Desde sus comienzos, el CICR se ha preocupado por los impedidos de guerra y ha emprendido actividades en su favor. Después de la Segunda Guerra Mundial, ha desplegado actividades en varios países: Finlandia, Vietnam, Jordania, Hungría, Argelia, Marruecos, Israel, Egipto, Nigeria, Somalia, Yemen, etc.
Han realizado dichas actividades empresas especializadas, que han utilizado técnicas de países industrializados. En Yemen, durante la década de los años 70, el CICR y la OMS trazaron un programa ortopédico basado en la fabricatión local de componentes ortopédicos, a fin de evitar las importaciones. Esta preocupación, ampliamente compartida e incluso erigida en principio por la cooperatión internacional con el término general de «tecnología apropiada», hizo que ciertos expertos pasaran de un extremo al otro, favoreciendo técnicas demasiado alejadas de las exigencias básicas de la profesión, que parecían satisfacer mejor, cuantitativamente, una demanda cada vez mayor.