El Instituto Henry-Dunant acaba de publicar en lengua francesa, en su « Colección Científica », con el título « Guérilla et droit humanitaire », un libro de Michel Veuthey, colaborador del CICR, que desde 1967 participa en la labor de reafirmación y desarrollo del derecho humanitario 1. El señor J. Pictet, vicepresidente del CICR, profesor adjunto de la Universidad de Ginebra y director del Instituto Henry-Dunant, hace la presentación de este libro con el siguiente prefacio2:

En agosto de 1972, la Revista Internacional publicó un resumen de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el medio ambiente, llamando asíla atención de sus lectores sobre una cuestión de importancia capital para nuestra época; cuestión que se concretizó en la Declaración aprobada en Estocolmo en junio de 1972, y que refrenda, en siete párrafos, la solidaridad de los hombres para la salvaguardia del planeta. Contiene dicha Declaración un preámbulo y una serie de principios, respecto de los cuales la Conferencia expresó, entre otras entre otras cosas, su convicción de que

El hombre tiene un derecho fundamental a la libertad, a la igualdad y a condiciones de vida satisfactorias, en un medio ambiente cuya calidad le permita vivir en condiciones de dignidad y de bienestar. Tiene el solemne deber de proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones futuras.

En julio de 1973, entraron en vigor nuevas estructuras del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Asamblea eligió como presidente al señor Eric Martin, quien había de asumir este alto cargo hasta diciembre de 1975, pero que ha tenido a bien aceptar ocuparlo hasta finales de junio de 1976.

El Comité Internacional desea expresar al señor Eric Martin su profunda gratitud por los eminentes servicios que le ha prestado y por la entrega con que no ha cesado de par pruebas durante años difíciles.

En el ámbito de una ayuda de urgencia de posguerra, el CICR había sometido, a finales de febrero, al Gobierno de la República Popular de Angola (RPA), como complemento a las actividades humanitarias desplegadas desde hacía varios meses, un programa medicosocial de seis meses. Por carta del 13 de abril, el primer ministro angoleño, señor Lopo do Nascimento, comunicó al CICR el deseo del Gobierno de la RPA de que, en adelante, los programas de asistencia en favor de la población angoleña sean realizados por organismos nacionales, y más en particular, a través de la Sociedad nacional de la Cruz Roja, en vías de estructuración.

Para poder proseguir y ampliar su acción humanitaria en Líbano durante los 4 meses próximos, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha hecho un acuciante Uamamiento a los Gobiernos y a las Sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para recaudar fondos.

La Comisión Paritaria encargada de la distribución de las rentas del Fondo de la Emperatriz Shôken se ha reunido en Ginebra el 12 de marzo de 1976. La Cruz Roja Japonesa estaba representada por el Excmo. Sr. Embajador Kiyohiko Tsurumi.

Se celebró esa conferencia regional del 4 al 8 de abril pasado, en Damasco. La organizó la Media Luna Roja de la República Árabe Siria. Presidida por el profesor Ahmed Chawkat Chatti, presidente de esa Sociedad nacional, congregó a delegados de las Sociedades nacionales de los siguientes países: Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Egipto, Emiratos Árabes, Jordania, Kuweit, Líbano, Libia, Marruecos, Mauritania, Siria, Sudán, Túnez, República Árabe del Yemen, República Popular y Democrática del Yemen. Asistieron a la reunión representantes de la « Media Luna Roja Palestina » y de la Secretaría Permanente de las Sociedades nacionales árabes. Representaron a la Liga y al CICR, respectivamente, una delegación dirigida por el señor H. Beer, secretario general, y el señor M. Naville, miembro y expresidente, acompañado por varios colaboradores de la institución. El Instituto Henry-Dunant, en ausencia de su director, señor J. Pictet, ocupado en Ginebra, envió al señor P. Gaillard, consejero en el CICR.

Del 11 al 13 de mayo, se celebró en Bucarest la II Conferencia de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de los países balcánicos, en la que participaron las delegaciones de Bulgaria, Grecia, Rumania, Turquía, Yugoslavia y de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja. También asistieron, como observadores, representantes de la Alianza de las Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de la URSS, de la Cruz Roja Húngara, así como del Comité Internacional de la Cruz Roja. Presidida por el coronel general Mikai Burcà, presidente de la Cruz Roja de la República Socialista de Rumania, la II Conferencia balcánica permitió a los participantes un amplio intercambio de puntos de vista y de experiencias sobre cuestiones tan diversas como la contribución de la Cruz Roja a la promoción de la paz, el cometido de las Sociedades nacionales por lo que respecta a lo sanitario y social, a la colaboración regional en caso de calamidades o, incluso, a la información y a las relaciones públicas al servicio de la Cruz Roja.

Como indicamos en otra parte, el señor P. Gaillard, consejero del CICR, viajó a Marruecos para visitar a prisioneros militares argelinos. En el transcurso de la misma misión, se ocupó también de la cuestión importante que hoy es la difusión de los Convenios de Ginebra.

Pronunció cuatro conferencias, sobre el derecho de Ginebra, en academias militares: Escuela de Oficiales en Kenitra, Escuela de la Marina en Casablanca, Academia Militar Central en Meknés y Escuela de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Reales en Kenitra. Los numerosos oficiales a los que se dirigieron sus palabras mostraron vivo interés y los debates que siguieron fueron muy animados.

Con importantes actos se celebró recientemente, en Copenhague, el centenario de esa Sociedad nacional que, como se sabe, despliega una amplia y encaz actividad humanitaria, tanto en Dinamarca como en otros lugares en que surgen conflictos y hacen estragos catástrofes naturales. Así, tuvo lugar, el 1 de mayo, en el aula magna de la Universidad, una sesión solemne que honró con su presencia la reina Margarita y a la que asistieron numerosas personalidades, entre ellas la reina madre Ingrid y el príncipe Henrik, que asume la dirección de las relaciones internacionales de la Cruz Roja Danesa. El CICR estaba representado por su presidente, señor Eric Martin, al que acompañaba el señor M. Borsinger; delegado general, y la Liga estaba representada por su secretario general, señor H. Beer. Las Cruces Rojas Finlandesa Islandesa, Noruega y Sueca estaban representadas por sus respectivos presidentes y secretarios generales.

En la Revue militaire suisse (Lausana, 1975, núm. 10) un colaborador del CICR, el señor Frédéric de Mulinen, publica un interesante estudio sobre « El general Dufour y el derecho de la guerra ». Evoca en su estudio la personalidad de quien, nombrado general en jefe del ejército federal helvético con motivo del conflicto que dividió a su país en 1847, mostró una actitud tan generosa que aparece ante nosotros, todavía actualmente, como un ejemplo de humanidad. Por lo demás, el general Dufour iba a ser, unos años después, el primer presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja.