Durante veinte meses, de noviembre de 1862 a agosto de 1864, tuvo lugar una revolución, de la que el mundo, en esa época, apenas se percató; la causa inmediata era la emoción causada en varios países de Europa por la publicación de un librito llamado Recuerdo de Solferino. Su autor, un joven hombre de negocios de nacionalidad suiza, Jean-Henry Dunant, aprovechó esta ola de simpatía para promover la idea de que ya no se debe tratar como enemigos a los soldados heridos y fuera de combate. Dunant quería que las naciones formen grupos de voluntarios que, con el pleno apoyo del respectivo Gobierno, puedan prestar asistencia permanentemente a los miembros heridos y enfermos, sean amigos o enemigos, de los ejércitos en campaña.

Fue una verdadera proeza que lograra, en menos de un año, reunir en Ginebra a los representantes de 16 Gobiernos interesados y a cierto numero de organizacions filantrópicas para examinar de qué manera podría cristalizar esta idea. Asi, el 29 de octubre de 1863, nació la Cruz Roja.

Del 22 al 27 de noviembre, se celebró en Río de Janeiro la VI Asamblea General de la Liga, en la que participaron 450 delegados, que representaban a 134 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Tras las palabras de salutación de la señora Mavy A. A. Harmon, presidenta de la Cruz Roja Brasileña, Sociedad anfitriona, pronunciaron sendos discursos el presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, y el presidente de la Comisión Permanente de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, doctor Ahmad Abu-Goura. El doctor Mario Villarroel Lander, nombrado presidente ad interim por el Consejo Ejecutivo de la Liga, rindió un vibrante homenaje a Enrique de la Mata Gorostizaga, ex presidente de la Liga, fallecido el 6 de septiembre último.

El Consejo de Delegados del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, integrado por los representantes de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, se reunió el 27 de noviembre de 1987 en Río de Janeiro (Brasil), tras la Asamblea General de la Liga.

Después que el presidente de la Comisión Permanente de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, doctor Ahmed Abu-Goura, abriera la sesión, el señor Cornelio Sommaruga, presidente del CICR, fue elegido, según la tradición, presidente del Consejo. La vicepresidencia se confió a la señora Mavy A. A. Harmon, presidenta de la Cruz Roja Brasileña.

recordando la propuesta presentada por la Media Luna Roja Argelina al Consejo de Delegados de 1986 de instituir un Premio de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja por la paz,

recordando que, según los Estatutos del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Movimiento «mediante su acción humanitaria y la difusión de sus ideales (…) favorece una paz duradera, que no debe entenderse como la simple ausencia de guerra, sino como un proceso dinámico, de colaboración entre todos los Estados y los pueblos, colaboración fundada en el respeto de la libertad, de la independencia, de la soberanía national, de la igualdad, de los derechos humanos, y en una justa y equitativa repartición de los recursos para satisfacer las necesidades de los pueblos»,

Sabemos que, al firmar y ratificar los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, las Altas Partes contratantes se comprometieron a buscar y a encausar a las personas que hayan cometido u ordenado cometer infracciones graves definidas en dichos Convenios, sea cual fuere su nacionalidad. Como ya hemos dicho en otro lugar, este compromiso expreso contrasta demasiado con las costumbres existentes y con las inmunidades tradicionales de que gozan, en este ámbito, los ciudadanos de un país para que se pueda legítimamente preguntar de qué manera piensan los Estados traducir ese compromiso en hechos y lograr la convicción profunda de los políticos, de los militares y de las autoridades judiciales acerca de sus implicaciones.

Por lo que atañe al Estado belga, nos preguntamos: «¿, Está mejor dispuesto que otros países y ha acostumbrado a los espíritus a imponer las sanciones de sus leyes penales a todo belga —sin distinción de rango ni de función— que haya desafiado una prohibición del derecho humanitario, no con fines interesados ni por sadismo, sino en nombre y por cuenta del Estado, en el marco de su actividad de defensa nacional?».

El 6 de mayo pasado, con motivo de la toma de posesión del señor Cornelio Sommaruga como 12.° presidente del CICR, la Asamblea del CICR rindió un vibrante homenaje al señor Alexandre Hay, que dirigió la Institución del 1 de julio de 1976 al 6 de mayo de 1987.

Los miembros del Comité y de la Dirección destacaron especialmente la profunda humanidad y la determinación con que el señor Alexandre Hay desempeñ ó su cargo durante un decenio jalonado por numerosos dramas.

Presentando el balance de lo que podría llamarse «el período Hay», la Revista International de la Cruz Roja desea rendir homenaje, a su modo, al presidente saliente. No pretende, en absoluto, que este balance sea un catálogo de las actividades que el lector bien conoce, sino más bien una reflexión sobre la problemática de la acción, sobre los cambios efectuados en la Institución, habida cuenta de las circunstancias, así como sobre lo que deja impronta en la continuidad de la obra.

El 21 de octubre de 1987, el Rey don Juan Carlos y la Reina doña Sofía de España visitaron la sede del CICR. La pareja real estaba en Ginebra con motivo de la entrega de la medalla Nansen, otorgada al Rey por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

El Rey y la Reina de España, acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, don Francisco Fernández Ordóñez, y otros representantes del Gobierno español, así como por el presidente de la Cruz Roja Española, don Leocadio Marín, fueron recibidos por el presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, y por varios miembros del Comité y de la Dirección.

En su discurso de bienvenida, el presidente del CICR saludó a sus huéspedes como los más altos representantes de la Cruz Roja Española. Está Sociedad Nacional, que esta efectivamente patrocinada por la familia real, es una de las más antiguas y más activas del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

El 14 de octubre, cuando el programa de distribución de semilias (principalmente maiz, sorgo y soya), comenzado en septiembre, estaba ya bien encaminado y podía prestar asistencia a unas 100.000 personas civiles desplazadas en las provincias de Huambo y de Bié, tuvo lugar un trágico accidente de avión. El aparato, un Hércules fletado en Suiza por el CICR, se estrelló a 40 km de Kuito. Lamentablemente no hubo supervivientes, ni de los cuatro miembros de la tripulación — dos irlandeses, Dorian Shone, comandante de a bordo, y Kevin Tocknell; un británico, Nicolas Duff, un neozelandés, Gary Heap — ni de los pasajeros, un angoleño, el señor Nuño Ferreira, y la señorita Catherine Chappuis, de nacionalidad suiza, secretaria de la subdelegación del CICR de Kuito.

Con el fin de tratar de esclarecer las causas de la catástrofe, se formó una comisión investigadora integrada por representantes de las autoridades angoleñas y suizas y de la compañía de aviación que había fletado el aparato.

Desde el Consejo de Delegados de noviembre de 1987 hasta el de octubre de 1989.

(Tema del Día Mundial de 1988, que utilizarán a discreción las Sociedades Nacionales entre los meses de noviembre de 1987 y octubre de 1988).

(Tema del Día Mundial de 1989, que utilizarán a discreción las Sociedades Nacionales desde finales de octubre de 1988 hasta el término de la campaña, en octubre de 1989).

Además, conviene señalar que la última parte del programa de conmemoración corresponderá al período del comienzo de la «Campaña Mundial para la Protección de las Víctimas de la Guerra» que culminará, en 1990, con una tregua mundial de dos días.

En cada una de esas fechas, se organizarán, en Ginebra, actos conmemorativos. Cabe añadir:

La participación de los jóvenes en las actividades en favor de la comunidad es un medio natural de satisfacer sus aspiraciones y de permitirles asumir sus responsabilidades sociales.

Por esa razón, la Sociedad de la Media Luna Roja Egipcia (SMLRE) siempre se ha esforzado en explorar las capacidades de la juventud, facilitar su integración en la sociedad e incorporarla al trabajo comunitario, apoyando asi al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Así, en 1938, el Consejo de Administración decidió fundar grupos de jóvenes de la Media Luna Roja en las escuelas y universidades a fin de disponer, en caso necesario, de una reserva de voluntarios.

En 1945, se fundó la Asociación de la Juventud de la SMLRE con el fin de contribuir al logro de los objetivos humanitarios de las Sociedades de la Media Luna Roja y de la Cruz Roja en las diferentes partes del mundo.

Acontecimientos relativamente recientes demuestran, si todavía es necesario, la importancia de la información y de la enseñanza de los derechos humanos. En primer lugar, incumbe a los ciudadanos defender sus derechos, es decir, reclamar el beneficio de la protección que se les ofrece en los instrumentos nacionales e internacionales en los que se garantizan sus derechos y libertades fundamentales. Ahora bien, incluso en los países democráticos, que respetan esos derechos y esas libertades, no se conocen suficientemente los instrumentos internacionales. Los europeos no utilizan la Convención Europea de Derechos Humanos tanto como deberían y nos podemos interrogar si las diferencias en el número de las solicitudes individuates procedentes de diferentes países y dirigidas a la Comisión Europea de Derechos Humanos no están relacionadas con el grado de conocimiento que tienen los habitantes en un determinado país Parte en la Convención acerca de las posibilidades que ofrece este instrumento.

La enseñanza relativa a los instrumentos internacionales que protegen los derechos humanos es, pues, un indispensable elemento para el funcionamiento de los sistemas de garantía y, por lo tanto, de toda protección efectiva.

Fundado el 26 de septiembre de 1970 en San Remo (Italia), el Institute Internacional de Derecho Humanitario (en adelante, el Instituto), tiene por objetivo favorecer el desarrollo, la aplicación y la difusión del derecho internacional humanitario y de ámbitos qfines, tales como el derecho de los refugiados.

Como es natural, desde su fundación, el Instituto y el CICR han mantenido estrechas relaciones de trabajo, en el respeto de la independencia de cada Institución. Con el correr de los años, esta fructuosa cooperación se ha extendido a otras organizaciones, en particular a la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), así como al Comité Internacional para las Migraciones (CIM).

Entre las habituates y destacadas actividades del Instituto, cabe resaltar las tradicionales Mesas Redondas anuales. La primera tuvo lugar en 1974. A partir de 1975, la Mesa Redonda se ha completado con una Jornada dedicada a un simposio de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Asimismo, se han ido incorporando progresivamente, en dichas reuniones, cuestiones relativas al derecho de los refugiados.

La República de Guatemala ratificó, el 19 de octubre de 1987, los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República de Guatemala, el 19 de abril de 1988.

La República de Guatemala es el 70.° Estado Parte en el Protocolo I y el 63.° en el Protocolo II.

Burkina Faso ratificó, el 20 de octubre de 1987, los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para Burkina Faso, el 20 de abril de 1988.

Burkina Faso es el 71.° Estado Parte en el Protocolo I y el 64.° en el Protocolo II.