Ochocientos quince delegados representantes de 160 Estados, 39 ministros, 20 iceministros y 12 secretarios de Estado, el secretario general de la ONU, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados y el subsecretario general de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, así como el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, representado por los presidentes del CICR, de la Federación Internacional y de la Comisión Permanente, además de todas las grandes organizaciones gubernamentales o no gubernamentales activas sobre el terreno de los conflictos armados, …todos fueron convocados en cuestión de meses por el Gobierno suizo para debatir, durante tres días, en Ginebra el problema de la protección de las víctimas de la guerra y aprobar una declaración sustancial al respecto: indudablemente, la Conferencia Internacional para la Protección de las Víctimas de la Guerra fue un éxito.

La Conferencia Internacional para la Protectión de las Víctimas de la Guerra tuvo lugar en Ginebra del 30 de agosto al 1 de septiembre de 1993. Convocada por el Gobierno suizo, por iniciativa del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los principales objetivos de la Conferencia eran:

— hacer que los Estados reaccionen vigorosamente ante las violaciones masivas del derecho internacional humanitario;

Inauguró la Conferencia, como presidente, el señor Flavio Cotti, jefe del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de la Confederation Helvética, en presencia de unos 815 delegados, representantes de Estados y organizaciones. De los 189 Estados invitados, participaron en la Conferencia 160: 39 estaban representados por ministros, 20 por viceministros y 12 por secretarios de Estado. Habí a asimismo 16 observadores y 16 «otros participantes».

Suiza recibe a ustedes esta mañana con sentimientos de plena alegría y al mismo tiempo, de gran preocupación.

Nos complace comprobar que el llamamiento hecho a la comunidad intemacional haya tenido un eco tan amplio y que un número representativo y universal de Estados haya respondido a nuestra invitatión.

Pero el motivo de ésta fue, ante todo, la angustia. Mientras que la guerra debería estar prohibida como medio para solucionar los conflictos, en realidad asistimos al recrudecimiento de violentos combates en un creciente número de países y territorios.

¿Cuántos llamamientos deben hacer las víctimas de la guerra para que se les escuche? Ante la amplitud de los dramas de que hoy somos testigos, la iniciativa del Gobierno suizo de celebrar esta Conferencia se imponía como una medida urgente y necesaria para restituir al derecho intemacional humanitario toda su autoridad.

El Comité Intemacional de la Cruz Roja no desconoce las dificultades a las que deben hacer frente los Estados para instaurar un orden intemacional más pacífico y más respetuoso de los valores humanitarios fundamentales. En este contexto, el informe que les ha sometido debería contribuir de manera útil, así lo espero, a orientar su reflexión.

En el debate en sesión plenaria, 120 delegados, participantes de pleno derecho y observadores, pudieron expresar su opinión, en particular acerca del Informe sobre la Protección de las Víctimas de la Guerra, especialmente preparado por el CICR para la Conferencia. El texto completo de este informe figura, mas adelante, en las pdginas 411–468.

Al término de los debates, los participantes aprobaron por consenso la declaración final de la Conferencia, que presentó el presidente del Comitó de Redacción y cuyo texto es el siguiente:

Los participantes en la Conferencia Intemacional para la Protección de las Víctimas de la Guerra, celebrada en Ginebra del 30 de agosto al 1 de septiembre de 1993, declaran solemnemente lo siguiente:

Los participantes se congratularon por el espíritu de buena voluntad, comprensión y tolerancia que presidió los debates. Lo que predominó, en efecto, en la actitud de los Estados fue el sentido humanitario. Los señores Sommaruga y Cotti, en sus discursos finales, no dejaron de ponerlo de relieve, al mismo tiempo que expresaron su esperanza de que los compromisos contraídos por los Estados dieran un impulso decisivo para una mejor aplicación del derecho internacional humanitario.

Permítanme agradecer mucho la posibilidad de hacer, una vez más, uso de la palabra, como ponente especial, a fin de comunicarles algunas reflexiones hechas tras las deliberaciones de ustedes.

Dentro de unos instantes, nuestro presidente pondrá término a las deliberaciones de esta Conferencia. Es, claro está, prematuro querer hacer un balance en caliente, habida cuenta de la intensidad de los trabajos efectuados y de las muy numerosas propuestas formuladas. Sin pretender quemar las etapas ni ignorar una reflexión más detallada que ha de proseguir, quisiera yo, sin embargo, aprovechar la oportunidad que brinda este foro excepcional para compartir con ustedes algunas reflexiones antes de que finalicen sus debates.

Gracias a su disciplina, hemos podido evitar la mayoría de los obstáculos que hubieran podido comprometer la atmósfera y, por consiguiente, el éxito de la Conferencia.

La voluntad de dilucidar, de entrada, intereses comunes y de obrar con espíritu de consenso dan una fuerza y un eco muy especiales a la declaración final. De este modo, incluso han demostrado ustedes lo urgente que consideran resolver el problema de la protección de las víctimas de la guerra.

«La expresión derecho internacional humanitario aplicabie en los conflictos armadas designa las normas intemacionales, de origen convencional o consuetudinario, que están específicamente destinados a regular los problemas humanitarios directamente derivados de los conflictos armados, intemacionales o no, y que restringen, por razones humanitarias, el derecho de las partes en el conflicto a utilizar los mítodos y medios de su elección o que protegen a las personas y bienes afectados, o que pueden resultar afectados, por el conflicto. Se abrevia mediante la expresión derecho internacional humanitario o derecho humanitario.»

Commentaire des Protocoles additionnels du 8 juin 1977, p. XXVII, CICR, Ginebra, 1986.

El viernes 27 de agosto de 1993, a las 10,30 hora local (12,30 hora suiza), un convoy del Comité Intemacional de la Cruz Roja cayó en una emboscada cerca de la ciudad de Gorahun, Sierra Leona. Durante el ataque, resultaron muertas dos enfermeras del CICR, Susanne Buser (de nacionalidad suiza) y Sarah Leomy (de nacionalidad sierraleonesa). Otra enfermera del CICR, Bernadette Peterhans, resultó herida.

Michel Kuhn, delegado del Comité Intemacional de la Cruz Roja de 44 años de edad, ha resultado muerto el 28 de agosto de 1993 en un accidente de avión ocurrido en Jorog (sudeste de Tayikistán).

Michel Kuhn entró en 1982 en el CICR, a cuyo servicio realizó numerosas misiones humanitarias en Líbano, Siria, Irán, Namibia, Sudán, Afganistán y Alto Karabaj. Pocos días después iba a terminar su misión en Tayikistán y debía incorporate a su nuevo destino en Azerbaiyán.

Mirando hacia atrás, desde los años del comienzo del Servicio Internacional de Búsquedas, resulta evidente que esta institución no ha perdido en modo alguno importancia hasta hoy. Cincuenta años al servicio de la humanidad suponen averiguar la suerte corrida por miles de personas, reunir familias separadas y contribuir así —en la medida de lo possible— a reparar la injusticia cometida contra los perseguidos por el régimen nazi.

El 6 de junio de 1955, cuando la directión y la administratión del Servicio Internacional de Búsquedas (SIB) fueron encargadas al Comité Intemacional de la Cruz Roja, éste experimentó una gran satisfactión. En su discurso, durante el acto de la firma, el canciller alemán, señor Conrad Adenauer, se felicitó por el empeño del CICR «en reanudar esta tarea de conformidad con lo estipulado en los Convenios de Ginebra». Por su parte, el presidente del CICR, señor Paul Ruegger, agradeció al canciller alemán y a los representantes de los Estados miembros de la Comisión Intemacional para el SIB la confianza que depositaban en la Institución.

El 1 de septiembre de 1993, la ex República Yugoslava de Macedonia depositó ante el Gobierno suizo una declaración de sucesión a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales I y II del 8 de junio de 1977, que eran aplicables al territorio de la ex República Yugoslava de Macedonia en virtud de la ratificación de dichos instrumentos por la República Federativa Socialista de Yugoslavia el 21 de abril de 1950 y el 11 de junio de 1979, respectivamente.

La República de Colombia se adhirió, el 1 de septiembre de 1993, al Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales, aprobado en Ginebra el 8 de junio de 1977.

La República de Georgia se adhirió, el 14 de septiembre de 1993, a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales.

La República de Georgia es el 183º Estado Parte en los Convenios de Ginebra, el 129º Estado Parte en el Protocolo I y el 1192º en el Protocolo II.

El Principado de Andorra se adhirió, el 17 de septiembre de 1993, a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949.

Estos instrumentos entrarán en vigor, para el Principado de Andorra, el 17 de marzo de 1994.

El Principado de Andorra es el 184º Estado Parte en los Convenios de Ginebra.