Los oficiales, los soldados, el personal sanitario, las poblaciones que están cerca o lejos del escenario de la guerra son otras tantas categorías de personas a las que deben dirigirse los escritores para exponerles, a cada una en el lenguaje que conviene, ese fondo de ideas y de sentimientos humanitarios que es preciso hacer llegar con tanta urgencia a las mentes y a los corazones.
(Boletín Internacional de las Sociedades de Socorro a los Militares Heridos – nº 1, octubre de 1869).
Cuando la II Conferencia Intemacional de la Cruz Roja reunida en Berlín, el año 1869, aprueba el principio de la creación de un boletín, cuya redactión se confía al Comité Intemacional, su intentión es que, ante todo, esta «revista ponga en relación a los comités centrales de los diversos países y les dé a conocer los hechos, oficiales y de otro tipo, que les interesa conocer». Desde entonces, el Boletín Intemacional de las Sociedades de Socorro a los Militares Heridos, que en 1886 pasó a ser el Boletín Intemacional de las Sociedades de la Cruz Roja y después, finalmente, en 1919, la Revista Intemacional de la Cruz Roja, no ha dejado de «ser un flujo de informaciones y de establecer el vínculo necesario entre los miembros del Movimiento Intemacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja», lo que reafirmó la Asamblea del CICR, en marzo de 1988, cuando, volviendo a examinar la naturaleza y los objetivos de la Revista, destacó que el óYrgano oficial del CICR está al servicio de todos los componentes del Movimiento y es fiel reflejo de su doctrina y de sus actividades para el mundo exterior.
Esta continuidad de la misión de la Revista nunca se ha visto truncada a lo largo de las décadas.