Este artículo explora las manifestaciones arqueológicas del poder y de la diferenciación social en las sociedades muiscas que habitaron el norte del Altiplano Cundiboyacense, centro de Colombia, y que fueron descritas por los españoles del siglo dieciséis como grupos profundamente jerárquicos e inequitativos. Se analiza aquí la relación entre la diferenciación social y las condiciones de vida de las personas sepultadas en el Cercado Grande de los Santuarios, un importante centro político y ritual prehispánico, y se aborda a través de indicadores de diferenciación social. Estos últimos se expresan en el ajuar (presencia o ausencia de vasijas, composición), en la modificación craneal artificial, y mediante indicadores óseos y dentales de estrés fisiológico (hiperostosis porótica, cribra orbitalia, hipoplasia del esmalte dental, reacción perióstica) y de actividad física (cambios entesiales y enfermedad articular degenerativa). Los resultados permiten sugerir que la población no exhibía diferencias importantes en sus condiciones de vida. De acuerdo con los indicadores analizados, si existió diferenciación social, esta no estuvo acompañada de una distinción en las tareas propias de la vida cotidiana que conllevara una separación del grupo dominante.