COMENTARIOS SOBRE ESCRITORES
En esta sección incluimos, en orden cronológico de publicación, los comentarios de
César Vallejo sobre la obra de otros autores que aparecieron como material paratextual
publicitario. En algunos casos, es posible que estos comentarios hayan sido
remitidos en una carta. Cabe notar que la integridad textual de los dos comentarios
publicados póstumamente, que incluimos aquí por razón de exhaustividad, es más
cuestionable que aquella de los publicados en vida de Vallejo.
[1. Sobre Abraham Valdelomar]
Con Abraham Valdelomar, el artista proteico, la literatura americana presenta su
primer esteta. Después de José Enrique Rodó, el divino maestro de optimismo, profeta
mayor y primer capitán de energía espiritual, surge el conde de Lemos, este
joven maestro de idealismo y de lucha; este cerebro golpeado por el negro martillo
metafísico. Porque el espíritu ateniense de Valdelomar vive y vibra con la grandeza
dolorosa de un conquistador victorioso y herido. Sus últimas obras, donde ya aparece
la médula del pensador, me han hecho llorar.
Él, como el apostólico y glorioso Manuel González Prada, ha roto también, o
mejor dicho, ha pulverizado el academismo anacrónico que asfixiaba nuestra mentalidad. Director de «Colónida», ha traído rebeldía, libertad, amplitud de
horizonte, más oxígeno sentimental. Por él, pues, se ponen de manifiesto los mediocres
en todo su liliputismo; y por él hallan espacio las alas grandes.
Valdelomar apunta una época nueva en la literatura peruana. –
césar a. vallejo. lima. – 1918. –
[2. Sobre Roberto Mac Lean y Estenós]
«Democracia” revela en su autor la valentía de su orientación política y su profunda
inquietud espiritual. Ese libro vale mucho y puede servir de pauta a quienes viven
sepultados entre ladrillos filosóficos, más o menos cambiantes, y, en todo caso, desmoronables.
– César Vallejo. – (De «La Semaine Parisienne». París).
[3. Sobre María Alicia Domínguez]
Estos poemas, jugosos de un fresco jugo de corazón de mujer, me han revelado un
real y efectivo temperamento creador. Creo en su lírica, cálida y palpitante…
No me parece usted colonizada por esa gripe erótica que actualmente azota a
más de una adolescente de América que ha leído a nuestras «clásicas” del verso
lujurioso y herbívoro.