Caracterizar las estrategias de movilidad de las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras en ambientes insulares y litorales es fundamental para comprender la interacción humano-ambiental en el pasado. Las prospecciones en el noreste de la isla Diego Portales, en el mar interior de Última Esperanza (Magallanes, Chile), han permitido documentar ocho yacimientos arqueológicos formados por uno o varios conchales. Todos ellos se hallan ubicados en áreas de la costa al resguardo del viento dominante y con fácil acceso mediante embarcación. Los trabajos arqueológicos en dos de estos yacimientos (Bahía Easter 1 y 2) indican una estrategia de subsistencia similar durante el Holoceno tardío final, basada en el aprovechamiento de la biodiversidad de este ambiente de ecotono, con más de una docena de recursos marinos y terrestres consumidos. Entre éstas destaca en abundancia el huemul (Hippocamelus bisulcus), probablemente cazado en el litoral continental. Teniendo en cuenta las dinámicas de poblamiento y movilidad propuestas desde la etnografía o la arqueología para otras áreas del archipiélago fuego-patagónico, los resultados permiten discutir la reocupación sucesiva de puntos estratégicos de la isla, particularmente en primavera-verano, cuando la encrucijada de caminos y recursos que representa el mar interior de Última Esperanza presentaba alicientes significativos para las comunidades canoeras.