Una revisión de las publicaciones mostró que no existe ningún buen estudio sistemático de una serie de personas “cleptomaniacas” diagnosticadas con rigor, distintas a las derivadas por los tribunales para opinión experta. Esto se aplica en particular a los países de habla alemana y a otros países europeos. Por tanto, comunicamos aquí la fenomenología, demografía, psicopatología, historia familiar y de tratamiento, los análisis de orientación conductual y los resultados del tratamiento de 12 individuos que cumplían los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico DSM IIIR para cleptomanía. Todos los pacientes describían un impulso incontrolable de robar y una reducción en la ansiedad o la tensión durante o después del acto. Todos tenían al menos un diagnóstico psiquiátrico adicional. Aunque los síntomas cleptomaniacos no parecían formar parte de estos otros trastornos, la extensión del robo correspondía (positiva o negativamente) con otros síntomas psiquiátricos, como los sentimientos depresivos, los impulsos excesivos de comer o los ataques de migraña. El microanálisis del acto del robo, así como los acontecimientos precedentes y posteriores (explorados aplicando un análisis de orientación conductual), mostraron factores desencadenantes consistentes dentro de cada individuo, pero que diferían de un individuo a otro. No hubo pruebas de correlación con los trastornos obsesivo- compulsivos, pero hubo algunas indicaciones de que la cleptomanía se puede asociar con los trastornos afectivos desde el punto de vista de un “trastorno del espectro afectivo”. Según una definición más amplia de “trastorno multiimpulsivo” (por analogía con Lacey y Evans o Fichter et al.), un tercio de los pacientes podrían recibir el diagnóstico de “trastorno bi-impulsivo”. Ocho de los 12 pacientes pudieron ser investigados en un seguimiento realizado, como promedio, 2 años después del alta, mostrando resultados favorables. En conclusión, la conducta cleptomaniaca parece causarse y mantenerse en diversas condiciones.