Se revisan los diferentes aspectos de la seguridad general de zolpidem después de analizar los datos de seguridad obtenidos en adultos y en pacientes ancianos. La baja incidencia de comunicaciones de acontecimientos adversos durante los tres primeros años de utilización de zolpidem ha corroborado los resultados de los estudios clínicos. Los efectos adversos más frecuentes están relacionados con el sistema nervioso central (SNC), pero se pueden prevenir en gran medida respetando las dosis recomendadas y las reglas de prescripción. En los casos de sobredosis aguda, no se han atribuido complicaciones graves a zolpidem en monoterapia. En la mayoría de los estudios realizados en el período de tratamiento recomendado, la interrupción brusca del mismo no se asociaba con insomnio de rebote clínicamente significativo. Los datos preclínicos y clínicos disponibles indican que el riesgo de abuso o dependencia es mínimo cuando se prescribe según las dosis recomendadas de 10 mg en adultos y 5 mg en ancianos. Así, con argumentos ahora bien establecidos que van en la misma dirección sobre una gran base de pacientes, el perfil de seguridad de zolpidem puede autorizar y justificar su prescripción amplia en el tratamiento a corto plazo del insomnio.