenso forzado del aire de los frentes en superficie, al ser interceptado por la cordillera de los Andes, genera un gradiente decreciente de precipitación oeste-este (Garreaud Reference Garreaud2009; Viale et al. Reference Viale, Bianchi, Cara, Ruiz, Villalba, Pitte, Masiokas, Rivera and Zalazar2019). Así, Chile central (30°-35°S) presenta un clima mediterráneo, caracterizado por veranos secos e inviernos lluviosos, con un promedio de precipitaciones anuales de 50 mm a más de 500 mm entre la costa y la cordillera (Maldonado et al. Reference Maldonado, Eugenia de Porras, Zamora, Rivadeneira, Abarzúa, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2017; Figura 3, en rojo, a la izquierda). En sectores elevados de los Andes (>2.000 m snm) las precipitaciones invernales se producen en forma de nieve (600 mm anuales), mientras que las masas de aire llegan casi secas a los sectores orientales, por el efecto sombra de lluvia (Capitanelli Reference Capitanelli1972), con promedios anuales que no superan los 200 mm (Albiol Reference Albiol2018). La vertiente este de los Andes, por debajo de 2.000 m snm, se encuentra influenciada, además, por precipitaciones de verano de tipo convectivas y producto de fuentes de humedad atlántica, lo que resulta en un régimen mixto de precipitación en esta zona (Viale et al. Reference Viale, Bianchi, Cara, Ruiz, Villalba, Pitte, Masiokas, Rivera and Zalazar2019; Figura 3, en azul, a la derecha).
La variabilidad climática en los Andes subtropicales también es afectada por la migración latitudinal estacional del Anticiclón Subtropical del Pacífico Sudeste (ASPSE) y el sistema de vientos del oeste hacia el sur durante el verano que impiden la llegada de los frentes de tormenta hasta latitudes subtropicales del oeste de Sudamérica, lo que genera una marcada estacionalidad en la precipitación (Garreaud et al. Reference Garreaud, Vuille, Compagnucci and Marengo2008). A escala interanual, la precipitación en Sudamérica subtropical se encuentra modulada por El Niño Oscilación del Sur (ENOS), cuya fase positiva (La Niña) se caracteriza por años anormalmente fríos y con escasas precipitaciones de invierno, mientras que en su fase negativa (El Niño) supera el promedio anual de precipitaciones en los Andes subtropicales y temperaturas relativamente cálidas (Garreaud Reference Garreaud2009).
El área de Laguna del Diamante se vincula a la dinámica climática de los Andes subtropicales. Tiene un régimen de precipitaciones de invierno en forma de nieve con un promedio de 600 mm anuales. La temperatura media anual en la estación meteorológica más cercana al área de Laguna del Diamante y con altitud similar (Portillo, 32°8'S; a 3.000 m snm) es de 2°C. Por otro lado, los valores de temperatura mínima de invierno (máxima de verano) para esta misma estación meteorológica son −1°C (14,8°C), de acuerdo con los datos del explorador climático del CR2 (www.cr2.cl/explorador-climatico/). Debido a las bajas temperaturas, los suelos permanecen congelados gran parte del año (Muiño et al. Reference Muiño, Prina and Alfonso2012).
Paleoclima: Síntesis de las tendencias regionales
Condiciones climáticas similares a las actuales se habrían establecido progresivamente de sur a norte alrededor de los 4000-3000-2000 años aP a escala de milenios en latitudes subtropicales del oeste de Sudamérica (de Porras y Maldonado Reference de Porras and Maldonado2018; Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019; Jenny et al. Reference Jenny, Valero-Garcés, Urrutia, Kelts, Veit, Appleby and Geyh2002; Markgraf Reference Markgraf1983). Así, en comparación al Holoceno temprano y medio, el Holoceno tardío habría sido el período más húmedo de todo el Holoceno en los Andes subtropicales (30°-35°S; de Porras y Maldonado Reference de Porras and Maldonado2018; Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019; Jenny et al. Reference Jenny, Valero-Garcés, Urrutia, Kelts, Veit, Appleby and Geyh2002). Registros paleoclimáticos de alta resolución para el Holoceno tardío muestran, sin embargo, cambios moderados a escalas temporales menores (centurias, décadas, años) relacionados con la dinámica del sistema de vientos del oeste a escala de centurias y la variabilidad superpuesta a escala interanual relacionadas con ENOS (Jenny et al. Reference Jenny, Valero-Garcés, Urrutia, Kelts, Veit, Appleby and Geyh2002; Martel-Cea et al. Reference Martel-Cea, Maldonado, Grosjean, Alvial Ritx de Jong, Frizt and von Gunten2016).
En la Figura 4, se muestran los registros paleoclimáticos existentes para la región en el Holoceno tardío. En los últimos 3.000 años, el registro de polen de Laguna Aculeo muestra un aumento en los porcentajes de Poaceae (gramíneas) que es simultáneo con el comienzo de una tendencia creciente en los porcentajes de la misma familia en Laguna Chepical (zona andina; Figura 4c), que presentó máximos entre 2700 y 1200 años aP (Martel-Cea et al. Reference Martel-Cea, Maldonado, Grosjean, Alvial Ritx de Jong, Frizt and von Gunten2016). Los registros de Laguna Aculeo y Chepical sugieren un aumento en la precipitación en la vertiente oeste de los Andes que es sincrónico con una tendencia creciente de temperatura de verano registrada a 3.000 m snm, entre 3000 y 2700 años aP en Laguna Chepical (de Jong et al. Reference de Jong, von Gunten, Maldonado and Grosjean2013; Figuras 4b y 4c).
Entre 2700 y 2200 años aP, las temperaturas de verano y la duración de la cubierta de hielo sobre Laguna Chepical, de mayor duración que en el presente, habrían sido relativamente estables (de Jong et al. Reference de Jong, von Gunten, Maldonado and Grosjean2013; Martel-Cea et al. Reference Martel-Cea, Maldonado, Grosjean, Alvial Ritx de Jong, Frizt and von Gunten2016; Figuras 4b y 4d). Alrededor de 2000 años aP, el registro de esta laguna muestra una reducción importante en la extensión temporal de la capa de hielo y un cambio: de extendida a altamente variable, alternancia de extendida y corta a escala de centurias hasta 1200 años aP, concordantes con mayor frecuencia de ENOS (Figuras 4d y 4g). Este cambio en el patrón de la extensión de la capa de hielo sería una consecuencia de temperaturas más cálidas de verano, lo que habría provocado un derretimiento temprano de la misma.
Se estableció desde 1200 años aP en adelante, en la cordillera de los Andes (33°S), una tendencia decreciente de la humedad a escala de centurias, junto con una menor duración de la capa de hielo, aunque altamente variable y asociada a anomalías de temperaturas de verano con fases más frías entre 900-1100, 400-480 y 100-160 años aP; las últimas dos también identificadas en Laguna del Maule (Carrevedo et al. Reference Carrevedo, Frugone, Latorre, Maldonado, Bernárdez, Prego, Cárdenas and Valero-Garcés2015). En zonas bajas del oeste de los Andes (~400 m snm) se registró una disminución en el porcentaje de Poaceae y una mayor frecuencia de eventos clásticos a escala interanual desde 600-700 años aP, indicando que, si bien ocurrió una disminución neta de la precipitación, la intensidad de los episodios fue mayor, probablemente relacionados al aumento en la frecuencia de fases negativas del ENOS (Jenny et al. Reference Jenny, Valero-Garcés, Urrutia, Kelts, Veit, Appleby and Geyh2002; Figura 4g).
Eventos climáticos como la Anomalía Climática Medieval (ACM; 850-1050 años aP) o la Pequeña Edad del Hielo (PEH; 100-450 años aP) no se registran como cronozonas definidas en los registros altoandinos. Sin embargo, la reconstrucción de temperatura de verano (DEF), a partir del registro sedimentario de Laguna Aculeo, refleja veranos más cálidos entre 600 y 800 años aP dentro de la cronozona de la ACM, y un período muy frío parcialmente sincrónico con la PEH que comienza con una caída abrupta de la temperatura (−0,3°C/10 años, tendencia decadal) entre 500 y 600 años aP, seguido de condiciones frías en verano (ΔT = −0,70 a −0,90°C, respecto del siglo veinte) hasta 220 años aP (von Gunten et al. Reference von Gunten, Grosjean, Rein, Urrutia and Appleby2009).
Antecedentes arqueológicos
La disponibilidad estacional de los ecosistemas altoandinos, como el que ocupa Laguna del Diamante, depende de factores como inicio del deshielo y temperaturas estivales que pueden variar año a año. El verano es la estación más favorable para permanecer en estos ambientes, los accesos libres de nieve garantizan ecosistemas ricos y diversos y una amplia oferta hídrica. Entre los recursos vegetales que ofrecen estos ecosistemas, hay plantas leñosas como Adesmia pinifolia y A. aegiceras, y herbáceas como Stipa chrysophylla, Festuca kurtziana y Poa holciformis, o cojines como Oxychloe andina y O. bisexualis que pueden utilizarse como forraje para animales (Matteucci Reference Matteucci, Morello, Matteucci, Rodríguez and Silva2012), techumbre o para construir camas (Rodríguez Reference Rodríguez2013). Las vegas son los sistemas con mayor productividad, son aprovechadas estacionalmente por distintas clases de animales —Lama guanicoe, Chloephaga picta, Puma concolor, Pseudalopex culpeus, entre otros— y ocupan una parte importante del área. En la estación cálida, la oferta de recursos faunísticos es elevada, relativamente constante y predecible. Asimismo, en estos contextos de altura se produce anualmente el nacimiento de las crías de guanacos (Puig et al. Reference Puig, Rosi, Videla and Mendez2011). Sobre 3.600 m snm la vegetación comienza a ser más escasa; a 3.800 m snm se ubica el límite superior de vegetación (Muiño et al. Reference Muiño, Prina and Alfonso2012).
El paso del Maipo ha sido uno de los pasos más importantes (Cornejo y Sanhueza Reference Cornejo and Sanhueza2011), permitiendo conectar la cuenca del Maipo con el área de Laguna del Diamante. Previo a la ocupación del área, grupos humanos se asentaron en la cuenca superior del Maipo (ca. 5000 años aP) y en el sector oeste de la caldera del Diamante (ca. 4000 años aP). En este sector de la caldera se han relevado 10 sitios arqueológicos; en su mayoría son estructuras pircadas semicirculares (Figura 2). Por lo general, se encuentran próximas a vegas y/o cursos de agua (Cornejo y Sanhueza Reference Cornejo and Sanhueza2011).
Estudios desarrollados en los sectores altos de la cuenca del Maipo han identificado distintos tipos de sitios arqueológicos e indicadores de diversificación económica. En los sitios Las Morrenas 1 (2.400 m snm, 33°S) y El Plomo (2.070 m snm, 34°S) se recuperaron ejemplares de quinoa (Chenopodium sp.) con rasgos morfológicos de domesticación (Falabella et al. Reference Falabella, Pavlovic, Planella, Sanhueza, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2017). Los fechados sobre quinoa fueron asociados con medianas entre 3500 y 3000 años cal aP (Planella et al. Reference Planella, Cornejo and Tagle A.2005, Reference Planella, Scherson and MacRostie2011). En éstos, y también en otros sitios de la cuenca, se han hallado artefactos confeccionados en obsidiana procedente de la fuente Arroyo Paramillos, cuya señal geoquímica proviene de la caldera del Diamante (véase Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Barberena, Durán and Lucero2016; Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021; Figura 2). La progresiva ocupación de estos ambientes se ha asociado a un crecimiento demográfico en los últimos milenios y un uso más intensivo que se habría iniciado alrededor de 3000 años aP (Cornejo y Sanhueza Reference Cornejo and Sanhueza2003; Falabella et al. Reference Falabella, Pavlovic, Planella, Sanhueza, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2017; Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019; Planella et al. Reference Planella, Scherson and MacRostie2011).
En el área de Laguna del Diamante se han desarrollado trabajos arqueológicos durante los últimos 20 años (Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006, Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018, Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021). Se hallaron 25 sitios arqueológicos, emplazados en las márgenes de la laguna y del río Diamante. Se trata en su mayoría de conjuntos de recintos pircados circulares, aunque también hay recintos semicirculares y rectangulares, construidos principalmente con bloques de basalto procedentes de la colada volcánica del Maipo. En cinco de estos sitios, se identificaron bloques con arte rupestre en los que predominan los motivos serpentiformes. Estos motivos pueden ser vinculados con el imperio incaico por sus similitudes a estilos registrados en otras partes del Tawantinsuyu (Durán et al. Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021). A su vez, se han identificado y caracterizado, mediante análisis de elementos traza, dos señales químicas de obsidiana: Laguna del Diamante y Arroyo Paramillos (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Yebra, Durán, Barberena, Lucero, Cornejo, Giesso, MacDonald and Glascock2020; De Francesco et al. Reference De Francesco, Durán, Bloise and Neme2006; Figura 2).
La mayor parte del material arqueológico (hallado en superficie y en estratigrafía) consiste en artefactos líticos confeccionados sobre diversas materias primas, principalmente obsidiana. Se han recuperado también manos de moler, tiestos cerámicos y restos faunísticos de camélidos y aves. En los sitios LDS2 y LDS13 se ha registrado el hallazgo de restos óseos humanos (Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018).
A partir de trabajos arqueológicos en base al registro cerámico, lítico, óseo faunístico y humano, se ha inferido que el área de Laguna del Diamante pudo haber sido ocupada por grupos humanos procedentes de la vertiente occidental de la cordillera (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Barberena, Durán and Lucero2016; Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006, Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018). En base a estudios cerámicos realizados a partir de análisis macroscópico de pastas y superficie de los tiestos, en conjunción con estudios de mineralogía automatizada de pasta por QEMSCAN —Quantitative Evaluation of Minerals by Scanning Electron Microscopy— se ha estimado que un porcentaje elevado de fragmentos cerámicos proviene de la vertiente occidental andina, lo que pudo haber implicado un posible traslado de alfarería del sector occidental de la cordillera al área de Laguna del Diamante (Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006, Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018, Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021; Frigolé et al. Reference Frigolé, Sanhueza, Soto, Falabella, Menzies and Barraza2018). También se ha identificado la presencia de cerámica de manufactura incaica con superficies externas pintadas de color monocromático (rojo) y bicromas (negro sobre rojo) y pulidas. En su parte interna presenta un tipo de escobillado característico de la alfarería incaica en Chile central y en el norte semiárido (Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018, Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021).
Los análisis arqueofaunísticos aplicados a los restos óseos del sitio LDS4 evidenciaron una diversidad de taxones entre los que se identificaron guanacos (Lama guanicoe) y diversas aves (Anatidae y Passeriformes; Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006). Ambos taxones presentan marcas de cortes y cocción que podrían indicar un aprovechamiento intensivo de las presas (Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018). Estudios osteométricos de restos óseos de camélidos arrojaron evidencia de un morfotipo doméstico, llama (Lama glama), en los niveles asociados con el período incaico (Durán et al. Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021). La presencia de camélidos domesticados ha sido vinculada a grupos pastoriles que habrían habitado el área durante la temporada estival, momento en que se encuentran disponibles las mejores pasturas (Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018; Gasco Reference Gasco2018).
A partir de estudios de isótopos radiogénicos de estroncio en piezas dentales y huesos de los dos individuos hallados en el sitio LDS13, se infirió que el individuo 1 habría transcurrido su infancia en la Cordillera Principal occidental; en tanto en su adultez sus rangos de acción se habrían ampliado incorporando la Cordillera Principal oriental. En el caso del individuo 2, tanto su infancia como vida adulta pudieron transcurrir en la Cordillera Principal, occidental y oriental (Barberena et al. Reference Barberena, Tessone, Cagnoni, Gasco, Durán, Winocur and Benítez2021; Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018).
En cuanto al material lítico, los estudios se han concentrado en la identificación y caracterización de dos fuentes de obsidiana, Laguna del Diamante y Arroyo Paramillos, emplazadas en el área de Laguna del Diamante (Figura 2), y en la dispersión espacial arqueológica de dichas fuentes. La fuente Laguna del Diamante tiene una distribución centrada en la caldera del Diamante. En cambio, la fuente Arroyo Paramillos tiene una dispersión espacial amplia y asimétrica con una tendencia mayoritaria hacia la vertiente occidental de la cordillera (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Barberena, Durán and Lucero2016, Reference Cortegoso, Yebra, Durán, Barberena, Lucero, Cornejo, Giesso, MacDonald and Glascock2020; Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021).
Materiales y métodos
En este trabajo se ha empleado el registro lítico de tres sitios del área de Laguna del Diamante: LDS2 (estructuras 3 y 1), LDS4 y LDS13 (sondeos externo e interno). Se han modelado cinco fases cronológicas de ocupación de estas estructuras a partir de 14 fechados radiocarbónicos asociados a contextos arqueológicos y rasgos estratigráficos diferenciales. En cada uno de los segmentos cronoestratigráficos identificados, se ha utilizado el indicador de lascas proximales en todas las materias primas, como un proxy de intensidad de ocupación humana (Andrefsky Reference Andrefsky1998).
Sitio LDS2. Emplazado en los escoriales del volcán Maipo, a 250 m de la costa occidental de la Laguna del Diamante (Figuras 2 y 5a), es un sitio compuesto por 29 recintos pircados, de los cuales se han excavado tres (estructuras 1, 3 y 6). En promedio, cada estructura cubre una superficie de 6 m2; se excavaron tres cuadrículas, una por estructura, de 1 × 1 m, cubriendo la totalidad de la superficie de las estructuras. Se siguieron niveles artificiales de 5 cm y se excavaron entre cuatro y cinco niveles, alcanzando 25-30 cm de profundidad. El sitio LDS2 cuenta con cuatro fechados radiocarbónicos entre 2030 y 1280 años cal aP (Tabla 1). El fechado correspondiente a la capa más profunda de la estructura 3, de 2030 años cal aP, marca la ocupación inicial del área de Laguna del Diamante (Tablas 1 y 2).
* En artefactos han sido incluidos núcleos, lascas enteras y fracturadas, instrumentos y microlascas.
Sitio LDS4. Se emplaza a 100 m de la margen oeste del río Diamante. Al igual que el sitio LDS2, se ubica en el extremo de una colada volcánica que sirve como refugio de los fuertes vientos que azotan al sitio desde el suroeste (Figura 2). En la intersección de los escoriales con el fondo del valle se desarrollan algunas plantas leñosas aptas para combustibles (Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006:99). LDS4 está conformado por cuatro estructuras pircadas que cubren un promedio de 23 m2 (Figura 5b). Se excavó la estructura 1, en donde se delimitaron cuatro cuadrículas de áreas variables siguiendo la curvatura del recinto (véase la Tabla 2), se excavaron 13 niveles artificiales de 5 cm, alcanzando una profundidad entre 50 y 55 cm. Este sitio cuenta con cinco fechados radiocarbónicos entre 500 y 1210 años cal aP (Tabla 1).
Sitio LDS13. Se emplaza aguas abajo del río Diamante, a 5 km de la Laguna del Diamante (Figura 2). Está ubicado a 50 m de la margen izquierda del río Diamante, en una zona con un amplio desarrollo de vegas. A diferencia de las otras estructuras, el sitio LDS13 se caracteriza por ser un refugio natural, conformado por dos grandes bloques rocosos, que tienen adosados dos recintos pircados, uno circular y otro de planta irregular (Figura 5c). En promedio, los dos recintos adosados cubren 14 m2, mientras que el interior del refugio posee 6 m2. En el sitio se realizaron tres sondeos de 0,50 × 0,50 m, dos en el interior de los bloques y uno en el recinto circular externo. Los sedimentos se retiraron siguiendo niveles artificiales de 5 cm. En el sondeo 1 (o sondeo externo), se excavaron 10 niveles, alcanzando 50 cm de profundidad. En los sondeos 2 y 3 (o sondeo interno), se excavaron 14 niveles, llegando a 70 cm de profundidad. De estos dos sondeos se extrajeron restos humanos pertenecientes a dos individuos. Análisis de AMS (expetrometría de masa con aceleradores) del individuo 2 arrojaron un fechado radiocarbónico de 1400 años cal aP (Tabla 1), demarcando el uso inicial del sitio (Durán et al. Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018). El sondeo externo cuenta con dos fechados radiocarbónicos entre 440 y 1200 años cal aP, y el interno posee tres fechados entre 1230 y 1400 años cal aP (Tabla 1).
A partir de los 14 fechados radiocarbónicos obtenidos en excavaciones de los tres sitios y su relación estratigráfica, se elaboraron cinco fases cronológicas para el registro de los sitios del área de Laguna del Diamante (Tabla 2). Los 14 fechados radiocarbónicos fueron calibrados con el programa OxCal 4.3 (Bronk Ramsey Reference Bronk Ramsey2009) en base a la curva SHCal20 (Hogg et al. Reference Hogg, Heaton, Hua, Palmer, Turney, Southon and Bayliss2020), con una mediana del 95% de probabilidad (véase la Tabla 1).
En la delimitación de las fases se tuvo en cuenta: la ubicación tridimensional de las muestras datadas, cambios y continuidades sedimentarios, estructuras de combustión y asociación e integridad contextual de los sitios. Se han excluido de estas fases las extracciones sin resolución cronológica o con evidencia de disrupción. En la cuantificación de lascas proximales también se excluyó material de superficie y los primeros 5 cm de excavación para limitar el efecto palimpsesto y la incidencia de una capa con presencia de materiales modernos. Por tanto, las lascas proximales que se cuantifican a continuación para estimar intensidad relativa corresponden a niveles con asignación temporal absoluta. Los segmentos delimitados poseen fechados radiocarbónicos que marcan el inicio y fin del rango temporal asignado (véase la Tabla 2), excepto las fases II y IV, en donde sólo se cuenta con un fechado radiocarbónico para cada una. En estos dos casos, la estratigrafía sugiere que su rango temporal se extiende, como máximo, hasta los límites de la fase anterior y la posterior. Así, las curvas de intensidad de ocupación estiman el valor mínimo y confiable en base a las dataciones y método de cuantificación de actividad de talla.
Para poder comparar las lascas proximales de las diversas fases se estimó el volumen excavado de cada fracción (Tabla 2). El volumen de sedimento extraído se calculó por sus dimensiones reales (largo × ancho × espesor; Tablas 2 y 3). El total de lascas proximales de cada fase fue dividido por el volumen real excavado, generando densidades por metros cúbicos (m3) comparables entre las distintas fases (Tabla 3). Para equiparar la escala de los datos en los gráficos, se multiplicó por diez la cantidad de lascas proximales en cada fase.
* La duración de las fases II y IV se estima con los límites de las fases próximas. Puesto que esas serían sus máximas duraciones, se dividen por dos, acortándolos y aumentando las densidades por siglo. Aun así, no se aproximan a las densidades de las fases III y V.
Por último, se emplearon 44 fechados de sitios emplazados en la cuenca del Maipo (n = 30) y en el área de Laguna del Diamante (n = 14), en la elaboración de un histograma (véase la Tabla Suplementaria 1 y Tabla 1). Las fechas fueron calibradas en medianas (a 10 años) y cada barra del histograma representa un siglo (Figura 6). Histogramas similares se han empleado para observar crecimiento demográfico e/o intensidad de ocupación (Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019; Gil et al. Reference Gil, Giardina, Neme and Ugan2014).
Lascas proximales como proxy de intensidad de ocupación humana
Los conjuntos líticos y su densidad relativa en los sitios arqueológicos han sido ampliamente empleados en la literatura arqueológica mundial como indicador de intensidad ocupacional (Foley y Lahr Reference Foley and Lahr2015; Liu et al. Reference Liu, Shimelmitz, Friesem, Yeshurun and Nadel2020, entre otros). En los Andes del sur (28°-44°S) también se han utilizado las cuantificaciones de artefactos líticos por unidades estratigráficas como indicadores de intensidad (Castro Reference Castro2018; Neme y Gil Reference Neme and Gil2009).
Un porcentaje elevado de los artefactos, procedentes de los tres sitios, ha sido confeccionado en obsidiana (<70%); por tanto, se estima que procesos postdepositacionales podrían haber generado fragmentación y multiplicación de artefactos líticos (Borrazzo Reference Borrazzo, Martínez, Rojas and Cabrera2020; Weitzel et al. Reference Weitzel, Borrazzo, Ceraso and Balirán2014). La utilización de las lascas proximales permite evitar la sobrerrepresentación de artefactos y lograr una estimación más confiable de la intensidad de ocupación. Se incluyeron las lascas proximales con largos mayores a 10 mm, procedentes de los sitios LDS2, estructuras 1 y 3; LDS4, cuadrículas A, B y C; y del sitio LDS13, sondeos externo e interno (Tabla 2).
Las lascas proximales reflejan cambios relativos en la tasa de descarte de materiales. Estos cambios pueden responder a variaciones en las estrategias tecnológicas, el tamaño de los grupos humanos y/o la duración o función de sus ocupaciones (Veth Reference Veth, Veth, Smith and Hiscock2005). Se entiende que las lascas proximales permiten estimar el número mínimo de golpes (NMG) reales practicados por talladores en la formación del registro lítico recuperado (Andrefsky Reference Andrefsky1998). Estos artefactos son productos de talla con los atributos formales de lascas que conservan la plataforma de percusión. Se comprende a los cambios en el NMG como indicador de la intensidad de ocupación, siguiendo a Andrefsky (Reference Andrefsky1998). Se comparan las densidades de lascas proximales por fases cronológicas para estimar variaciones en la intensidad de ocupación.
Resultados
Investigaciones arqueológicas previas en la vertiente occidental señalan procesos de incremento demográfico en los últimos milenios y un uso más intensivo de ambientes de altura cerca de 3000 años aP (Cornejo y Sanhueza Reference Cornejo and Sanhueza2003; Falabella et al. Reference Falabella, Pavlovic, Planella, Sanhueza, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2017; Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019; Planella et al. Reference Planella, Scherson and MacRostie2011). Esta tendencia se puede comparar con un histograma de cantidades de fechados por siglo. Con muestras mayores, se utilizan histogramas para identificar patrones demográficos a gran escala, a pesar de los sesgos (Timpson et al. Reference Timpson, Barberena, Thomas, Méndez and Manning2021; véase Williams Reference Williams2012). En la Figura 6, se observa la tendencia de ocupaciones fechadas en Laguna del Diamante, reforzando los resultados arrojados por los datos líticos, ajustándose a las tendencias de la secuencia representativa (Figura 6a). Comparando los fechados del área de Laguna del Diamante con una muestra mayor, que incluye sitios arqueológicos excavados en el sector occidental de la caldera del Diamante y la cuenca del Maipo, se destaca una proyección similar, aunque con un inicio más temprano por fuera de la caldera volcánica (Figura 6b).
La fase I (2030-1950 cal aP; Tabla 2) representa la ocupación inicial de Laguna del Diamante, con densidades bajas pero claras de la estructura 3 del sitio 2 (Figura 7; Tabla 3). Estos contextos también incluyen escasos tiestos cerámicos (Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006:94). Ellos forman parte del registro regional de la alfarería inicial, que aparece en el mismo corte temporal en una amplia región en ambos lados de la cordillera (Marsh Reference Marsh2017).
La fase II (1400 años cal aP; Figura 7) sugiere una continuidad baja de ocupación; aunque todo el material arqueológico procede de un entierro con dos individuos, un evento puntual pero significativo. A partir de valores de estroncio en piezas dentales y huesos de los dos individuos hallados en el sitio LDS13, se puede inferir que los grupos humanos que hicieron uso estacional del área de Laguna del Diamante podrían tener circuitos anuales que incluyeran la vertiente occidental; aunque por la semejanza de sus valores con la geología regional (Barberena et al. Reference Barberena, Tessone, Cagnoni, Gasco, Durán, Winocur and Benítez2021), es probable que la mayor parte de su vida haya transcurrido en ambientes cordilleranos.
La fase III (1200-1280 cal aP) está representada en los tres sitios excavados, LDS2, LDS4 y LDS13. Esta fracción comprende el 63% de la muestra de artefactos líticos provenientes de seis contextos de excavación, siendo la fase mejor documentada (Tabla 2). Junto a densidades altas de material lítico se registró una elevada presencia de fogones y carbón disperso de estos contextos (Figura 7). Además del uso mayoritario de las fuentes de obsidiana locales, se registraron artefactos en obsidiana de dos fuentes cordilleranas ubicadas al sur: Las Cargas (124 km lineales) y Laguna del Maule 1 (210 km lineales), indicando movimientos regionales y extrarregionales. Patrones métricos sobre puntas de proyectil sugieren que el primer uso del arco y flecha se dio durante este segmento temporal (Castro et al. Reference Castro, Yebra, Cortegoso, Marsh, Castillo, Rughini, Fernández, Garvey, Belardi, Bozzuto, Fernández, Moreno and Neme2021), un cambio tecnológico importante documentado con siete puntas de flecha de los sitios LDS4 y LDS13.
En la fase IV (680 años cal aP) nuevamente cae la cantidad de artefactos, aunque es mayor que en las dos fases iniciales de ocupación de Laguna del Diamante (Figura 7). Esto podría indicar ocupaciones más cortas y/o grupos humanos reducidos.
La fase V (440-500 cal aP) es coincidente cronológicamente con la expansión del imperio incaico, cuyos límites meridionales habrían alcanzado entre 32° y 34°S, con alguna variación según los autores y regiones (Bárcena Reference Bárcena1979; Cahiza y Ots Reference Cahiza and Ots2005; Cornejo Reference Cornejo2014; García Reference García2009; Marsh et al. Reference Marsh, Kidd, Ogburn and Durán2017). Está en discusión el vínculo entre grupos que ocuparon áreas limítrofes y el imperio incaico, pero relevamientos recientes han documentado estructuras cuadrangulares y arte rupestre que corresponderían al repertorio simbólico incaico en Laguna del Diamante (Durán et al. Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021). Estos elementos se suman a la presencia de estilos cerámicos que corresponden a contextos incas en Chile central (Durán et al. Reference Durán, Neme, Cortegoso and Gil2006, Reference Durán, Cortegoso, Barberena, Frigolé, Novellino, Lucero and Yebra2018, Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021), y a una gran diversidad de fuentes de obsidiana regionales y extrarregionales en el registro arqueológico correspondiente a la ocupación de esta fracción temporal (Durán et al. Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021). La intensidad de ocupación es la más elevada de las registradas en los sitios de Laguna del Diamante (Figura 7). El hallazgo de un escondrijo con un núcleo de obsidiana procedente de la fuente Laguna del Diamante, una piedra horadada (Catán curá) y un percutor apoya la interpretación de estos contextos como parte de estrategias humanas de anticipación y recurrencia en el uso del lugar.
Discusión
Comparando tendencias arqueológicas y paleoclimáticas: Cambios ambientales y sus posibles repuestas humanas
El área de Laguna del Diamante tiene una secuencia cronológica que inicia en 2030 años cal aP, en el sitio LDS2 (fase I; Tabla 1). Las condiciones climáticas registradas son altamente variables, marcadas por una mayor incidencia del ENOS, alternando períodos secos y fríos con una duración mayor de la cubierta de hielo, con otros cálidos y húmedos con una duración menor de la cubierta de hielo (Figura 4). Esta primera ocupación estaría vinculada a condiciones de inestabilidad de alcance regional y probablemente al uso de nuevos ambientes con una oferta de recursos más estable y/o predecible.
En Chile central, se registró desde estas cronologías un paulatino crecimiento demográfico (Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019:10; Figura 6b), que pudo haber impulsado el uso de estos espacios cordilleranos de manera recurrente. El proceso está asociado al desarrollo de una nueva tecnología como la cerámica (Marsh Reference Marsh2017) y al creciente empleo de recursos domésticos como zapallo (Curcubita sp. y Lagenaria sp.), poroto (Phaseolus sp.) y quinoa (Falabella et al. Reference Falabella, Pavlovic, Planella, Sanhueza, Falabella, Uribe, Sanhueza, Aldunate and Hidalgo2017). Estas nuevas estrategias estarían ligadas a una mayor presión sobre los ambientes de altura que implicaron un cambio en el uso y permanencia. La evidencia material incluye, además de los indicadores aquí evaluados, un número elevado de recintos pircados que fueron empleados como bases residenciales también en áreas cercanas al Diamante (Neme et al. Reference Neme, Otaola, Giardina, Gil and Franchetti2020).
El conocimiento del área de Laguna del Diamante se inicia en los milenios anteriores a la ocupación efectiva registrada. Las sucesivas cronologías de ocupación de la cuenca del Maipo, el aumento demográfico (Gayo et al. Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019; Figura 6b), el temprano empleo de obsidiana en Arroyo Paramillos (Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021) y el incremento en el consumo de recursos vegetales, como la quinoa (Planella et al. Reference Planella, Cornejo and Tagle A.2005, Reference Planella, Scherson and MacRostie2011), dejan en evidencia el uso intensivo de los ambientes altoandinos (Peralta y Salas Reference Peralta and Salas2004).
Entre 1200 y 1280 años cal aP (fase III) se observó un incremento en la intensidad y/o recurrencia de la ocupación humana en Laguna del Diamante (Figura 7). Este incremento podría estar asociado a un aumento de las temperaturas de verano y humedad, y a una menor duración de la cubierta de hielo (de Jong et al. Reference de Jong, von Gunten, Maldonado and Grosjean2013; Martel-Cea et al. Reference Martel-Cea, Maldonado, Grosjean, Alvial Ritx de Jong, Frizt and von Gunten2016; Figura 4), que permitió una disponibilidad temprana de pasturas y agua, y una extensión de la temporada de verano con estadías largas en los sitios de altura. El sostenimiento de poblaciones humanas que experimentan un crecimiento demográfico sostenido es el contexto en el que se pueden interpretar las explotaciones más intensivas en estos ecosistemas. Nuevas estrategias de caza, que se plasman en la incorporación del arco y flecha en el área de Laguna del Diamante (Castro et al. Reference Castro, Yebra, Cortegoso, Marsh, Castillo, Rughini, Fernández, Garvey, Belardi, Bozzuto, Fernández, Moreno and Neme2021), sugieren que este espacio pudo ser explotado de manera intensiva y/o recurrente con una ocupación estacional prolongada. Este cambio regional, sumado al aumento demográfico (Gil et al. Reference Gil, Giardina, Neme and Ugan2014), podría ser parte de un proceso generalizado de intensificación (sensu Bettinger Reference Bettinger2013).
En la cordillera de los Andes, entre 500 y 600 años aP, se registró una disminución de la temperatura de verano (von Gunten et al. Reference von Gunten, Grosjean, Rein, Urrutia and Appleby2009), seguido de condiciones frías (Figura 4). Esto implicó un mayor crecimiento de la cubierta de hielo (Masiokas et al. Reference Masiokas, Villalba, Christie, Betman, Luckman, Le Quesne, Prieto and Mauget2011) y temporadas de verano cortas. En este segmento temporal se registraron los índices más elevados de lascas proximales (fase V; Figura 7). Este marcador de ocupaciones más intensas ocurre en sincronía con el arribo del imperio incaico en la zona de Chile central (Cornejo Reference Cornejo2014). Este hecho pudo impactar de diversos modos en la organización y movilidad de las sociedades que habitaban la vertiente occidental de la cordillera. Gayo y colaboradores (Reference Gayo, MacRostie, Campbell, Flores, Maldonado, Uribe-Rodríguez and Moreno2019:15) sugieren que la llegada del imperio incaico a la vertiente occidental pudo generar una mayor presión sobre el uso y explotación de cuencas hidrográficas y/o bosques. Estas nuevas condiciones, tanto como las estrategias de control de enclaves cordilleranos por parte del imperio, podrían ser la causa de las ocupaciones intensivas, lo que pudo implicar un mayor número de personas en períodos más cortos en espacios de acceso estacional como Laguna del Diamante.
Consideraciones finales
El área de Laguna del Diamante es un humedal de altura con una oferta atractiva de recursos bióticos y abióticos durante la temporada estival, momento en que se produce la temporada seca en Chile central. Entre los recursos se destaca la disponibilidad de pasturas y agua dulce, como también materias primas de buena calidad para la talla (e.g., obsidiana). Estudios geoquímicos de amplio alcance regional han permitido identificar artefactos confeccionados sobre estas fuentes en sitios arqueológicos de la cuenca del Maipo por lo menos desde el Holoceno temprano (Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021). Sin embargo, la ocupación efectiva de este ambiente se plasma alrededor de 2000 años aP, cuando empiezan a construirse los recintos pircados que con distinta intensidad se ocuparon hasta períodos históricos.
La cordillera de los Andes fue la protagonista de estos cambios, siendo el escenario que, bajo condiciones ambientales variables, primero generó, luego amortiguó y finalmente soportó distintas modalidades de instalación humana. Éstas variaron desde ocupaciones discretas en los primeros registros (fases I y II) hasta largas estadías de verano bajo condiciones climáticas favorables y por parte de grupos que estarían diversificando su subsistencia (fase III). Con pulsos distintos, el área se ocupó en formas variables en cuanto a su intensidad (fase IV), y en asociación a condiciones ambientales más o menos favorables, hasta la fracción temporal que coincide con la dominación incaica regional (fase V). Bajo las condiciones más adversas en función de las bajas temperaturas registradas y, en consecuencia, umbrales temporales reducidos para la instalación en cordillera, se registran en el área las ocupaciones humanas más intensivas. En la fase V, coincidente con la dominación incaica regional, elementos arquitectónicos e iconográficos vinculan el área a la esfera del imperio. Se registran en esta fracción temporal muestras de obsidiana procedentes de diversas fuentes regionales y extrarregionales, como también estilos cerámicos del norte semiárido de Chile y del noroeste y centro-oeste de Mendoza (Durán et al. Reference Durán, Sol Zárate Bernardi, Yebra, Frigolé, Lucero, Andreoni and Winocur2021). Las intensivas ocupaciones en condiciones más adversas podrían estar impulsadas por la necesidad de control de un nodo de circulación e interacción estratégico. Los 34°S marcan no sólo el límite meridional de la expansión incaica, sino también el límite continental de diversas formas de vida; hacia el sur se extiende el vasto territorio patagónico ocupado por sociedades cazadoras y recolectoras hasta el siglo diecinueve.
Agradecimientos
A la disposición y colaboración de los/las guardaparques.
Declaración de financiamiento
PIP CONICET 2015 0100301, PICT2019-01627, a los proyectos FONDECYT#1140813 y REDES 180099, y a la fundación Gerda Henkel (AZ 05/F/20).
Declaración de disponibilidad de datos
El material arqueológico empleado en este trabajo se encuentra disponible en el Instituto de Ciencias Básicas (ICB), Unidad Ejecutora del CONICET. Dichos bienes se encuentran almacenados en el Laboratorio de Paleoecología Humana, el cual ha sido declarado repositorio oficial de bienes arqueológicos por la Dirección de Patrimonio de la provincia de Mendoza, Argentina.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no hay ninguno conflicto de intereses.
Material suplementario
Para acceder al material suplementario que acompaña este artículo, visitar https://doi.org/10.1017/laq.2023.27.
Tabla Suplementaria 1. Medianas calibradas de sitios arqueológicos de Chile central.