El mundo contemporáneo vive una ingente paradoja. Comprobamos que hay una mayor interdependencia de las sociedades humanas y de los problemas que se plantean; pero, al mismo tiempo, esas sociedades se caracterizan por la más grande diversidad, sea como el reflejo de las crecientes diferencias en el desarrollo de los países sea como resultado de las aspiraciones de los individuos y de las comunidades a afirmar su identidad. El objetivo, cuando finaliza el siglo XX, es formar una verdadera solidaridad humana que disminuya las disparidades y desigualdades, respetando las diferencias y las identidades.

La comunicación, expresión de toda sociedad, concebida como relación de individuo a individuo, o como medio de informar y de educar, ha de desempeñar un primordial cometido para difundir el saber, permitir que las comunidades se comprendan mejor y, por ende, disminuir las tensiones, así como para facilitar la libre expresion de persona a persona, de grupo a grupo, para salvaguardar la integridad cultural de unos y de otros.

Estas ideas, transferidas al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, demuestran que desde hace mucho tiempo hay una verdadera «solidaridad de imagen» entre sus diversos componentes y que, más allá de las diferencias ideológicas y culturales inherentes a un movimiento universal, se requiere una identidad, una especificidad del Movimiento basadas en sus Principios Fundamentales y en su misión humanitaria.

Pero no es suficiente comprobar la solidaridad humana ni enorgullecerse pasivamente de la especificidad del Movimiento.

La comunicación, convertida en técnica de la captación de los mensajes, es un concepto vago o cambiante que no puede clasificarse en ninguna disciplina única o uniforme. Rebasa los dominios en los que se la quiere confinar, de los campos de aplicación de las ciencias humanas a los ámbitos operacionales de la telemática. Después que etnólogos y sociólogos, lingüístas y especialistas en sistemas, cibernéticos y psiquiatras le asignaran los más diversos significados, la comunicación en sentido lato y como realidad cotidiana entró en su era operativa en la década de los ochenta con las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTIC).

Ya sea que se privilegie su sentido de «relación interpersonal» o el sentido derivado de información por los medios de comunicación, la comunicación es un fenómeno en el que hay tres elementos: el emisor, el receptor, el mensaje. Cualquiera que sea la importancia relativa de cada uno de esos elementos con respecto a los otros, se admite que la comunicación es, ante todo, distribución de datos, de informaciones, de conocimientos entre uno o varios emisores y uno o varios receptores. En las relaciones interpersonales, la puesta en común del mensaje en determinado momento crea la comunicación en el sentido etimológico de «comunicare» (poner en comunión), en el que está implícita la noción de coparticipación.

En 1987, el Consejo de Delegados, reconociendo la «solidaridad de imagen» existente entre los varios componentes del Movimiento en todo el mundo, invitó al CICR y a la Liga a explorar, con las Sociedades Nacionales, «nuevas vías para promocionar ante el público, de manera más sistemática y siempre que las circunstancias lo permitan, la imagen global del Movimiento, máas bien que la de sus componentes individuates».

En consecuencia, el CICR y la Liga instituyeron un grupo de trabajo de especialistas en comunicación para preparar propuestas al respecto. Se encargó un amplio trabajo de investigación, que realizaron, en particular, expertos externos reclutados por la Cruz Roja Norteamericana; se recibieron recomendaciones de 62 Sociedades Nacionales; en junio de 1989, el personal de información aprobó propuestas del mundo de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, en el Segundo Seminario de Comunicación, que tuvo lugar en Varna (Bulgaria); y, por último, en octubre de 1989, el Consejo de Delegados aprobó por unanimidad el «enfoque general de la comunicación», como consta en el informe del CICR y de la Liga sobre la «Política de Información del Movimiento».

Política de Información del Movimiento

La Política de Información es, esencialmente, un programa práctico para reforzar la capacidad del Movimiento de comunicar, a nivel internacional, un mensaje claro y consecuente. Se basa en un Programa de Identidad que:

La informatión y la difusión son parte integral de la actual estructura del Departamento de Relaciones Púublicas y Publicaciones de la Cruz Roja de Filipinas (CRF). Aunque relacionadas entre síi, ambas actividades cumplen funciones y objetivos distintos, que las diferencian. Un sistema semejante parece ideal para cualquier Sociedad National que, como la CRF, sea pequeñna y con escasos recursos humanos y económicos. Debido a las limitaciones presupuestarias, el jefe del Departamento de Relaciones Públicas y Publicaciones tiene que ocuparse de todo, excepto del ámbito de la difusión, que está a cargo de otra persona clave.

Programas y Servicios de información

En general, los programas y los servicios de información están centralizados en la sede national. Por ejemplo, cualquier plan de información o propuesta de alcance nacional tiene que ser primeramente aprobada por el Comité de Relaciones Públicas, cuyos miembros integran la Junta Directiva de la CRF, antes de ponerse en práctica a nivel de las 83 secciones. En las secciones, las tareas relativas a la información y la difusión están a cargo, generalmente, de los respectivos administradores, todos ellos con formatión específica al respecto. Muy a menudo, cuentan con la ayuda de calificados representantes de los diferentes servicios de la sección y de colegiales que son también miembros de la Cruz Roja de la Juventud.

¿Cuál es el valor real de la información de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en el mundo de hoy?

La información en el Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja es, desde hace tiempo, un tema controvertido; de hecho, algunos consideran que no está lo suficientemente desarrollada y que habría que prestarle mayor interés.

La imagen de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, nacida hace 125 años, ha de adaptarse constantemente, quiérase o no, a los cambios que se han producido desde hace más de un siglo. La tarea no es fácil para los que están encargados de modelar esta imagen de múltiples facetas, así como de mostrar cómo refrenar los efectos de la miseria del hombre, fuente de violencia continua.

Se dice que es difícil percibir el mensaje de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Aquí se plantea un problema, tanto para nosotros como para aquellos a quienes nos dirigimos, puesto que, precisamente cuando nuestro Movimiento necesita de la ayuda y del apoyo de los que se preocupan por la suerte de las víctimas o de los que intentan salvaguardar los valores humanos pisoteados, nos damos cuenta de que, desafortunadamente, nuestros esfuerzos no son recompensados como desearíamos.

La cuestión de la «Comunicación para promover los servicios comunitarios», que parece sencilla, es vital, porque indica lo que una institutión relacionada con el ámbito de la salud debe hacer para tener éxito en sus actividades.

Examinando más detenidamente el asunto, nos damos cuenta de que una de las tareas fundamentales de la comunicación –que implica, a su vez, un sinnúmero de subtareas orientadas al mismo objetivo– es la promotión de los servicios comunitarios mediante la publicidad.

En el caso concreto de Malaui, la principal función de las actividades de informatión de la Cruz Roja (CRM) es mantener al públicoen pueblos, ciudades y áreas rurales– bien informado acerca de los objetivos de las actividades de la Sociedad National. Esas actividades incluyen la atención primaria de salud, el reclutamiento de donantes de sangre y la asistencia en caso de desastre. Otro aspecto importante de la promotión es que el público debe tener una imagen o impresión adecuada y favorable de la Sociedad; por lo tanto, es importantísimo inculcar al público la idea de que la Sociedad Nacional es algo propio, algo que pertenece a la comunidad malauiana.

Si se pregunta a los holandeses en la calle el nombre de una organizatión sin fines de lucro, 93 de cada 100 personas responderán espontáneamente: la Cruz Roja Neerlandesa. Y si se pregunta a esas 93 personas cuál es su opinión sobre las actividades de la Cruz Roja, 92 de ellas responderán: «¡Muy buena!»

Me imagino que pensará usted que eso es «sensacional», es decir, que para la Cruz Roja Neerlandesa no supone casi esfuerzo alguno reunir fondos. «E1 dinero les llueve, por así decirlo».

Lamento decepcionarlo, pero no es así. Año tras año, la Cruz Roja Neerlandesa gasta unos 3,5 millones de florines para recaudar unos 90 millones de florines; es decir, 6% de su presupuesto anual.

Si Henry Dunant no hubiera comprendido con toda claridad el valor de la buena comunicación nunca hubiera escrito Recuerdo de Solferino, un libro que movió la conciencia de las naciones a la acción. En Estados Unidos, Clara Barton, fundadora de la Cruz Roja Norteamericana, también era una comunicadora. A diferencia de muchos de sus coetáneos, mantenía buenas relaciones con la prensa, pues reconocía la importancia de la oportunidad, del interés humano del mensaje y de su repetición. Lo que transmitía al público era una imagen de firmeza y dedicación a la salvaguardia de los ideales humanitarios.

La Cruz Roja Salvadoreña, fundada el 13 de marzo de 1885, ha cumplido 105 años de existencia y tiene, por lo tanto, una larga historia de presencia en las situaciones de emergencia ocurridas en El Salvador. Desde las urgencias cotidianas en que presta primeros auxilios, transporta lesionados y enfermos en ambulancia o proporciona servicios de procesamiento y distribución de sangre, hasta los grandes desastres naturales, especialmente terremotos, y el conflicto interno, que lleva más de 10 años de mucha intensidad.

Eran las 9,00 h del viernes, 5 de mayo de 1989, dos dias antes de que, en Bulgaria y en todo el mundo, se celebrara el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. El jefe del Departamento de Relaciones Internacionales de la Cruz Roja Búlgara, señor Alexander Marinov, y el periodista que suscribe este artículo estábamos en el estudio de Radio Sofía durante la emisión de «Buenos Días», uno de los programas de radio de mayor audiencia. Participábamos en una transmisión en directo de dos horas de duración, en la que teníamos que describir las actividades de esta extraordinaria organización humanitaria que es la Cruz Roja. Los oyentes nos sometieron a un verdadero interrogatorio: las telefonistas apenas tenían tiempo para escribir todas las preguntas.

La fortaleza de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja reside en sus estructuras, en su cometido humanitario como consta en los Convenios de Ginebra y en los valores que encierra el derecho international humanitario. En los Principios Fundamentales del Movimiento se determinan con mayor precisíon sus objetivos y se trazan las directrices, ampliamente aceptadas, para sus actividades. Las Sociedades Nacionales con sus secciones y voluntaries locales constituyen la red fisica que completa la estructura y que actualmente cubre el mundo entero.

El presidente del CICR, señor Cornelio Sommaruga, efectuó, del 19 al 30 de marzo de 1990, una misión que lo condujo sucesivamente a Namibia, Kenia, Uganda y Zaire.

Tanto en los discursos oficiales como en las entrevistas que mantuvo con jefes de Estado y representantes gubernamentales, así como en las reuniones con dirigentes de Sociedades Nacionales, miembros de los cuerpos diplomáticos, círculos universitarios y la prensa, el presidente del CICR destacó la importancia de la «movilización humanitaria» en el seno de la comunidad internacional e insistió particularmente en los puntos siguientes:

Con sus nueve hospitales de cirugía de guerra, donde se atiende a millares de heridos en las diversas zonas del mundo, el CICR ha adquirido una experiencia única en ese ámbito, que conviene aprovechar y difundir.

Con tal finalidad, del 30 de marzo al 1 de abril de 1990, se llevó a cabo en la sede del CICR, bajo la égida de la División Médica, un seminario de cirugía de guerra.

Unos 40 cirujanos procedentes de 16 países participaron en esta reunión, cuyo discurso de apertura pronunció el señor Maurice Aubert, vicepresidente del CICR.

África

Angola

El mes de abril, el CICR pudo comenzar a reducir su ayuda alimentaria en favor de la población en el Planalto. Al iniciarse las cosechas, la población pudo contar de nuevo, en cierta medida, con la propia producción. No obstante, los ingenieros agrónomos del CICR consideran que esas cosechas sólo serán suficientes para cubrir las necesidades hasta octubre. Por otra parte, la segunda quincena de abril, el CICR comenzó a distribuir nuevamente semillas en el Planalto. De este programa se beneficiarán unas 55.000 familias, que recibirán 2,5 kilos de semillas cada una.

Hoy, 8 de mayo de 1990, es el Día mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Con tal motivo, unánimes y al unísono, el Comité international de la Cruz Roja, la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, las 149 Sociedades Nacionales y sus 250 millones de miembros hacen este llamamiento:

¡Protejan la vida y la dignidad humanas!

En muchas panes del mundo, la vida y la dignidad de millones de mujeres, hombres y niños, se ven diariamente amenazadas por conflictos armados y catástrofes naturales.

Los días 3 y 4 de mayo de 1990, tuvo lugar la XXV reunión del Consejo Ejecutivo de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, bajo la presidencia del señor Mario Villarroel Lander. En su discurso inaugural, el presidente de la Liga reiteró su deseo de trabajar en favor de la unidad de acción del Movimiento conservando la armonía entre los órganos estatutarios de la Liga y entre los componentes del Movimiento. También recalcó la necesidad de formar sistemáticamente a los dirigentes de la Sociedades Nacionales y de mantener una estrecha colaboración con el secretario general a fin de reforzar las posibilidades de acción de la Secretaría de la Liga y responder así mejor a las necesidades de las Sociedades Nacionales.

Este Coloquio, organizado conjuntamente por la delegatión zonal del CICR y la facultad de derecho de la Universidad de Kinshasa, se celebró en esa ciudad, del 14 al 17 de marzo de 1990.

El año 1988, el CICR ya organizó, conjuntamente con esa facultad de derecho, una reunión zonal similar sobre el derecho internacional humanitario, cuyo tema fue el derecho en los conflictos armados y la actión humanitaria. Así pues, es el segundo coloquio de este tipo, que esta vez versó sobre la aplicación del derecho internacional humanitario (DIH).

Participaron en él unas cien personas: además de muchos profesores y estudiantes de la Universidad de Kinshasa, tomaron parte representantes de las Sociedades Nacionales de Zaire, Congo y República Centroafricana, así como juristas, funcionarios gubernamentales, militares, magistrados, abogados zaireños y representantes de organizaciones no gubernamentales.

La República Árabe del Yemen ratificó, el 17 de abril de 1990, los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativos a la protectión de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I) y no internacionales (Protocolo II), aprobados en Ginebra el 8 de junio de 1977.

De conformidad con sus disposiciones, los Protocolos entrarán en vigor, para la República Árabe del Yemen, el 17 de octubre de 1990.