Cuando se estudia el origen y el desarrollo de la Cruz Roja, no puede uno menos de extrañarse por el contraste que hay entre las modestas condiciones de su fundación en 1863, por cinco hombres de buena voluntad, miembros de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública, y la dimensión universal que después ha adquirido. La Cruz Roja está hoy representada en 130 países del mundo y prácticamente no pasa un solo día sin que alguien se beneficie de sus servicios, sea en las dramáticas circunstancias de los conflictos o de las catástrofes naturales, sea en el ámbito más familiar de la asistencia social o de la colecta de sangre.

Esta comprobación, por positiva que sea, comporta sin embargo un sombrío reverse De hecho, si la Cruz Roja ha alcanzado tal desarrollo, es porque las acciones de violencia y de represión, lejos de disminuir, como se esperaba todavía en la segunda mitad del siglo XIX, no han hecho sino aumentar en número y en fuerza.

En una literatura rica y abundante sobre el derecho international humanitario, se pueden discernir dos tendencias en cuanto al significado del término «derecho humanitario»: una lo considera en sentido amplio y la otra en sentido estricto. El derecho humanitario, en sentido amplio —según la definición del señor Jean S. Pictet— «incluye el conjunto de disposiciones jurídicas internacionales, escritas o consuetudinarias, que garantizan el respeto a la persona humana y su plenitud». Este derecho humanitario consta de dos ramas: el derecho de la guerra y los derechos humanos. El derecho de la guerra —siguiendo el sistema del profesor Pictet— se subdivide en dos secciones, la de La Haya o derecho de la guerra propiamente dicho y la de Ginebra o derecho humanitario en sentido estricto. A menudo, es dificil hacer una clara distinción entre estas diferentes subdivisiones del derecho y, sobre todo, entre el derecho de La Haya y el derecho de Ginebra, debido a la recíproca influencia que han ejercido sobre el respectivo desarrollo, de tal forma que algunos expertos célebres consideran esa distinción tradicional como caduca y superflua.

El primer Convenio de Ginebra data de 1864 y versa sobre la protección a los militares heridos y enfermos en el campo de batalla.

El año 1899, por los Convenios de La Haya, se extendió la protección a los militares heridos, enfermos y náufragos en la guerra marítima.

En 1929, por la revisión y ampliación de los Convenios pasaron a estar bajo la protección del derecho de Ginebra los prisioneros de guerra de los conflictos armados internacionales.

En 1949, se aprobaron los cuatro Convenios de Ginebra, actualmente en vigor, dedicado cada uno de ellos a la protección de una categoría de víctimas en tiempo de conflicto armado international:

El CICR recibió con profundo pesar la noticia del repentino fallecimiento, el 20 de septiembre de 1984, de uno de sus miembros, la señorita Andrée Weitzel.

La señorita Andrée Weitzel había dedicado casi toda su vida al problema de la mujer en las fuerzas armadas.

En 1940, poco después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ingresó en uno de los departamentos del ejército suizo abierto al personal femenino, donde prestó unos 1400 días de servicio militar activo.

En 1953, fue designada para ocupar la jefatura del Servicio Auxiliar Femenino del ejército suizo, que dirigió hasta 1976 con gran competencia y dignidad. Tenía una elevada idea de la defensa nacional y del papel que la mujer podía desempeñar en ella. Esta concepción de la defensa nacional global fue la que se esforzó por hacer compartir en torno suyo, pero no siempre fue bien comprendida. Supo aceptar las críticas con la serenidad y también con el sentido del humor que jamás la abandonaron.

Tenemos el honor de comunicarles que el Comité Internacional de la Cruz Roja reconoció oficialmente, el 30 de agosto de 1984, a la Sociedad de la Cruz Roja de Samoa Occidental.

Fundada en 1952 como sección de ultramar de la Cruz Roja Neozelandesa, independiente desde el 1 de enero de 1983, la Sociedad remitió oficialmente, el 21 de junio de 1984, su solicitud de reconocimiento por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Para apoyar esta solicitud, adjuntó diversos documentos, de los cuales un ejemplar de su último informe de actividades y el texto de sus Estatutos, así como una copia del «Memorandum of Understanding», del 3 de noviembre de 1983, mediante el cual el Gobierno de Samoa Occidental la reconoce como sociedad de socorros voluntaria, auxiliar de los poderes públicos.

Tenemos el honor de comunicarles que el Comité International de la Cruz Roja reconoció oficialmente, el 30 de agosto de 1984, a la Sociedad de la Cruz Roja de Barbados.

Fundada el 17 de febrero de 1960 como sección de la Cruz Roja Británica, independiente desde el 31 de julio de 1969, la Sociedad solicitó, el 16 de junio de 1984, su reconocimiento por el Comité Internacional. Para apoyar su solicitud, remitió diversos documentos, de los cuales varios informes acerca de sus actividades, el texto de sus Estatutos, así como un ejemplar de la «Barbados Red Cross Society Act, 1969», en que se certifica que el Gobierno de Barbados la reconoce como sociedad de socorros voluntaria, auxiliar de los poderes públicos.

Tenemos el honor de comunicarles que el Comité Internacional de la Cruz Roja reconoció oficialmente, el 30 de agosto de 1984, a la Sociedad de la Media Luna Roja de la República Democrática Popular del Yemen.

La nueva Sociedad solicitó oficialmente, el 28 de mayo de 1984, su reconocimiento por el Comité Internacional de la Cruz Roja. En apoyo de su solicitud, remitió diversos documentos, de los cuales un ejemplar de su último informe de actividades, el texto de sus Estatutos y una copia autentificada del decreto ministerial del 21 de febrero de 1984, en que se certifica que el Gobierno reconoce a la Sociedad de la Media Luna Roja como sociedad de socorros voluntaria, auxiliar de los poderes públicos y única Sociedad de la Media Luna Roja en la República Democrática Popular del Yemen.

El Gobierno Suizo recibió del Estado Independiente de Samoa Occidental un instrumento de sucesión, sin reserva, a los cuatro Convenios de Ginebra de 1949 y de adhesión a los dos Protocolos adicionales de 1977. Dicho instrumento, fechado el 1 de agosto de 1984, fue registrado el 23 de agosto de 1984.

Los cuatro Convenios surten efectos, para Samoa Occidental, desde la fecha de su independencia, es decir el 1 de enero de 1962. Los dos Protocolos adicionales entrarán en vigor, para este Estado, el 23 de febrero de 1985, o sea seis meses después de la fecha en que se depositó el instrumento de adhesión.

El Estado Independiente de Samoa Occidental es el 159.° Estado Parte en los Convenios de Ginebra, el 45.° Estado Parte en el Protocolo I y el 39.° en el Protocolo II.

La República Popular de Angola depositó, el 20 de septiembre de 1984, ante el Gobierno suizo, un instrumento de adhesión a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y al Protocolo adicional I del 8 de junio de 1977.

Los Convenios de Ginebra y el Protocolo I entrarán en vigor, para la República Popular de Angola, el 20 de marzo de 1985.

La República Popular de Angola es el 160.° Estado que se ha adherido a los Convenios de Ginebra y el 46.° al Protocolo I. El número de Estados Partes en el Protocolo II sigue siendo de 39.

El instrumento de adhesión contiene una reserva relativa al III Convenio y una declaratión referente al Protocolo I.

Tras una misión que el presidente del CICR efectuó, el mes de julio de 1980, en la Jamahiriya Árabe Libia, las autoridades gubernamentales de este país hicieron al CICR un importante donativo en metálico y le propusieron, al mismo tiempo, la creatión de un fondo especial, cuyos ingresos anuales serverían para financiar las actividades generales de protectión y de asistencia del CICR.

Según esta propuesta, el fondo llevaría el nombre de «Fondo Omar el Muktar», en memoria de un héroe nacional libio (1862–1931); se constituiría con un capital initial de trescientos mil dólares, que los donantes se reservaban la posibilidad de aumentar en los años posteriores; sería administrado directa y únicamente por el CICR, que decidiría, asimismo, la utilizatión de los ingresos.

Tras el acuerdo con las autoridades de Luanda, el CICR organizó, en julio y agosto, la infraestructura logística necesaria para una operatión de socorro en favor de unas 200 000 personas desplazadas, víctimas de la situatión de conflicto en Angola.

En una primera fase, hubo que constituir reservas de socorros y asegurar los medios de transporte para enviarlos hasta los centros de distributión, establecidos en una docena de localidades en las provincias de Huambo, Bie y Benguela. Paralelamente, los delegados del CICR continuaron efectuando misiones de evaluatión médica y alimentaria para determinar las necesidades e identificar a los beneficiarios de la actión de asistencia. Entre tanto, el dispositivo existente fue reforzado con la llegada de 26 nuevos delegados, de los cuales unos 10 son médicos o personal médico, puestos a dispositión por las Sociedades de la Cruz Roja de Bélgica, Canadá, República Federal de Alemania, Reino Unido y Suiza.

Del 14 al 18 de mayo de 1984, en Saint Denis de la Reunión, se reunieron por primera vez los dirigentes de las Sociedades de la Cruz Roja de Madagascar, de Mauricio, de la Cruz Roja Francesa de la Reunión, del comité de la Cruz Roja de las islas Seychelles, y del comité de la Media Luna Roja de las islas Comoras. La Cruz Roja Francesa estaba representada por el señor M. Bocquet, vicepresidente nacional, y por la señorita E. Bourel, directora nacional de los departamentos; la Liga envió de Ginebra al señor J. Cassaigneau, jefe del Departamento « África occidental y central », acompañado por los señores M. Ekué, encargado de programa, y R. Carrillo, encargado del programa de preparatión para casos de desastre; el CICR envió a la señora J. Egger, jefa del Servicio de Cooperatión; también participó en la reunión el señor L. Isler, delegado zonal del CICR en Nairobi.