Rara vez los debates originados por lo que algunos califican de derecho o de deber de injerencia, vinculándolo posteriormente al concepto de derecho de asistencia, han dado a las cuestiones humanitarias tal publicidad. A diferentes niveles de comprensión, el público en general, los medios de comunicación y los juristas especializados se han apasionado por esta cuestión; incluso han llegado a encararse.

En el fondo no es una mala cosa, porque estas pasiones no dejan indiferentes a los Gobiernos y así se puede avanzar en el ámbito humanitario. De hecho, es indiscutible que se han planteado, y aún se plantean, importantes cuestiones.

Mientras que los Estados reivindican una soberanía exacerbada, poco favorable al mejoramiento de la cooperación internacional, y se deteriora la aplicación del derecho humanitario en los conflictos armados, hay por todas partes hombres de buena voluntad que se comprometen. Este final de siglo es el escenario de una verdadera explosiín de iniciativas privadas, que se organizan y oponen las razones del corazón contra las razones de Estado. Múltiples organizaciones no gubernamentales, algunas de las cuales se proclaman simbólicamente «sin fronteras», reemplazan a Estados impotentes en la organización de socorros, la lucha contra la sequía, la conservación del medio ambiente o el mejoramiento de las condiciones sanitarias. Poniéndose voluntariamente al servicio del hombre, estas organizaciones persiguen indudablemente un objetivo humanitario, como se define en el primer principio de la Cruz Roja, que «se esfuerza en prevenir y aliviar el sufrimiento de los hombres en todas las circunstancias » y que «tiende a proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la persona humana». A la vez que afirman una voluntad de independencia con respecto a los poderes establecidos y reivindican una libertad de acción en beneficio de todas las víctimas, las organizaciones mídicas de urgencia, siguiendo el ejemplo de Henry Dunant y el del CICR, no dudan en inscribir su acción en un nuevo derecho que debe elaborarse para prestar ayuda, incluso cuando un Estado la rechaza, a la población civil desasistida.

Los juristas, conscientes de la multiplicidad de normas aplicables en la guerra, dan una definición relativamente elaborada del derecho international humanitario. Seguún ellos, «se entiende por derecho international humanitario las normas internacionales, de origen conventional o consuetudinario, destinadas específicamente a regular los problemas humanitarios que se derivan directamente de los conflictos armados, internacionales o no, y que limitan, por motivos humanitarios, el derecho de las partes en conflicto a utilizar los métodos y los medios de guerra de su elección o que protegen a las personas y a los bienes afectados, o que pueden ser afectados, por el conflicto».

Cuando Suiza se pregunta acerca de su destino en Europa y, especialmente, sobre el futuro de su estatuto de neutralidad permanente, algunos comentaristas se preguntan por la capacidad del CICR, cualquiera que sea la evolutión de Suiza, para proseguir, con total independencia, su acción humanitaria basada en los Principios Fundamentales de la Cruz Roja.

No cabe duda de que estas cuestiones merecen reflexión, peroantes conviene disipar cierta confusión entre la neutralidad suiza y la neutralidad del CICR, entre la independencia del CICR y la de la Confederaóion.

Estas cuestiones de actualidad que conciernen no sólo a los suizos, sino también a la comunidad international, fueron abordadas por el presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, en la Conferencia que dio, el 21 de enero de 1992, en el Museo International de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

El petrel es una pequeña ave marina de plumaje oscuro que, cuando hay borrasca, vuela entre las olas para protegerse. Dice la leyenda que son los heraldos del peligro.

Durante siglos, los marinos neutrales nan procurado esquivar la violencia que acompañaba a los buques de guerra. En nuestro mundo en continuo movimiento, la experiencia de esos marinos no sólo sirve de amonestación, sino que sienta, además, un precedente jurídico para todos los viajeros internacionales. Se han dado recientemente casos de pasajeros de avión, trabajadores migrantes y muchas otras personas que han corrido grandes riesgos por conflictos a los que eran ajenos. La vida de éstos depende entonces de los mismos principios establecidos para proteger a las personas neutrales en el mar. Los marinos neutrales han sido los petreles de las tormentas del derecho internacional.

Desde septiembre de 1990, Fródéric Maurice fue nuestro asistente en la Dirección de Actividades Operacionales. Por su brillante inteligencia, su considerable experiencia en los teatros de operaciones y su comunicativa cordialidad, a la que añadía un sentido crítico siempre estimulante, prestaba una determinante contribución a nuestro trabajo.

Pero, a pesar de todo, encontraba que el cargo de asesor se articulaba más particularmente en la reflexión de fondo, se relacionaba muy poco con la acción y estaba demasiado alejado de las decisiones que forjan las operaciones. Con regularidad, debía encargarse de misiones sobre el terreno. Así, fue al Kurdistán irakí y a la región de Basra, en abril de 1991, para evaluar alií las necesidades de la posguerra del Golfo y emprender operaciones de envergadura.

Los meses de abril y mayo de 1992, el señor Comelio Sommaruga, presidente del CICR, efectuó misiones en Suiza, Portugal y España.

El presídente del CICR viajó, el 2 de abril, a Berna, donde fue recibido por el presidente de la Confederación y jefe del Departamento de Relaciones Exteriores, señor René Felber, el jefe del Departamento Militar Federal, señor Kaspar Villiger, el jefe del Departamento Federal de Finanzas, señor Otto Stich y el secretario de Estado, señor Jakob Kellenberger. Acompañaban al señor Sommaruga los dos vicepresidentes de la Institución, señores Pierre Keller y Claudio Caratsch, así como el señor Yves Sandoz, director de Doctrina, Derecho y Relaciones con el Movimiento, y los señores Michel Convers, Andre Pasquier y Dominique Buff.

A fin de destacar la participación del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en la celebración del V Centenario del Encuentro entre Dos Mundos en la Exposición Universal de Sevilla, la señora Carmen Mestre Vergara, presidenta de la Cruz Roja Española y comisaria general del Pabellón del Movimiento en Expo' 92, tuvo a bien expresar su opinión, en un mensaje que a la Revista es grato presentar a sus lectores, sobre el profundo significado de Expo' 92 y del Pabellón de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja por lo que respecta a la difusión de los principios y actividades del Movimiento y a la respuesta que sus voluntarios pueden aportar a los desafóos del presente y del futuro.

De conformidad con la resolutión nº 10, aprobada por el Consejo de Delegados en su reunión del 27 de noviembre de 1987, celebrada en Río de Janeiro, se decidió que el Movimiento International de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja participaría en la Expositóon Universal que tendría lugar en Sevilla, decisión que ese mismo organo confirmó dos años más tarde. Se pensaba que esa manifestatión international, que contaria con la participatión de más de 100 países, unas 20 organizaciones internacionales y un elevado número de empresas multinacionales, atraería a unos 18 millones de visitantes. Sena una ocasión excepcional para difundir, durante seis meses, el mensaje y la actión humanitaria del Movimiento, ofreciendo, además, un marco en el que cobraría esplendor la conmemoración del Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el 8 de mayo de 1992.

Hoy, 8 de mayo, aniversario del nacimiento de su fundador Henry Dunant, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja hace un solemne llamamiento, con motivo de la celebratión de su Día Mundial:

«¡En nombre de la Humanidad, undmonos frente a los desastres!»

Desastres y cátastrofes destrozan y trastornan la vida de millones de personas. Hambruna, inundaciones, sequía, huracanes, plagas de toda clase provocan sufrimientos inimaginables en todo el mundo. Las guerras empujan a poblaciones enteras hacia el exilio, la indigencia, la enfermedad y la muerte.

• Comisión sobre la Cruz Roja, la Media Luna Roja y la Paz

La Comisión sesionó, el 5 de mayo, en Córdoba (España), en el marco de las reuniones estatutarias de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Dirigida por el señor Claudio Caratsch, vicepresidente, integraban la delegatión del CICR la señora Renée Guisan, miembro del CICR, y el señor Olivier Durr, jefe de la División de Relaciones con el Movimiento.

La Comisión, presidida por el señor Maurice Aubert, se reunió según sunueva compositión y según su nuevo cometidó, como lo aprobó el Consejo de Delegados en su reunión de Budapest (noviembre de 1991).

El Comité International de la Cruz Roja y la Organización para la Unidad Africana (OUA) firmaron el 4 de mayo de 1992, un acuerdo de cooperation en la sede del CICR en Ginebra.

Por este acuerdo se autoriza al CICR a participar como observador en las reuniones de la OUA y se formaliza el largo período de la cooperatión entre ambas instituciones. Firmaron el documento oficial el presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, y el secretario general de la OUA, señor Salim Ahmed Salim, en presencia de altos funcionarios de ambas organizaciones.

En su discurso de bienvenida, el señor Sommaruga dijo que este acuerdo confirma y refuerza la cooperación entre el CICR y la OUA, precisamente en unos momentos, en que la OUA está cada vez más implicada en los esfuerzos en favor de la paz en África. Tras asegurar que este documento permitirá asimismo al CICR intensificar s.us tareas para garantizar que los africanos reciban un trato digno aun en situaciones de conflictos declaró que «la OUA trabaja en pro de la paz y que el CICR está convencido de que su labor humanitaria es tambián una contributión a la paz».

El primer seminario militar de derecho internacional humanitario para los países de Asia del este tuvo lugar en Singapur del 23 al 27 de marzo de 1992. Participaron en este seminario, organizado por el CICR en estrecha colaboración con la Cruz Roja de Singapur, 25 generales y oficiales superiores representantes de 11 países de la zona.

La finalidad del seminario era fomentar la enseñanza sistemática y coordinada del derecho internacional humanitario (DIH) en las fuerzas armadas de los países representados, favorecer el intercambio de opiniones y experiencias entre oficiales de una misma zona y promover así una estrecha colaboración entre los Estados concernidos por lo que atañe a la instructión relativa al DIH, así como entre los servicios encargados de esta enseñanza. Otro objetivo de la reunión era estimular la participatión de todos los países de la zona en los cursos centralizados, especialmente en los del Instituto Internacional de Derecho Humanitario, en San Remo, y crear, en colaboración con el CICR, servicios de instructores de DIH.

El 26 de marzo de 1992, la República de Eslovenia depositó ante el Gobierno suizo, una declaración de sucesión a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales I y II del 8 de junio de 1977, que eran aplicables al territorio de Eslovenia en virtud de la ratificación de dichos instrumentos por la República Federativa Socialista de Yugoslavia el 21 de abril de 1950 y el 11 de junio de 1979, respectivamente, sin formular reserva alguna.

Según la práctica internacional, los cuatro Convenios y los dos Protocolos entraron en vigor para Eslovenia con efecto retroactivo la fecha de su independencia, es decir, el 25 de junio de 1991.

La República de Eslovenia es el 169º Estado Parte en los Convenios de Ginebra, el 109º en el Protocolo I y el 199º en el Protocolo II.

La República Federativa de Brasil se adhirió, el 5 de mayo de 1992, a los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protectión de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no Internationales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la Republica Federativa de Brasil, el 5 de noviembre de 1992.

La República Democrática de Madagascar ratificó, el 8 de mayo de 1992, los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, relativos a la protectiín de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República Democrática de Madagascar, el 8 de noviembre de 1992.

El 11 de mayo de 1992, la República de Croacia depositó ante el Gobierno suizo una declaración de sucesión a los cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 y a sus Protocolos adicionales I y II del 8 de junio de 1977, que eran aplicables al territorio de Croacia en virtud de la ratificación de dichos instrumentos por la República Federativa Socialista de Yugoslavia el 21 de abril de 1950 y el 11 de junio de 1979, respectivamente, sin formular reserva alguna.

Según la práctica internacional, los cuatro Convenios y los dos Protocolos entraron en vigor para Croacia con efecto retroactivo la fecha de su independencia, es decir, el 8 de octubre de 1991.

Con gran tristeza, el CICR se enteró recientemente del fallecimiento, a los 83 años, del profesor Gejza Mencer, miembro del Comité Federal de la Cruz Roja Checoslovaca, experto de fama mundial en el ámbito del derecho internacional humanitario.

Profesor de derecho internacional público, investigador en la Academia de Ciencias checoslovaca, presidente de la Subcomisión de la Cruz Roja Checoslovaca sobre el Derecho Internacional Humanitario, el profesor Mencer se dedicó durante muchos años, en los pianos tanto nacional como internacional, al desarrollo y a la difusión del derecho internacional humanitario y de los principios e ideales de la Cruz Roja. Vicepresidente, de 1979 a 1981, del Grupo Mixto CICR-Liga de Sociedades de la Cruz Roja para la Difusión del Derecho Internacional Humanitario y de los Principios e Ideales de la Cruz Roja, fue delegado de la Cruz Roja Checoslovaca en la Conferencia Diplomática sobre la reafirmación y el desarrollo del derecho internacional humanitario aplicable en los conflictos armados (1974–1977) y miembro, de 1973 a 1986, de la delegación de esa Sociedad Nacional en numerosas reuniones internacionales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Con profunda tristeza nos enteramos del fallecimiento del profesor Hamed Sultan, en El Cairo, a comienzos de marzo de 1992.

Personalidad muy conocida en los medios internacionales de la Cruz Roja, el profesor Sultan fue jefe de la delegación egipcia en la Conferencia de Expertos Gubernamentales (1971–72) y en la Conferencia Diplomática sobre la Reafirmación y el Desarrollo del Derecho Internacional Humanitario aplicable en los conflictos armados (1974–77); en ésta fue nombrado presidente de la III Comisión. Como tal, desempeñó un papel determinante en la conclusión de los correspondientes trabajos, lo que hizo de él una de las figuras más destacadas de la Conferencia. Al respecto, el embajador George Aldrich, jefe de la delegación de los Estados Unidos en la Conferencia y relator de la III Comisión (que, actualmente, ocupa la cátedra de derecho humanitario en la Universidad de Leiden) dijo: «Como presidente de la III Comisión, el profesor Sultan fue un baluarte de fuerza y sabiduría, velando por que los resultados de largas y delicadas negociaciones fueran consolidadas en el texto en el momento oportuno».