No es, ciertamente, una tarea fácil hablar de la suerte de los bienes culturales en el transcurso de los conflictos armados que se han sucedido desde la Antigüedad hasta la víspera de la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto, los documentos disponibles permiten comprobar que, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se promulgaron, en derecho interno y en derecho internacional, normas positivas para reducir, en mayor o menor grado, más bien que para evitar, los diversos daños causados a los bienes culturales por las hostilidades.

Pero, por lo que respecta a las épocas anteriores, la investigación se hace más difícil y su resultado presenta más lagunas e imprecisiones a medida que nos remontamos en el tiempo.

Para ofrecer al lector una vista de conjunto del derecho existente, este documento se refiere indistintamente a los Convenios de Ginebra de 1949 y a su Protocolo adicional I. Por consiguiente, va un poco más allá que el derecho actualmente en vigor, ya que sólo 48 países son, hasta la fecha, Partes en el Protocolo I, mientras que los Convenios de Ginebra cuentan con 161 participaciones. Por lo tanto, los textos que llevan la referencia «P. I» deben leerse teniendo en cuenta esta reserva. No obstante, esto no significa que no tengan valor alguno para los que no son Partes en el Protocolo I. En muchos casos, no hacen más que confirmar lo que implícitamente contienen los Convenios.

La Asamblea del Comité Internacional de la Cruz Roja nombró, en su sesión del 14 marzo de 1985, miembro del Comité Ejecutivo al señor Pierre Keller, que tomó posesión de su cargo en la sesión del 21 de marzo de 1985.

El señor Pierre Keller era miembro de la Asamblea del CICR desde febrero de 1984.

El señor Alexandre Hay, presidente del CICR, acompañado por el señor Jean Hoefliger, delegado general del CICR para Oriente Medio, estuvo en Líbano del 12 al 16 de febrero. En Beirut, fue recibido por el presidente de la República, señor Amin Gemayel, por el señor Rachid Karamé, presidente del Consejo y ministro de Relaciones Exteriores y por el señor Selim Hoss, ministro de Educación y Trabajo. Estas entrevistas, durante las cuales se abordaron cuestiones de mutuo interés, permitieron reforzar las ya excelentes relaciones entre el CICR y las autoridades gubernamentales libanesas.

El presidente del CICR aprovechó su estancia en Beirut para visitar la Cruz Roja Libanesa, donde fue recibido por la presidenta, señora A. Issa-el-Khoury, y por los miembros del comité central.

El presidente del CICR, señor Alexandre Hay, fue invitado por el secretario general de las Naciones Unidas, señor Javier Pérez de Cuéllar, a representar al CICR en la Conferencia sobre la Situatión de Emergencia en África, que se celebró, los días 11 y 12 de marzo, en el Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra.

La finalidad de la Conferencia era alertar y sensibilizar a la comunidad internacional por lo que atañe a la penuria en los países de África más afectados por la sequía y el hambre, así como garantizar la coordinación de los esfuerzos realizados por el conjunto de los Gobiernos y organizaciones para hacer frente a esta situación de emergencia.

El CICR se ha enterado, con consternación, de la súbita muerte, en accidente de automóvil, el 5 de enero de 1985, del señor Michel Zufferey, delegado en Sudán.

El señor Zufferey tenía 40 años, era soltero y comenzó a prestar servicios en el CICR el año 1972. Efectuó su primera misión en Bangladesh; después, estuvo sucesivamente en Angola, Líbano, Israel, Pakistán y Chad. Su misión en Sudán había comenzado el 22 de enero de 1983.

Durante los doce años de servicios en la Institutión, el señor Zufferey había contraído sólidas amistades; así pues, es tanto mayor el pesar que siente todo el personal del CICR, que expresa a los parientes y amigos del finado sus sentimientos de tristeza y de profunda simpatía.

Tenemos el honor de comunicarles el reconocimiento oficial de la Sociedad de la Cruz Roja de Cabo Verde por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Con este reconocimiento que surte efecto a partir del 14 de marzo de 1985, asciende a 136 el número de sociedades Nacionales miembros de la Cruz Roja Internacional.

Fundada el 19 de julio de 1975, la Sociedad solicitó oficialmente, el 31 de enero de 1985, su reconocimiento por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Para apoyar su solicitud presentó varios documentos, entre los cuales varios informes sobre sus actividades, el texto de sus Estatutos así como un ejemplar autenticado del decreto ministerial del 3 de noviembre de 1984 por el que se certifica que la sociedad de la Cruz Roja ha sido reconocida por el Gobierno como sociedad de socorro voluntario, auxiliar de los poderes públicos.

La República de Vanuatu depositó, el 28 de febrero de 1985, ante el Gobierno suizo, el correspondiente instrumento de adhesión a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra, el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República de Vanuatu, el 28 de agosto de 1985.

Gracias a un donativo efectuado el año 1982 por el señor Paul Reuter, profesor emérito de Derecho, Economía y Ciencias Sociales de la Universidad de París, así como miembro y ex presidente de la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas, el CICR creó el Fondo Paul Reuter, cuyas rentas deben utilizarse para fomentar la difusión del derecho internacional humanitario. Este fondo sirve también para asignar, cada dos años en principio, un Premio Paul Reuter de 2.000 francos suizos a fin de recompensar una obra particularmente meritoria en el ámbito del derecho internacional humanitario.

El jurado que otorgó el premio, presidido por el profesor Jean Pictet, vicepresidente de honor del CICR, estuvo integrado, en esta ocasión, por los profesores L. Condorelli y G. Malinverni, de la Universidad de Ginebra, además de los representantes de la administratión del CICR, decidió asignar por primera vez el Premio Paul Reuter al señor Mohamed El Kouhene, doctor en derecho, de nacionalidad marroquí, por su tesis titulada «Las garantías fundamentales de la persona en los instrumentos de derecho humanitario y de los derechos humanos», que defendió, el mes de julio de 1984, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Niza.

El doctor Athos Gallino, miembro del CICR, acompañado por el doctor Rémi Russbach, médico jefe del CICR, efectuó, del 20 de enero al 3 de febrero, una misión que lo condujo, sucesivamente, a Mozambique, Zimbabwe, Etiopía y Sudán. Como presidente del «Fondo especial en favor de los minusválidos», creado en 1983 por el CICR, el doctor Gallino visitó los centros de asistencia a mutilados y parapléjicos de guerra, instalados en esos países por el CICR con el apoyo de las autoridades locales y de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Así pues, los representantes del CICR se trasladaron a Maputo (Mozambique), Bulawayo (Zimbabwe), Debre Zeit y Asmara (Etiopía), así como a Kassala (Sudín).

Los doctores Gallino y Russbach visitaron también los centros nutricionales del CICR en Axum y Mekele (Etiopía).

El conde Maurice de Madre, residente francés en Suiza, legó, hace algunos años, una cantidad importante al CICR, destinada a ayudar a los delegados, a los médicos, a los enfermeros o a las enfermeras y a los socorristas que se hayan entregado con generosidad en el transcurso de operaciones de socorro y estén, por ello, en situación difícil o se vean disminuidos en su salud.

Los ingresos de este fondo se han utilizado, desde 1979, para efectuar asignaciones en favor de los colaboradores de la Cruz Roja, heridos o enfermos como consecuencia de una misión humanitaria. A partir de 1981, se han efectuado asignaciones similares para las familias de los colaboradores de la Cruz Roja que perdieron la vida en acto de servicio y que no pueden beneficiarse de ninguna prestación de seguro.

El nuevo edificio de la Agencia Central de Búsquedas (ACB) del CICR fue inaugurado últimamente en Ginebra; es, por lo tanto, una ocasión para hablar de los recientes progresos en cuanto a sus actividades y a su organizatián.

¿Cuál es su labor específica y cuáles son sus actividades? La ACB funciona hace más de cien años y dispone de un fichero central donde se clasifican, actualmente, 60 millones de fichas relativas a 40 millones de personas aproximadamente. En 1984, se recibieron y se registraron unas 340.000 solicitudes o informaciones. En términos generales, podemos decir que la Agencia Central de Búsquedas se encarga de reunir, conservar y comunicar datos acerca de las víctimas de los conflictos.