La identificación y el tratamiento tempranos de la esquizofrenia pueden aliviar los síntomas, retrasar el comienzo y mejorar la evolución de la psicosis. Así, la detección de individuos en situación de riesgo durante la fase prodrómica es una tarea importante. Los enfoques universales para la detección selectiva de la población general o los sujetos sanos en situación de riesgo no han resultado posibles hasta la fecha. Sin embargo, se han desarrollado criterios clínicos para detectar individuos en situación de riesgo ultra-elevado para entornos especializados, llevándose a la práctica en estudios de intervención. Este artículo examina la justificación racional para la detección e intervención tempranas de la psicosis, junto con una revisión de algunos estudios actuales. Éstos llevan a cabo la prevención utilizando estrategias de intervención psicológica, farmacológica o de ambos tipos y han demostrado resultados prometedores en individuos con riesgo alto. La Red Alemana de Investigación sobre Esquizofrenia (GRNS) está realizando dos estudios multicéntricos de intervención temprana; uno con intervención psicológica temprana en sujetos que manifiestan síntomas prodrómicos tempranos, aplicando el segundo ensayo tratamiento clínico e intervención farmacológica temprana en sujetos que experimentan síntomas prodrómicos tardíos (sujetos de riesgo alto). A pesar de los resultados prometedores, el tamaño de muestra de muchos de los estudios actuales es pequeño, con un periodo breve de duración del estudio. Los beneficios completos de la detección e intervención tempranas se deberían revelar después que se hayan realizado estudios más grandes y largos.

En nuestra opinión, la mejor guía para prescribir antipsicóticos es la experiencia del profesional clínico con sus pacientes y en particular, el paciente al que se está tratando. Si el tratamiento funciona, aférrate a el. Pensamos que es importante también que el profesional clínico considere los datos de los estudios doble ciego de asignación aleatoria bien controlados porque, en la “medicina basada en los datos”, los sesgos tanto conocidos como desconocidos se controlan por el diseño ciego y la distribución al azar. El próposito de este artículo es resumir y analizar los datos sobre eficacia. La elección de antipsicótico, en nuestra opinión, es probablemente la decisión más importante que el profesional clínico toma a favor del paciente psicótico. Esto implica la elección del medicamento, sus dosis y equilibrar la eficacia, los efectos secundarios y el coste.

Múltiples líneas de datos, incluidos estudios de imágenes recientes, indican que la esquizofrenia se asocia con un desequilibrio del sistema dopaminérgico que implica la hiperestimulación de los receptores D2 de dopamina (DA) estriatales y la infraestimulación de los receptores D1 de DA corticales. Presumiblemente, este endofenotipo de la DA surge del trasfondo de una disconectividad sináptica más general, que implica alteraciones en las funciones del IV-metil-D-aspartato (NMDA) y glutamatérgica (GLU). Igualmente importante es el hecho de que esta disregulación de la DA podría deteriorar más la transmisión del NMDA. Los medicamentos antipsicóticos de primera generación (APG) se caracterizan por elevada afinidad con los receptores D2 y, por lo general, su alta ocupación. La eficacia de los APG está limitada por una elevada incidencia de efectos secundarios extrapiramidades (ESEP). Los medicamentos antipsicóticos de segunda generación (ASG) muestran una reducción de la tendencia a los ESEP y un aumento modesto pero clínicamente significativo de la eficacia terapéutica. Comparado con los APG, la mejora de la acción terapéutica de los ASG deriva probablemente de un bloqueo más moderado del receptor D2. Revisaremos los efectos de los ASG sobre otros sistemas neurotransmisores y concluiremos haciendo resaltar la importancia de las estrategias terapéuticas dirigidas a aumentar directamente la transmisión del receptor D1 de DA prefrontal o la transmisión del NMDA para aumentar el efecto terapéutico del antagonismo moderado del receptor D2.

Los autores desarrollaron un método de medición de la dimensión de caja fractal del movimiento del globo ocular humano. Encontramos una propiedad fractal en los sujetos esquizofrénicos (n = 20) y los controles normales (n = 20). El valor de la dimensión de caja fractal para los pacientes esquizofrénicos difiere de los resultados obtenidos en el grupo de control

Se distribuyó al azar a cincuenta pacientes ambulatorios esquizofrénicos clínicamente estables que sufrían de síntomas esquizofrénicos residuales, efectos secundarios neurológicos o ambas cosas para que continuaran su(s) neuroléptico(s) convencional(es) o lo(s) cambiaran por olanzapina. Después de doce semanas, los pacientes con olanzapina mostraban mejoría significativa en los efectos secundarios neurológicos y los síntomas psicóticos, comparado con los pacientes con antipsicóticos convencionales.

El sindrome de Kleine-Levin (SKL) es un trastorno infrecuente y probablemente infradiagnosticado de origen incierto. Se caracteriza por hipersomnia recurrente que dura días o semanas, hiperfagia y diversas anomalías psicopatológicas, como hipersexualidad, irritabilidad o apatía durante o después de los ataques. El SKL es todavía un síndrome clínico no explicado para el que se han manejado varias causas, como infecciones bacterianas o viricas antecedentes, traumatismo craneoencefálico, crisis y afecciones psiquiátricas. En las publicaciones, hay muy pocos casos con antecedentes de traumatismo craneoencefálico. En este informe, presentamos un caso de SKL postraumático con episodios de hipersomnia rápidamente recurrentes y componentes psiquiátricos asociados.