Durante la época prehispánica, la obsidiana se caracterizó por ser una materia prima de primera necesidad para la elaboración de gran variedad de objetos. La tecnología de talla para la extracción de diversos artefactos fue una importante actividad económica. En el occidente de México, la obsidiana resultó un recurso fundamental debido a su abundancia y a la diversidad de yacimientos presentes. Sin embargo, no todos los vidrios volcánicos disponibles tienen las características idóneas para la talla especializada. En la región Valles, dentro de las cuencas centrales del estado de Jalisco, se encuentran dispersos nódulos de obsidiana, con un alto grado de inclusiones, que ha sido referida meramente como “obsidiana de baja calidad”. Hasta ahora, en pocas ocasiones se le ha dado la importancia debida en cuanto al estudio de su composición geoquímica, a pesar de que este sirva para contrastarlo con aquellas que sí fueron empleadas como materia prima. El siguiente trabajo busca establecer las características de la obsidiana disponible en el sitio Atitlán, ubicado en la antigua Cuenca de Magdalena, para compararla con los desechos de un espacio en el que son evidentes talleres especializados de talla intensiva para la extracción de láminas que sirvieron para elaborar piezas útiles. Entre los objetivos primordiales del artículo, es comparar sus particularidades con las de la obsidiana empleada en el proceso productivo proveniente del sitio La Joya. Gracias a esta investigación, demostramos que la obsidiana disponible en la isla no fue aprovechada debido al tamaño de los nódulos disponibles y al alto grado de porosidad e inclusiones.