El 29 de setiembre de 1976 tuvo lugar, en la sede del CICR, el acto de inauguratión de una piedra conmemorativa en honor del centenario del nacimiento de la noble personalidad que fue Eglantyne Jebb. Dirigentes dela Unión International de Protectión de la Infancia y del CICR, así como colaboradores de las dos instituciones, representantes de las autoridades suizas y ginebrinas y de diversas organizaciones internacionales estaban presentes en esta manifestatión durante la cual se pronunciaron discursos. Varios miembros de la familia de Eglantyne Jebb asistieron también al acto.

Finalizadas las operaciones de evacuación de Tall-al-Zaatar, la delegación del CICR en Líbano ha proseguido su acción de protección y de asistencia en favor de los heridos y de los enfermos, de las personas desplazadas, de las minorías aisladas en un entorno hostil, de los prisioneros; pero centró, sobre todo, sus actividades en la estructuración de las redes de asistencia médica y material para poderse enfrentar con cualquier agravación de la situación.

Apena al CICR el fallecimiento del Dr. Jean-Maurice Rubli, uno de sus antiguos delegados, que dio pruebas de constante y denodada entrega a la causa humanitaria.

El Dr. Rubli efectuó, durante la segunda guerra mundial, numerosas misiones: visitó a prisioneros de guerra y a internados civiles en Alemania, Bélgica, Países Bajos y Francia. En ese mismo período, formó parte de comisiones médicas mixtas en Alemania, Estados Unidos y Canadá. Tras haber practicado la medicina en Zurich, se encargó de realizar nuevas misiones, a partir de 1953, en Kenia, Reino Unido, Jordania, Yemen y Arabia Saudita. Más tarde, se trasladó a diferentes países de África y de Asia; en 1970 viajó a Extremo Oriente.

El CICR reproduce, en un folleto de 28 páginas, en francés, inglés y espafñol, el estudio que publicó la Revista Internacional, en su número de septiembre pasado, acerca de los trabajos del tercer período de sesiones de la Conferencia Diplómatica. Puede adquirirse este opúsculo, por 2.— francos suizos, dirigiéndose al servicio de publicaciones del CICR.

En un memorándum distribuido durante el Consejo de Delegados, el mes de octubre de 1975, el CICR preguntó a las Sociedades nacionales si deseaban enviar personas a Ginebra para ser formadas sobre las cuestiones relativas a la difusión de los Convenios de Ginebra. De 52 Sociedades nacionales que respondieron a ese memorándum, 27 dieron una respuesta afirmativa al respecto.

Es conocida la importancia de las acetones de socorro emprendidas por el CICR. Las cifras publicadas en la Revista International, lo atestiguan. Hemos creído interesante, pues, publicar un texto del jefe de la División de Socorros del CICR, señor Franck Schmidt, quien evoca, en general, los problemas que origina el incremento de esas actividades.

Para mayor divulgatión en el mundo de los principios de la Cruz Roja y de los Convenios de Ginebra, el CICR ha hecho, como se sabe, un « Manual escolar », en numerosos idiomas, para los alumnos de las escuelas, completado por el « Libro del profesor ». En esas dos obras se inculcan a los jóvenes lectores los ideales humanitarios; se comprobó, con posterioridad, que también es necesario un manual para los soldados. El CICR estudió el asunto y editó, con el titulo de « Manual del soldado » un folleto a cuyo texto, como al del « Manual escolar » acompañan muchos dibujos.

La Cruz Roja Austríaca de la Juventud nos ha enviado informaciones sobre la notable labor que realiza, y que nos complace poner en conocimiento de nuestros lectores.

En el articulo que remitió a la Revista International, y que se publicó en nuestro número de mayo de 1974, la señora Helen G. Me Arthur, recipiendaria en 1957 de la medalla Florence Nightingale y ex directora nacional de los Servicios de enfermeras de la Cruz Roja Canadiense, evoca el magnifíco trabajo realizado, desde hace más de cincuenta años, por las enfermeras de la Cruz Roja en pequeñas comunidades instaladas en lugares retirados del país. Ese trabajo de pioneras, en el que debieron, y deben todavía, dar pruebas de energía y de coraje es el que describe la revista de la Sociedad nacional, Despatch (vol. 37, 1976) en artículo que a continuación reproducimos:

Buena salud, buenas espaldas y deseo de ayudar a los enfermos son los atributos de toda enfermera, pero lo que lleva a las enfermeras de la Cruz Roja a solicitar ejercer funciones en los hospitales y en los puestos de enfermería de vanguardia, es, sin lugar a dudas, la atracción de la aventura, una firme confianza en sí mismas y una decidida determinatión de prestar asistencia a los enfermos.

La Cruz Roja de la República de Corea publica un folleto, con muchas ilustraciones, acerca de sus actividades en 1975 y durante el primer semestre de 1976. El presidente, señor Lee Ho recuerda, en la introducción, los hechos notables de ese período, durante el cual la Sociedad nacional fue particularmente activa. Como se mencionó en un número anterior de la Revista Internacional, se festejó en octubre de 1975 el LXX aniversario de la Cruz Roja de la República de Corea; ese mismo año, el CICR concedió la medalla Florence Nightingale a tres enfermeras coreanas.

La revista de la Cruz Roja Española, que se publica en forma muy atractiva gracias a numerosas y excelentes ilustraciones, llama la atención de sus lectores, en un reciente número, acerca de las iniciativas tomadas por esa Sociedad nacional y relativas a unas actividades en las cuales la Cruz Roja se abre camino poco a poco: el salvamento náutico en el mar y en los lagos y los primeros auxilios en carretera y en montaña. Hemos mencionado, en varias ocasiones, actividades similares en diferentes países. De cómo se han desarrollado en España dan fe algunas cifras, que se explican por el considerable aumento del turismo.

El año 1976 será un hito por lo que respecta a la difusión del derecho humanitario en América del Sur.

Acaba de fundarse en Bogotá, bajo los auspicios de la Universidad de Santo Tomás de Aquino y de la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana, un Instituto Interamericano de derecho internacional humanitario, apadrinado por el CICR.

La Revista Internacional publicó, en sus números de octubre y noviembre de 1972, un estudio en el que el señor Paul Weis, que dirigió la División Jurídica del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, trata el tema de la protección de los refugiados y los derechos humanos. Evoca, en particular, el Convenio relativo al estatuto de los refugiados, firmado en Ginebra el 28 de julio de 1951, que es hoy el principal instrumento internacional en materia de protección de los refugiados. Ahora bien, data de hace un cuarto de siglo, y la publicatión quincenal del ACR (julio de 1976) publica, con motivo de este aniversario, un artículo en el que el señor Paul Weis describe la situatión actual:

«Lo que mas me llama la atención, declaró el señor Weis, es que los principios que originaron tantos debates en 1951 se aceptan ya como un trato mínimo debido a los refugiados.