El 9 de febrero de 1863, a las seis de la tarde, en un lugar llamado «el Casino», los miembros de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública se reunieron bajo la presidencia de Gustave Moynier para examinar, sucesivamente, la publicación de una edición popular de los clásicos franceses, la adscripción de un cuerpo de enfermeras voluntarias a los ejércitos beligerantes y la fundación de juna colonia agrícola para niños descarriados!
¿ Quién hubiera pensado, en esa época, en la importancia de esa fecha que, según las propias palabras de Gustave Moynier, «marca el verdadero punto de partida de la Cruz Roja»? ¿Quién, en nuestros días, a excepción de algunos iniciados, recuerda esta reunión ordinaria que se convirtió en extraordinaria, ya que en ella cinco ciudadanos de Ginebra, Henry Dunant, Louis Appia, Gustave Moynier, el general Dufour y Théodore Maunoir, sentaron las bases del Comité Internacional de la Cruz Roja y, por consiguiente, de todo el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja?